CRÍTICA A DIARIO DE UNA NINFÓMANA: MUCHOS DESNUDOS, POCO ARGUMENTO

Diario de una ninfómana

 La película Diario de una ninfómana, basada en el best seller homónimo de Valérie Tasso, conocida por ser colaboradora de Crónicas Marcianas, y, por cierto, también hace un cameo en el film, se podría definir como una película erótica soft con cierto aire de poesía.

La actriz elegida para interpretar a Tasso en la película es Belén Fabra que, creo, puede presumir de haber conseguido el récord guiness de minutos desnuda en una película comercial porque, casi toda la película son escenas de cama y sexo sin ningún sentido.

Diario de una ninfómana nos presenta el deseo de sexo insaciable que siente Valérie Tasso desde el primer minuto que perdió su virginidad; aunque, más bien, parece que estemos ante una mujer muy liberal que no tiene la cabeza muy estable y pasa de hombre en hombre sin ningún problema cuando, todo hacer pensar, que ella más que sexo está buscando a un hombre que la quiera y la cuide.

Esto pasa cuando conoce al personaje interpretado por Leonardo Sbaraglia pero, finalmente, le sale rana. Además, cuando se dedica al mundo de la prostitución falta un poco de coherencia porque parece mentira que ella pensara que era un mundo de rosas y hasta que podría enamorarse de un cliente como en Pretty Woman.

Además, las charlas, al principio de la película, con su abuela, Geraldine Chaplin, nos llevan a pensar que para ser una mujer mayor es demasiado abierta y liberal.

Por otra parte, Christian Molina, el director, rueda todas las escenas de sexo con mucha soltura, todo bien montado y sin que sean demasiado fuertes.

En definitiva, Belén Fabra sale airosa de interpretar este difícil personaje aunque a la película le falle el guión y la estructura narrativa de la misma por no hablar del exceso de la voz en off.

De todas maneras, os recomiendo su visionado porque pasaréis un rato entretenido.