“LA LEY SINDE AHONDA EN EL ENFRENTAMIENTO ENTRE EL CINE ESPAÑOL Y SU PÚBLICO”: ENRIQUE DANS COMENTA LOS TEMAS DE ACTUALIDAD.

He vuelto a pedirle a Enrique Dans que analicemos  los temas de actualidad.

J.L.P: ¿Qué opinas de la ley Sinde y de cómo se ha gestado políticamente?

Enrique Dans: La ley Sinde es un desastre desde el punto de vista político: una ley que no satisface a nadie, ni siquiera a los propios artistas a los que se supone debe defender, y que únicamente hace el juego a una serie de multinacionales y entidades de gestión que pueden supuestamente sostener su modelo en un momento en que éste se ha tornado en completamente insostenible. La ley proviene de haber puesto a una persona procedente de una entidad de gestión al frente del ministerio de Cultura, de sostenerla ahí a pesar de la infinidad de voces que clamaban contra su nula idoneidad para el cargo y sus evidentes conflictos de intereses, de respaldar sus acciones a pesar de provocar un fortísimo enfrentamiento con la ciudadanía, y de imposibilitar un consenso social optándose en su lugar por la técnica del rodillo. La ley Sinde ha provocado un hartazgo tal en la ciudadanía, que resulta evidente que provocará un grave desgaste no solo a los partidos que la han apoyado, sino a la propia cultura española, identificada por la ciudadanía como “el enemigo”: si alguien cree que puede considerarse “ganador” por haber arrinconado al “enemigo” (el “enemigo”, mira tú por dónde, es el ciudadano, el votante), es que tiene un problema mental. En un clima de enfrentamiento como el que se ha creado, todos salimos perdiendo.

J.L.P: ¿Cómo valoras el anuncio de dimisión de Álex de la Iglesia?

E.D: Es un anuncio basado en la coherencia personal: Álex ha intentado abrir una vía de consenso y ha demostrado que existían condiciones para que éste se generase, a pesar de haber pecado en ocasiones, debido fundamentalmente a la premura del calendario, de interpretar algunas cosas de manera demasiado rápida. Tras comprobar que “su jefa” no solo ignoraba la vía del consenso, sino que además intentaba destruir las pocas oportunidades que existían de buscarlo, ha tomado la decisión razonable, que es dimitir. Álex ha comprobado que los tópicos con que se alimenta a los medios sobre “esos internautas malvados que lo quieren todo gratis” eran completamente falsos, ha visto que existían posibles vías de entendimiento positivas, y ha constatado que a la industria no le interesa ese consenso, porque no pretende defender los intereses de la cultura española, sino los de las multinacionales estadounidenses. Ante tal constatación, lo mejor es dimitir.

J.L.P: ¿Qué te parece que la Ministra de Cultura haya afirmado que Iciar Bollain debería tomar el relevo de Álex de la Iglesia?

E.D: La ministra solo pretende tener a alguien en la Academia que no discuta y que abrace la estrategia marcada desde el ministerio, a pesar de que el principal damnificado de la ley Sinde será el cine español. La ley Sinde ahonda en el enfrentamiento entre el cine español y su público, y genera más negatividad, más boicot, más hartazgo. En esas condiciones, quien más sufre es el cine español.

J.L.P: ¿Cuál es la mejor solución en el tema de los derechos de autor y de las descargas?

E.D: La mejor solución es generar un consenso social lo más amplio posible, y facilitar que haya cuantas más alternativas de descarga, mejor. Esas alternativas no pueden venir de las entidades de gestión: su imagen está demasiado asociada con el ataque a los derechos de los usuarios, a insultos constantes, a demonización. Deben surgir de un mercado abierto, de una eliminación del monopolio ya puesto de manifiesto por la Comisión Nacional de la Competencia, de una apertura a nuevas alternativas.

J.L.P: ¿Crees que aún se está a tiempo de que la llamada ley Sinde se modifique de forma que estemos ante un nuevo escenario?

E.D: No me lo parece. Lo que se debería hacer es eliminar la presión que supone la ley Sinde, y reiniciar las conversaciones de cara a la modificación de la ley de Propiedad Intelectual, con el fin de adaptarla a los tiempos actuales. Pero eso es lo último que haría un gobierno caracterizado por su nula voluntad de búsqueda del entendimiento y el consenso. Este gobierno y el principal partido de la oposición han decidido alinearse con los intereses de la industria cultural y en contra de los ciudadanos, y en ese pecado tendrán su penitencia.

J.L.P ¡Gracias de nuevo, Enrique!

E.D: ¡Muchas gracias a ti, José!

                    José López Pérez