CRÍTICA DE LA PELÍCULA “EL CRACK”, UNA JOYA QUE SE ESTRENÓ HACE 30 AÑOS

Estrenada en 1981, “El Crack” representó un cambio total en la carrera de José Luis Garci (José Luis García Muñoz, Madrid 20 de enero de 1944). Esta fue su cuarta película como director y la primera en la que el protagonista era un detective privado. Garci, de ascendencia asturiana, cinéfilo desde temprana comenzó como crítico de joven con menos de 20 años para dedicarse  posteriormente a escribir guiones. Entre estos destacan “El Cronicón” para Giménez Rico, “La casa de las Chivas” que dirigió el argentino Leon Klimovsky, “Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe” de Antonio Drove, “Los nuevos españoles” de Roberto Bodegas e incluso escribió el guión de la televisiva “La Cabina” que dirigió Mercero y tuvo éxito internacional. Su primer film fue “Asignatura pendiente” (1977) que fue un gran éxito, al que siguieron “Solos en la madrugada” (1978) y “Las verdes praderas” (1979).

“El Crack” sigue la trayectoria vital del detective privado y antiguo policía Germán Areta y está dedicado a Dashiell Hammett (“El halcón maltés”). Areta tiene una pequeña agencia de investigación, el equipo lo componen su secretaria, un antiguo ratero que le ayuda en la investigación y él mismo. La película es una joya que creó escuela y tuvo años después una secuela.

Areta es una persona solitaria, de pocas palabras y muy expeditiva. Su rostro lo pone un Alfredo Landa en estado de gracia y que ya había dejado atrás las españoladas, el llamado landismo del tardofranquismo. Landa es taciturno y está enamorado de una enfermera, en la ficción María Casanova, que tiene una hija pequeña, fruto de su relación con un médico casado.

“El Crack” tiene muchas referencias cinéfilas y destila cine negro por todos sus poros, Madrid se convierte en un gran escenario donde el boxeo reina. Es una España muy concreta, con pelotazos, asuntos turbios, prostitución y corrupción. El guión lo firmaba Garci con Horacio Valcarcel, colaborador habitual y ponía énfasis en los personajes que estaban muy logrados y en un caso de investigación concreto, donde encontraremos varias sorpresas. Si algo falla en la narración es dotar de mayor tensión a la investigación, ya que la vida personal del detective brilla con fulgor. La cinta es un homenaje al cine negro.

Estamos ante una película de actores, donde todos están muy bien, pero donde junto a Landa destaca Miguel Rellán (Tetuán, 7 de noviembre de 1943), en su tercera participación en cine. Rellán clava su personaje y su duelo con Alfredo Landa en una de las escenas es excelente. María Casanova está también muy bien, desde hace unos años se dedica al periodismo, ha dejado el cine. Entre los secundarios están Maite Blasco, José Bódalo y Manuel Tejada. En pequeños papeles encontramos a José Manuel Cervino que es Baretta un atracador de bares y Rafael Álvarez, El Brujo, como policía secreta. La ambientación es perfecta y vista con ojos de hoy nos hace retrotraer a la época dorada de la radio de José María García, al inicio de la democracia.

Uno de los pocos puntos débiles del film es la música de Jesús Gluck, excesivamente lánguida y comercial que solo destaca cuando es más jazzy, especialmente al ilustrar la peripecia de Areta en Nueva York.

Hay varias escenas antológicas, con un humor sutil y elegante, en concreto las conversaciones entre Landa y el barbero aficionado al boxeo, contándole, mientras le afeita los combates de Rocky Marciano.

El caso de una muchacha desaparecida lleva a Areta a la venganza, a situarse fuera de la ley.

Estamos ante una película casi referencial en nuestra cinematografía y que recomiendo recuperar. Cine en estado puro, un gran trabajo como guionista, director y productor de José Luis Garci.

Puntuación de El Blog del Cine Español: 8

                José López Pérez