CRÍTICA “QUE DIOS NOS PERDONE”: DE VISIONADO OBLIGATORIO

“Stockholm” fue de esas maravillas que te regala el cine y que antes de su visionado no esperas. Una película sencilla pero llena de matices que denota que detrás de la cámara hay alguien con mucho talento. Tras esa joya del cine español que gracias al crowdfunding vio la luz, Rodrigo Sorogoyen, su director, vuelve a la gran pantalla con “Que Dios nos perdone”, una apuesta totalmente diferente de su anterior proyecto. El joven director nos narra cómo en Madrid de 2011 los inspectores de policía Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) deben encontrar lo que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido.

Que Dios nos perdone” es aparentemente un thriller policíaco muy manido, de esos argumentos que ya no nos pueden sorprender. Sorogoyen sin embargo logra contar una historia convencional y convertirla en todo un espectáculo. Nada le falla, tanto actores como guión y fotografía funcionan y no decepcionan.
Roberto Álamo y Antonio de la Torre están simplemente espléndidos, cosa que realmente no sorprende, ya que nos tienen acostumbrados a interpretaciones de alto nivel. Antonio de la Torre es de esos actores que logran que olvidemos sus papeles en películas anteriores y nos sumerge en su personaje de manera que no concebimos otro actor en ese rol. Como debe ser, vaya. Roberto Álamo también debe ser destacado, sobre todo por demostrarnos un personaje duro y bruto pero que, a pesar de esa armadura de hierro, nos muestra en la escena de la piscina toda esa emotividad que lleva dentro. Una faceta difícil de interpretar después de dibujar tan claramente un personaje como el de esta película.

“Que Dios nos perdone” recuerda en varias ocasiones al cine de David Fincher, en concreto a la mítica “Seven”. Dos policías tras un asesino en serie sin piedad y, ya que estamos, sin estómago. En esta especie de “Seven” encontramos toques de comedia lo que en un primer momento puede chocar y llegar a plantearnos si realmente funciona en un thriller de este tipo. Y sí querido público, funciona y cada vez el espectador quiere más de ese humor en una historia tan cruda. Las miradas y los comentarios de nuestros dos policías mezclan a la perfección un lado oscuro como también cómico. A pocos directores les podía salir tan bien esta maravillosa fórmula.

El guión de este thriller es otro acierto. La trama invita a que el espectador no despegue sus ojos de la gran pantalla y que se encuentre en tensión permanentemente hasta el último segundo. Un logro para los tiempos que corren. Sorogoyen demuestra además que sabe manejar la cámara para deleitarnos con momentos como el del balcón o la escena del interior de la Iglesia.

La nueva película de Rodrigo Sorogoyen es una película completa y por lo tanto su visionado es obligatorio. Tal vez estemos ante el nuevo David Fincher español… Quién sabe. Tiempo al tiempo queridos amantes del buen cine español.

Gabriela Rubio
Nota: 9