CRÍTICA PELÍCULA “LO NUNCA VISTO”: RENOVARSE O MORIR

La directora argentina Marina Seresesky cambia totalmente de rumbo, tras su teatral y trágica ópera prima La puerta abierta (2016), para sumergirse con Lo nunca visto (2019) en una comedia que utiliza los prejuicios como filón cómico. Fuentejuela de Arriba es un pueblo condenado a la desaparición, al contar con apenas dieciséis vecinos. Si no llegan para el próximo censo a los dieciocho habitantes, serán absorbidos por sus vecinos de Fuentejuela de Abajo. Ni Tere (Carmen Machi), la ex-mujer del alcalde, ni Jaime (Pepón Nieto), ni ninguno de los vecinos quieren oír hablar de la absorción y para ello intentan hacer jornadas de puertas abiertas con las que atraer nuevos habitantes. Sin embargo, ninguno de sus intentos tiene éxito y solo con la aparición de cuatro misteriosos africanos, el pueblo verá una posible solución para su despoblación. O estos resistentes montañeses renuevan sus principios o tendrán que ver cómo van muriendo uno a uno.

Según las estadísticas España es el país más despoblado del sur de Europa, ya que en el 53% del territorio solo vive el 5% de la población. Esta tendencia, sumada al envejecimiento de la población que según diversos estudios para el año 2050 representará más del 30% de la población, resulta más que preocupante. Por ello es admirable que una comedia, con visiones taquilleras y rostros televisivos, recurra a temas de calado social para contextualizar sus historias. Esto no hace más que demostrar que es posible hacer un humor amable, pero inteligente sin tener que recurrir constantemente a temas escatológicos. Un humor imposible de sostener sin unos actores de la talla y experiencia de Carmen Machi, capaz de sacar carcajadas a base de sencillez y ternura, un Pepón Nieto que consigue brillar en su papel de eterno “pagafantas” cobardica y un cast de actores de origen africano que aportan novedad y frescura.

Sin estos cuatro supuestos bailarines africanos, toda la crítica hacia los prejuicios absurdos que llenan las mentes de muchos y muchas, hubiera quedado en saco roto. Porque aunque Lo nunca visto apuesta por la inteligencia y la novedad, no deja de lado los tópicos y costumbres de las zonas rurales que alejadas de las grandes urbes, parecen vivir en una realidad paralela. No obstante, si los cuatro “negros” resultan peligrosos, extraños y generadores de mil temores, para los pocos habitantes del pueblo, los blanquitos pequeñajos y aderezados con jerséis de lana rocambolescos, generan igualmente un sinfín de rechazos. Muy divertida es la secuencia, con la que los personajes de Machi y Nieto intentan acercarse a los cuatro intrusos, a base de gestos y mucha torpeza, que los cuatro reciben con los mismos recelos. Al fin y al cabo los prejuicios son un mal universal, afianzado en el miedo y la ignorancia.

Aunque esa no es la única secuencia divertida, ya que la cinta consigue mantener bien el ritmo durante todo su metraje, a base de una certera dosificación de los momentos cómicos. Véase el momento en el que los cuatro son repartidos entre los vecinos y dos de ellos van a parar a la casa de Kiti Mánver, por cierto tremendamente divertida y deseosa de ver mundo. Sin olvidar el cómico conflicto entre los de Fuentejuela de Arriba y de Abajo, que recuerda a alguna película de Berlanga, con esos dos prototipos de alcalde tan reales y contrastados. Por un lado, Paco Tous es ese alcalde caciquil y paleto, enfundado en un traje pueblerino y muchos brillantes y por otro lado, la aspirante a alcaldesa de Arriba que encarna Machi. Una alcaldesa que además, al principio, sufre por partida doble por su condición de mujer, divorciada y madre de un adolescente apático. Los vecinos de Fuentejuela son pocos, pero han aprendido a comportarse como la típica familia española que se despelleja en ocasiones, pero a la que uno siempre acaba volviendo en busca de refugio.

Laura Acosta

Nota El blog del cine español: 6

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