CRÍTICA A LA PELÍCULA “ROSA Y NEGRO”, CINE PARA PASAR EL RATO

Película

Mañana viernes se estrena en salas la coproducción francesa-española “Rosa y negro”, distribuida por Alta Films.
“Rosa y negro” se lanza con once copias y se trata de una producción de 11 millones de euros. Se trata de una comedia blanca que trata de la intolerancia. “Rosa y negro” es también una historia de amor, de valentía, de choque de culturas.

La película fue rodada en París y en Sevilla, dirigida, escrita y protagonizada por Gerard Jugnot que alcanzó notoriedad con “Los chicos del coro” y “Monsieur Batignole”, y que aquí cambia totalmente de registro, interpretando a un modisto francés amanerado del siglo XVI. En el reparto encontramos a los actores españoles Juan Diego, Javivi, Aixa Villagrán y Amparo Valle. No obstante, el que más destaca es el francés Bernard Le Coq, que hace unos años se hizo famoso en nuestro país al aparecer en TV, en los anuncios de una conocida Tónica, con un registro muy original y que equilibra a Pic Saint Loup (personaje que interpreta Jugnot).

La historia se basa en el contraste, en la contraposición, tanto religiosa, enfrentando a católicos, protestantes y musulmanes, como sexual, la libertad francesa de la época frente a la inquisición española más reaccionaria. Hay algún gag ocurrente en este sentido, como el de la cena de bienvenida en Sevilla o la negociación con el modisto árabe para que viaje a España, pero todo muy superficial.

“Rosa y negro” nos cuenta la historia de un viejo modisto homosexual francés que debe viajar a España por orden del rey, con sus colaboradores (un apuesto modisto árabe heterosexual, y un peluquero y un perfumista gays) con un niño, sobrino del rey, que se debe casar por conveniencia con la hija, nada menos que del inquisidor de Sevilla, con la misión de elaborar el traje de bodas. Lógicamente, todo se complicará.

La música de Roque Baños (tiene buenas partituras en otros films) en esta ocasión, a mi modesto entender, no es muy acertada, ya que en algunas escenas hace que todo sea poco creíble, al abusar de toques disco (no encajan con la época, 1577) y llegan a acercarse al chunda chunda de Luis Cobos.

Cine para pasar un buen rato, olvidarse de los problemas y salir de la sala pensando en otras cosas.

Para ver el tráiler de la película, pincha aquí.

Artículo: José López Pérez