CRÍTICA “SICIXIA”: NOS ACERCA AL DÍA A DÍA DE LA GALICIA MÁS RURAL EN UNA SIMBIOSIS CASI IMPERCEPTIBLE ENTRE FICCIÓN Y DOCUMENTAL

Se apagan las luces y el espectador se sumerge en las profundidades del mar gallego, impera el sonido del agua y el vaivén de las algas entre los submarinistas. Entrada potente para Sicixia, el nuevo filme de Ignacio Vilar en el que la imagen y el sonido (impecables ambos) pugnan por el protagonismo prácticamente por encima del guion. Xiao (Monti Castiñeiras) y Olalla (Marta Lado), un ingeniero de sonido y una recolectora de algas submarinas, transitarán por la Costa da Morte tratando de capturar los sonidos más característicos que la naturaleza les ofrece.Un recorrido costero y rural en el que el silencio y la soledad les acarrean un inevitable acercamiento mutuo.

Su interpretación tan sutil como brillante, ha permitido recientemente a Marta Lado obtener el premio a mejor actriz en el XXI Festival Cinespaña de Tolouse, en Francia. Un espaldarazo internacional para el cine español, sin duda. Y es que, pese atratarse de una película rodada íntegramente en gallego,no termina de caer por el precipicio de convertirse en poco más que un escaparate regional. Simbiosis casi imperceptible entre la ficción narrativa y el retrato documental, Sicixia nos acerca al día a día de la Galicia más rural, la de los pescadores y recolectoras de maricos, la de las artesanas del palillo, las tabernas, el vino… Retrato de personajes locales anónimos que contrastan con la mirada nueva de Xiao, ansioso por conocer y registrar con sus micrófonos todo lo que Olalla, su guía en la Costa da Morte, es capaz de mostrarle.

La implicación del público, un tato fría al comienzo de la película, se intensifica a medida que lo hace la relación entre los protagonistas y el descubrimiento del lugar, el paisaje y sus leyendas y tradiciones. Asistimos como viajeros, atravesando playas y montañas, nos dejamos fascinar por esta obra según pasan los minutos, y nuestra presencia se hace cada vez más evidente por la omnipresencia de la cámara en mano. El final, aunque inesperado, pone la guinda a este pastel artesanal que cierra de manera brillante una historia que pone a flor de piel todos los sentidos, en especial el oído, cuyo protagonismo logra sobreponerse extraordinariamente a la tiranía que en ocasiones parece tener lo visual en el medio cinematográfico.

Nota El Blog de Cine Español: 6,5

Débora Madrid Brito