En esta edición de la Semana internacional de Cine (SEMINCI), en su 60 aniversario, entregará sus Espigas de Oro de Honor al director y guionista Fernando Trueba, y al director de fotografía, Juan Mariné.
Estos dos veteranos de nuestro cine recibirán sus galardones en una gala, que se celebrará el martes 27 de octubre, en el Teatro Calderón.
El director, guionista y productor Fernando Trueba, se dio a conocer con Ópera prima (1980), su primera película, a la que seguirían títulos tan conocidos como Sé infiel y no mires con quién (1985) y El año de las luces (1986), premiado con un Oso de Plata en el Festival de Berlín. En 1989 dirige El sueño del mono loco, con Jeff Goldblum y Miranda Richardson como protagonistas, y en 1992, Belle Époque con la que obtuvo nueve Goyas y el Premio a la mejor película de habla no inglesa de los Oscar de Hollywood.
En 1995 rueda Two Much, con Antonio Banderas, Melanie Griffith y Daryl Hannah. Y su siguiente trabajo fue La niña de tus ojos (1998), película protagonizada por Penélope Cruz que consiguió siete Goyas, entre ellos a la Mejor película. También hay que destacar sus documentales Calle 54 (2000) y El milagro de Candeal (2004), así como el largometraje de animación Chico y Rita (2010), nominado a un Oscar, y El artista y la modelo (2012). Este año 2015 ha sido reconocido con el Premio Nacional de Cinematografía otorgado por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA).
El director de fotografía Juan Mariné ha trabajado a lo largo de su extensa carrera con directores españoles como Antonio del Amo, José María Forqué, Pedro Masó, Pedro Lazaga, Jesús Franco o Fernán Gómez, entre otros.
Junto a su dominio de la fotografía destaca también su labor como investigador y restaurador, una faceta a la que comienza a dedicarse en los años ochenta. La máquina restauradora que construyó supuso una gran innovación técnica para mejorar la calidad original del celuloide y le valió reconocimientos como el Premio Juan de la Cierva de Investigación en 1974. Desarrolló su labor como restaurador en la Filmoteca Nacional siendo el responsable de recuperar filmes como La aldea maldita (Florián Rey, 1929) o La venenosa (Roger Lion, 1928). Su trayectoria ha sido reconocida con la Medalla de oro al mérito de las Bellas Artes en 1989, el Premio Nacional de Cinematografía en 1994, y el premio honorífico Segundo de Chomón que recibió en 2001 a través de la Academia de Cine por su dedicación al cine español y su aportación tecnológica.
