CRÍTICA “SUPERLÓPEZ”: UNA MEDIOCRIDAD INDIGNA DE LA OBRA DE JAN

Hubo una época en la que los personajes de la Editorial Bruguera se codeaban, de tú a tú, con los pesos pesados del comic americano. Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Carpanta, Rue 13 del Percebe, Rompetechos o Anacleto, agente secreto… Los hijos de Ibáñez, Vázquez o Escobar nos hacían troncharnos de risa con sus aventuras y diabluras. Todos ellos eran únicos y no debían su personalidad a ningún otro personaje existente. Salvo uno.

SUPERLÓPEZ había nacido para ser la parodia del héroe por excelencia, SUPERMAN. Torpe, mordaz y con gran carga critica, a veces verbalizada, otras veces como elemento gráfico recurrente (el mítico y sempiterno cartel “NO FUMES. LEE”), el personaje de JAN se convirtió, en muy poco tiempo, en uno de los personajes más queridos del lector español.

Y no es de extrañar. Los personajes, a pesar de estar inspirados en su contrapartida americana (Lois Lane/Luisa Lanas, Perry White/El Jefe, Jimmy Olsen/Jaime González…) estaban perfectamente perfilados y con un carácter pasado de vueltas. Eran mucho más que copias divertidas o torpes y acabaron protagonizando historias surrealistas y, sobre todo, muy divertidas.

El cine, como siempre, a la caza de cualquier idea o franquicia que pueda dejar dinero en taquilla, había logrado adaptar varios de los personajes del comic español con relativo éxito de taquilla y critica, con excepción de la nefasta Capitán Trueno… Solo era cuestión de tiempo que esa súper medianía de acer… digooo, el héroe de Chitón protagonizara su propia película. Y por fin, ha llegado el día.

Por desgracia, el resultado dista mucho de ser loable. Para empezar, se ha despojado a los personajes principales de su auténtico carácter. Nada queda de los explosivos arranques de violencia de Luisa y su bolso vengador, (del que apenas queda un leve intento) las traiciones de Jaime o el pasotismo a prueba de balas de Juan. No es malo que se haya actualizado a los personajes ni que se haya evitado utilizar ninguna de las historias impresas como base del argumento. Se entiende que hay que actualizar al personaje y situarlo en un nuevo contexto histórico, la actualidad. Lo que si falla es que los personajes han perdido carisma y personalidad y, que todo lo que en las viñetas era divertido por absurdo o surrealista, aquí es cutre por norma. Porque si SUPERMAN viviera en España, sería cutre. No es una afirmación mía, es lo que verbalizan hasta el hastío todos los integrantes del reparto.

Con esos mimbres, nos encontramos con una historia de origen y descubrimiento, tropezaremos con varios chistes y gags (alguno más logrado que otro) y, con suerte, nos arrancarán alguna que otra sonrisa, (Juan utilizando su súper velocidad para vestirse…).

Si bien el guion parece albergar mucha mala baba (el discurso del padre del héroe sobre España… Para aplaudir hasta que le sangren a uno las palmas…) esta llega a la pantalla de la peor manera, quedándose siempre a medio gas. Es como si los artífices hubieran adaptado la película a sus capacidades y no a las del personaje, pues nunca da la impresión de que López sea realmente “Súper”. Lo que nos lleva al siguiente punto.

Visualmente, se reconoce que se ha hecho lo que se ha podido. Hay varios momentos deslumbrantes, aunque en otros se nota demasiado la carencia de medios. Es en el clímax de la cinta donde todo se desploma. La gran batalla final se resuelve por la vía rápida. Tampoco ayuda la puesta en escena de Ruiz-Caldera, plana y sin brío. Y es que, como en ANACLETO, el proyecto le va demasiado grande.

A nivel interpretativo, Dani Rovira lo da todo. Si bien nunca acabas de verlo como SuperLópez, el actor se entrega a una interpretación comedida y entrañable, transmitiendo a la perfección la ilusión del personaje por sus nuevos poderes, a la vez que sentimos su miedo a dejar de ser “normal”.

Luisa, interpretada por Alexandra Jiménez, es poco más que el típico interés romántico del personaje, sin personalidad propia, sin arco de desarrollo. Lo mismo se puede decir de Julián López, quien compone a un Jaime baboso y repelente, muy alejado del personaje de las viñetas. Es divertido, de acuerdo, pero es demasiado similar a otras interpretaciones del actor en el pasado. Lo peor para el final, una Maribel Verdú en una de las peores interpretaciones de su carrera. Una actriz de su talento no debería verse implicada en estos estropicios.

En resumen, SUPERLÓPEZ no es una adaptación al uso, prefiriendo contar una historia nueva desde el principio, lo cual enojará a los fans del personaje. Su puesta en escena es torpe y plana y a duras penas es divertida. No es un estropicio completo, pero está muy lejos de lo que debería ser. Sin embargo, su mayor pecado es su falta de ambición, limitando al personaje a las capacidades de sus artífices, los verdaderos supervillanos del relato.

LO MEJOR

Dani Rovira es un entrañable SuperLópez.

El Tirano de Chitón y su saludo.

La trifulca súper heroica en Arco de Triunfo.

El discurso sobre España del padre adoptivo de Juan.

¡Salen los Petisos Carambanales!

LO PEOR

Le falta ambición. En todos los aspectos. Sus artífices han ido a lo fácil, a cumplir.

Visualmente (y no a nivel de efectos, que también) luce antigua.

El humor, gastado, viejuno y torpe.

Los personajes. Típicos, tópicos y muy alejados de la mala uva que destilaban en el comic.

LA PREGUNTA

¿Por qué esa máxima en la película, de que algo, por el simple hecho de ser español, debe ser cutre?

Nota: 3/10

Wiman González