Se acaba el año y es hora de hacer balance. Estos son los titulares que resumen lo que ha ocurrido con el cine español en 2018.
- The 100 million euro baby. Por 5º año consecutivo el box office patrio supera la barrera psicológica de los 100 millones. En el lado negativo, propuestas tan estimulantes como las de Sorogoyen, Vermut u Oriol Paulo se han quedado muy por debajo de su potencial y de lo que cabría esperar.
- ¡Campeones! La comedia de Fesser ha logrado colarse en el histórico del box office patrio. Fue la más comentada entre las oficinas y hogares españoles durante la primavera y su triunfo llevó a la emisión de un programa especial de Salvados y el estreno de un posterior documental. Por primera vez en los últimos años, una cinta no participada por las TV privadas liderará el top anual.
- Cara y cruz en los Oscar. La de Fesser no ha convencido tanto fuera de nuestras fronteras: España estará fuera de las nominaciones por decimocuarto año consecutivo al no haber pasado el primer corte, algo que sí han logrado el docu El silencio de otros y el corto Madre.
- Éxtasis creativo en documental. Si el año pasado una de las piezas audiovisuales más rompedoras y premiadas internacionalmente era un documental (Muchos hijos, un mono y un castillo), el 2018 consolida un momento de brillantez creativa con ejemplos como la mencionada El silencio de otros, Niñato, Desenterrando Sad Hill o Apuntes para una película de atracos.
- Sorogoyen. Éste ha sido el año de uno de nuestros talentos más prominentes, quien ha visto cómo su película El Reino ha sido la más mencionada en las nominaciones de los principales premios nacionales; y su corto Madre aspira al Oscar y se convertirá en su próximo largo.
- Donosti, feudo de Isaki. El festival “clase A” español vuelve a acaparar lo más esperado de nuestro cine. Siete años después de Los pasos dobles, Isaki Lacuesta repite Concha con Entre dos aguas.
- Canibalismo entre películas. Tradicionalmente la distribución reserva los lanzamientos para el último cuatrimestre, provocando que muchas se pisen entre sí. Este año ha sido especialmente sangrante, con semanas record de 35 pelis españolas en cartelera. Urge reflexión.
- La escena internacional da la espalda al cine español. Un año más, ningún autor español compitió en la Sección Oficial del “big 3” festivalero: Berlín, Cannes y Venecia. Sigue así una preocupante tendencia marcada por el ostracismo hacia nuestros cineastas. Especialmente llamativa la ausencia de autores españoles en Venecia en los últimos 8 años; o en Cannes, donde solo Almodóvar ha tenido cabida en la competición oficial de la última década.
- Excepciones paralelas. Las paralelas de Cannes se han acordado de Petra (Jaime Rosales) y Carmen y Lola (Arantxa Echevarría). En Berlín (Panorama) compitió Salazar con La enfermedad del domindo. Fuera de competición de la SO de Cannes se presentó tal vez la coproducción española más laureada del año, la imprescindible Another day of life.
- España capta a genios internacionales. Como consuelo, España ejerce de productora de Todos lo saben, dirigida por Ashgar Farhadi y encargada de inaugurar la pasada edición de Cannes; así como de El hombre que mató a Don Quijote (Terry Gilliam), que cerró la SO fuera de concurso.
- Éxodo hacia la TV. 2018 ha supuesto un boom en la ficción televisiva, refugio de directores consagrados como Alberto Rodríguez, Urbizu -que llevaba años intentando levantar peli-, Cesc Gay o Paco León. La tendencia parece clara.
- España en la élite de tv. Mientras al cine le cuesta hacerse visible fuera, el mundo dirige su foco hacia nuestras series, con éxitos masivos como La casa de papel y Élite. El concepto “serie española” se está convirtiendo en una especie de sello en todo el mundo.
- Nuevas formas de exhibición. La explosión de Netflix se ha hecho notar con fuerza en nuestro país, donde se instalará su sede europea. Los nuevos trabajos de Amenábar o Coixet están producidos por Movistar y Netflix respectivamente.
- Descubrimientos. El 2018 nos descubrió a nombres como Eva Llorach o Javier Rey como talentos a explotar en nuestro cine. Otros nombres como Moreno Borja o Ester Expósito han acompasado sus debuts en cine con deslumbrantes intervenciones televisivas, lo que augura un prometedor futuro en el audiovisual español.
- El año de Pé. 2018 se ha convertido en su año cumbre, encadenando una batería de éxitos y reconocimientos que enmarcan un momento de excelencia y madurez. Su encarnación de Donatella Versace American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace le ha valido vítores y nominación a absolutamente todo.
Loving Pablo se ha convertido en una de las producciones españolas más taquilleras fuera de nuestras fronteras, logrando el N°1 en países como Italia.
Después estrenaría en Cannes Todos lo saben, otro éxito rotundo tanto en el país galo como, de nuevo, en Italia. Antes de eso recibió de manos de Almodóvar el César de Honor.
Su papel descarnado en el drama dirigido por Farhadi le valió una nueva nominación al Goya, convirtiéndola en la mujer más nominada de la historia empatada con Maribel Verdú. - Lennie también lo Pet(r)a. Cuatro trabajos en cuatro de las peliculas mas importantes del año. Cuatro trabajos diferentes entre sí que nos mostraron el talento de una de nuestras actrices más dotadas. Lamentablemente, la regularidad mostrada y la dificultad de determinar una interpretación indiscutiblemente superior a otra causó una division de votos que provocó que injustamente se quedara sin nominación al Goya, pese a su brillante año. Por suerte, los EFA sí se acordaron de ella.
- #shetoo? Pese a que en el mes de febrero los Goya reconocieron a dos mujeres tanto en dirección / mejor película (La Librería, Isabel Coixet) como direccion novel (Verano 1993, Carla Simón), la estadística de mujeres directoras sigue siendo demoledora. Ninguna mujer firma alguno de los taquillazos del año y su papel parece relegado a pequeñas producciones indies.
