DEBATE SOBRE EL RECORTE EN LAS SUBVENCIONES DE LAS PELÍCULAS ESPAÑOLAS DE ALTO PRESUPUESTO

El diario “El País” ha realizado un excelente artículo sobre el tema del recorte en las subvenciones cinematográficas a películas de alto presupuesto, donde ha dado la palabra a varios productores nacionales para que expresen cómo puede afectar esta medida al cine español.

Os dejo con varias de las argumentaciones de productores – para ver el artículo completo, dirigirse a “El País”:

ÁLEX DE LA IGLESIA “Es justo que suframos los recortes que sufren otros”:
“No quiero hablar de cómo me puede afectar a mí mismo como realizador de Balada triste de trompeta. Como presidente de la Academia, evidentemente, el anuncio de los recortes no es una alegría pero el cine forma parte del entramado social y tenemos que tener el mismo trato que los sectores afectados por la crisis. Hay que llevarlo con dignidad. Es justo que suframos los recortes que otros también están sufriendo”.

AGUSTÍN ALMODÓVAR “Los recortes desdibujan la política de Cultura”:
El hermano de Pedro Almo-dóvar y productor de sus películas también exhibe una sincera preocupación: “Partiendo de la base de que las subvenciones no son un fin, sino un medio, está claro que a nosotros, con las películas de Pedro Almodóvar, que son todas de alto presupuesto

[La piel que habito, cuyo rodaje arrancará en agosto, cuenta con un presupuesto de 10 millones de euros], el recorte anunciado por el ICAA nos va a afectar, ya que son las películas con alta recaudación en taquilla las que más van a sufrir con ello. Pero lo que está claro es que como ciudadano, mi posición es clara: comprendemos que España afronta la mayor reestructuración económica de la democracia y eso hay que asumirlo. Sin embargo, todos estos recortes desdibujan de alguna manera la política que se ha venido defendiendo desde Cultura en el sentido de hacer grandes proyectos para crear industria y ganarse al gran público. Estos días no paro de pensar en el modelo francés, que no depende de los presupuestos y la economía del Estado, sino de la propia industria cultural”.