DEMOLEDORA CARTA ABIERTA AL ICAA DE MIGUEL LLANSÓ, DIRECTOR DE LA MULTIPREMIADA PELÍCULA “CRUMBS”


El realizador Miguel Llansó, que en 2016 estrenó en España la película Crumbs, producida y rodada en Etiopía y protagonista de un notable periplo festivalero por todo el mundo; ha publicado en su cuenta de Facebook una incendiaria carta abierta dirigida al ICAA.

En ella, Llansó critica el recientemente actualizado sistema de ayudas selectivas a la producción de largometrajes, que exige a los cineastas -entre otras cosas- la existencia de un largometraje previo de producción española.

Os dejamos con sus palabras, suficientemente demoledoras y esclarecedoras y que ponen de manifiesto las numerosas deficiencias del sistema.

CARTA ABIERTA AL DIRECTOR DEL ICAA (ACTUALIZACIÓN)
Hola, señor. No soy Almodóvar, ni voy a los Goya. Como muchos pequeños productores independientes de este país, he hecho una película que se llama “Crumbs” y que se estrenó en el festival de Rotterdam. La película es Etíope. Me fui a ese país a buscarme la vida, ya que en España las cosas estaban chungas. En Etiopía hice varios cortos seleccionados en Locarno, Rotterdam, Sundance, en fin, ya sabéis, el gran circuito de los festivales internacionales. He hecho 45 viajes en dos años y he aprendido mucho.
“Crumbs” ha tenido más de 100 proyecciones en todo el mundo. Ganamos una mención en el Festival de Los Ángeles. Varios premios internacionales. Se ha estrenado en salas de Estados Unidos; fui a Nueva York y estrené en la Gran Manzana y en España. Se ha visto en todo el mundo. Se vio en American Airlines, Emirates, South African… Está en Amazon, I-tunes, Filmin, etc… Salió en el New York Times, La Weekly, Hollywood Reporter, Variety en incluso en El País, el Mundo y el Diario. Nuestros agentes de ventas internacionales – New Europe Film Sales – tienen un Oscar. No soy Almodóvar. Nuestras películas tienen bajo presupuesto pero las ven muchas personas en el mundo. He ganado poquísimo dinero, la verdad. Pero no está mal, ¿no?
Bueno, pues ahora se acaba de publicar la única ayuda estatal a la producción de cine independiente que se llama “Ayudas selectivas a la producción de largometrajes”. Volví a España a ver si podía sobrevivir. ¡Quería contribuir a la marca España! ¡Te lo juro! Pero – ay, mi amigo – has bajado el exiguo presupuesto del año anterior un 18% más. Estamos en poco más de 5 millones de euros para la producción de todas las películas independientes de España, seguramente un presupuesto menor que el destinado a viajes de directivos y asesores de cualquier ministerio.
– Requieres – ahora, antes no – que yo tenga una película anterior y que esa película sea española. ¡ESPAÑOLA! ¿Es ésa la experiencia que cuenta? Pues la mía es etíope. Me fui allí porque aquí no tenía oportunidades: la crisis, la corrupción, el amiguismo, el pelotazo inmobiliario, bancos, ayuntamientos, gobiernos, tejemanejes, chanchullos, especulación de ladrillo y turismo. ¡Qué gran despilfarro, amigo! ¡Qué negocios! Y ahora mi película y mi experiencia como productor es en Etiopía. Vaya, qué mala suerte.
– Me pides que me gaste de mi bolsillo más del 60% del presupuesto – oh, novedad, antes el ICAA apoyaba con hasta el 70% las películas pequeñas con valor cultural – ¿De verdad piensas que la gente en Europa se gasta el 60% del presupuesto DE SU BOLSILLO en una película independiente? No, no cuentan para ti la capitalización de recursos y personas, ni la contribución en especie para estas pequeñas películas. ¿De verdad creéis que una agencia de ventas internacional o distribuidora se gasta más de 25000 euros en pre-ventas de una peli independiente? No, ellos no están locos. ¿Pero cuánto dinero creéis que hace una película así, incluso teniendo éxito? ¿De verdad crees que las televisiones españolas pre-compran cine independiente con valor cultural? En mi humilde opinión, el ICAA está fuera de la realidad.

La Ley Europea promueve la financiación de películas de bajo presupuesto, de primeros directores, con fines culturales, sin un marcado fin industrial. El 90% de los países europeos tienen ayudas importantes para estas pequeñas películas de gran alcance internacional – muchas alcanzan los Oscar, Cannes, Venecia – Estas ayudas cubren hasta el 70% de la financiación en la mayoría de los países europeos. Y esto es perfectamente compatible con la ley europea, amigo. ****ABAJO LA LEY EUROPEA, que España no sigue para este tipo de películas.
Vuestras condiciones para las ayudas son draconianas. La convocatoria cambia cada año, las bases también. En Europa, los demás países tienen dos o tres convocatorias al año y las condiciones se saben con meses y meses de antelación, para que nadie trabaje en balde organizando una co-producción internacional que se vaya al traste cuando – ¡oh, sorpresa! – sale una nueva convocatoria en el BOE.
Amigo, me he gastado dinero en organizar una co-producción internacional. El año pasado yo podía pedir las ayudas. Dije, voy a hacerlo bien y estructurar una co-producción durante un año. Me hacía ilusión. Este año cambiaron las bases. Tengo 15 días para adaptarme a la nueva y sorpresiva normativa. Tengo tres semanas para buscar una nueva productora. Interesante gestión la de vuestro equipo. “Más Europa, más Europa”, decís. De acuerdo, empezad copiando las ayudas al cine cultural del 90% de los países de la Unión Europea. Sería un logro interesante. ¿O es que sois los precursores europeos de la destrucción del cine independiente?
Por desgracia, creo que me iré a otro país, como muchos otros artistas y cineastas y científicos y profesores. Allí me montaré otra vida lejos de los escándalos públicos diarios de corrupción y desidia institucional, muy hastiado y cansado. Y, por supuesto, mis películas serán etíopes, estonias o de cualquier nacionalidad que aún crea en el cine y, si no, serán apátridas. Así es, por desgracia. Qué pena, ¿no? Aquí en España las instituciones valoran otras cosas; la Fórmula Uno, quizá. Construcción de circuitos de velocidad, parece ser. Quién sabe. Muy bien. Me alegro. Hasta luego, amigo.
****LEY EUROPEA 2013/C 332/01:
52) 2) La intensidad de ayuda debe limitarse, en principio, al 50 % del presupuesto de producción, con objeto de estimular iniciativas comerciales no subvencionadas. La intensidad de ayuda a las producciones transfronterizas financiadas por más de un Estado miembro y en las que participen productores de más de un Estado miembro podría llegar al 60 % del presupuesto de producción. ESTOS LÍMITES NO SE APLICAN A LAS OBRAS AUDIOVISUALES DIFICILES (26).
**** (26) Como los cortometrajes, las películas que sean la primera o la segunda obra de un director, las obras de bajo presupuesto o aquellas obras que por otros motivos encontrarían dificultades para introducirse en el mercado. En virtud del principio de subsidiariedad, incumbe a cada Estado miembro establecer una definición de «película difícil» según los parámetros nacionales.