CURIOSIDADES Y SORPRESAS DE LAS NOMINACIONES A LOS PREMIOS GOYA 2021

Como cada año, la lectura de los Goya deja tras de sí un reguero de alegrías y más decepciones. Y aquí estamos para desatar nuestra ira y, de paso, desgranar datos curiosos y las principales sorpresas y efemérides.

  • “Adú” toca la fibra a la Academia. Con 14 (13) menciones es, de lejos, la más nominada de la edición. Una apuesta mainstream (¿qué tiene esta que no tuviera El cuaderno de sara?) que, una vez más, demuestra el peso del sector académico más conservador. No solo han valorado su apartado técnico: la cinta está nominada en peli, dirección y guion. Tanto ha gustado, que hasta un Álvaro Cervantes ausente de todas las quinielas aparece nominado.
  • Telecinco se reconcilia. Telecinco Cinema, la empresa líder en taquillas y cuya apuesta por cine comercial le ha apartado de los premios en las últimas temporadas, vive su mejor marca desde que en 2014 El niño recibiera 16 menciones. Paradójicamente sucede el año en que solo ha estrenado una película.
  • Las óperas prima parten la pana. Nunca antes se habían visto dos noveles en la categoría reina. A Las Niñas se las esperaba, pero Ane ha resultado una de las escasas sorpresas felices del listado.
  • Akelarre a Akelarre. Presente en 9 candidaturas, la producción vasca Akelarre ha sido la segunda más nominada de la edición. Sin embargo, su omisión en película, dirección y guion ha resultado una de las sorpresas de la lectura. Y es que nunca antes una película nominada a los Feroz y Forqué había sido omitida en los Goya.
  • La bruja puede con el juez. Pero, quizá, la ausencia más dolorosa sea la de un estratosférico Alex Brendeühl en su papel de juez inquisidor. Por surrealista que parezca, el que es sin duda uno de nuestros mejores actores, jamás ha sido nominado. En cambio, la “novata” Amaia Aberasturi se lleva merecidamente la gloria con su nominación a actriz prota.
  • Las productoras fallan en sus estrategias. Brendemühl puede agradecer su omisión a quienes decidieron proponerle a actor protagonista por un papel que debió postularse a secundario. Ídem Chani Martín y Laura Gómez-Lacueva de Historias lamentables, cuya categoría natural (revelación) este año estaba de saldo. Sí le salió bien la jugada a El inconveniente, que cuela a sus dos protagonistas tras su cuestionable triquiñuela. Por cierto, primera nominación para Acosta, una de nuestras actrices actuales fundamentales.
  • Argentina fuera y Guatemala dentro. El país del tango se queda, por primera vez desde 2008, fuera de las menciones (¿habrá sido para evitar sus discursos?) mientras que Guatemala accede por primera vez.
  • El descanso de los dioses. Pese a la presencia de algún sospechoso habitual (Candela, Cámara…), este año viviremos una gala sin los omnipresentes De la Torre, Gutiérrez, Cruz, Tosar, Arévalo, Verdú o Bardem.
  • Mario se casa con los Goya. Primera nominación al Goya para el, hasta hoy, eternamente olvidado por la Academia.
  • La edad es un grado. Tras Rafaela Aparicio con 83 años, Kiti Mánver es la más veterana de todas las ediciones en actriz principal. Tiene 67 años.
  • Nominación espaciada. Además, Mánver ha alcanzado el récord de nominación más espaciada: 29 años han pasado desde su mención por Todo por la pasta. Curiosamente, estamos ante un año de “renominaciones” muy espaciadas: Alteiro recibió la última hace 17 años, por los 13 y 12 años desde las últimas de San Juan y Cervantes.
  • El techo de cristal de los docus. La ausencia en peli de El año del descubrimiento ha supuesto para muchos la mayor decepción tras la lectura. La que es probablemente la película más aclamada del año no logra romper la barrera del documental, siendo omitida incluso en dirección, siendo una categoría muy abierta este año.
  • Paridad en dirección. Cuatro mujeres nominadas, dos en ambas categorías. Que dos mujeres coincidan en la categoría reina de dirección solo había ocurrido en tres ocasiones anteriores y siempre con Coixet o Bollaín como una de las contendientes: en 2003 con Te doy mis ojos (Bollaín) y Mi vida sin mí (Coixet); 2007 con Mataharis (Bollaín) y Siete mesas de billar francés (Querejeta) y en 2015 con Nadie quiere la noche (Coixet) y La novia (Paula Ortiz).
  • A los que aman…a Coixet. El idilio de la Academia con Isabel Coixet empieza a ser de record. Es su sexta nominación en dirección y una de las mayores (y más cuestionada) sorpresas de la lectura.
  • Las nominaciones a dirección más rarunas. Su olvidable Nieva en Benidorm solo aparece en otro apartado: dirección de producción (una vela por la magnífica foto de Jean-Claude Larrieu). No es habitual que una peli nominada a dirección solo cuente con dos nominaciones, pero esto se repite con Baby, de Juanma Bajo Ulloa. Raro es también que una nominada a mejor película (Sentimental) no esté en dirección.
  • En clave femenina. De las 5 nominadas a peli, tres son historias protagomizadas por mujeres.
  • Mujeres en categorías machirulas. La nominación a Daniela Cajías por Las niñas es solo la segunda que se produce en fotografía en la historia de los premios. La anterior fue Cristina Trenas por New York Shadows (2013). Lo mismo ocurre con la música de Aránzazu Calleja & Maite Arroitajauregui para Akelarre. Anteriormente, resultó nominada Eva Gancedo por La buena estrella.
  • Querejeta, este año invisible. Sin embargo, duelen las cero menciones a una de las películas más feministas y estimulantes del año: Invisibles, sobre todo teniendo en cuenta que se ha nominado cosas como Adú en guion.
  • Las pequeñas se hacen grandes. El nivelón en cortos de este año ha propiciado ausencias tan dolorosas como Roberto en animación, o las piezas presentes en las quinielas de Aitor Arregi & Jose Mari Goenaga o de Pérez Sañudo. Pero aunque ya era sabido, resulta desconcertante la ausencia de Yalla, de Carlo D’Ursi, recientemente ganadora del Forqué y que no pasó el corte de los Goya.
  • La redundancia de las técnicas. Los Goya han reivindicado en sus técnicas de una forma demasiado redundante a las “industriales” Adú, Akelarre y la cinta de la que nadie se acordaba Black Beach. Duele la ausencia de propuestas tan exquisitas como el vestuario de Mercè Paloma para La vampira de Barcelona (por cierto, una de las grandes e injustamente olvidadas). También se esperaba más para No matarás, con aspectos muy cuidados como Sonido (a los académicos les ha gustado más el de El Plan…), Música o Montaje. Podía haber rascado algo Hasta el cielo, que se queda a cero.
  • El lío de los efectos. Adú e Historias Lamentables comparten nominado, así que, según las bases, tendrán que quitar a la cinta menos votada y dejar pasar al siguiente. Esto ya ha sucedido anteriormente, cuando a Sin noticias de Dios o La gran familia española les quitaron vestuario (a la de Díaz Yanes también se quedó sin su nominación en foto por el mismo motivo). ACTUALIZACIÓN: los Goya corrigen y quitan a Adú en favor de Orígenes secretos.
  • Revelación de saldo. Una de las categorías más cuestionada nos deja con un listado de lo menos estimulante. Para el que aquí escribe duele especialmente la omisión a la que considero mejor interpretación revelación del año: Luka Peros por El arte de volver. Por cierto, esta ópera prima no merecía quedarse a cero.
  • Málaga se postula. El record de nominaciones de pelis que pasaron por el Festival de Malaga en la última década fue 2017, cuando logró 16 nominaciones. Pero es que este 2020 han logrado ¡¡30 nominaciones!! ¿Será una señal? Y como ocurre (casi) siempre, los Goya se acuerdan de la actriz ganadora en Málaga.
  • Sin rastro de la Concha. Por contra, la ausencia de una competidora en la SO de Donosti entre las 5 nominadas es casi inédita.