“LA ISLA MÍNIMA”, UNO DE LOS MEJORES TRÁILERS DEL CINE ESPAÑOL DE LOS ÚLTIMOS AÑOS

Sabéis que siempre me quejo en esta pequeña bitácora de que el cine español realiza unos tráilers poco vistosos y apetecibles, los cuales ahuyentan al espectador en vez de animarlo a ir al cine a ver la película. Pues, bien, todo lo contrario me ha ocurrido al ver el tráiler de la película “La isla mínima” que, sin duda, es uno de los mejores que ha hecho el cine español en los últimos años. ¡Qué ganas de verla!

La isla mínima“, la última, y más costosa, película del director andaluz Alberto Rodríguez se estrenará en los cines españoles el próximo 26 de septiembre.

Esta producción de Atípica Films, Sacromonte Films y Atresmedia Cine está protagonizada por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, que están bien arropados en el reparto por Antonio De La Torre (“Grupo 7”, “La Gran Familia Española”, “Caníbal”), Nerea Barros(“El secreto de Puente Viejo”, “El Tiempo entre costuras”), Jesús Castro (“El niño”), Jesús Carroza (“7 Vírgenes” y “El niño”), y Salva Reina (“Impares”, “321 días en Michigan”).

Se espera que sea la película más taquillera producida por Atresmedia Cine tras las decepciones de “Pancho, el perro millonario”, aunque ésta ha resistido muy bien semana tras semana, alcanzando los 2 millones de euros; “Mindscape” y “Kamikaze”.

La sinopsis larga de la película “La isla mínima” es la siguiente:

SINOPSIS

1980. En un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir, olvidado y detenido en el tiempo, dos adolescentes desaparecen durante sus fiestas. Nadie las echa de menos. Todos los jóvenes quieren irse a vivir lejos y algunos de ellos se escapan de casa para conseguirlo. Rocío, madre de las niñas, logra que el juez de la comarca, Andrade, se interese por ellas. Desde Madrid envían a dos detectives de homicidios, Pedro y Juan, de perfiles y métodos muy diferentes que, por distintos motivos, no atraviesan su mejor momento en el cuerpo.

Una huelga de los trabajadores del campo pone en riesgo la cosecha del arroz, principal riqueza de la región, y dificulta las tareas de investigación de los dos policías que reciben presiones para solucionar el caso cuanto antes. Sin embargo, la investigación policial pone en evidencia que en los últimos años han desaparecido varias jóvenes más y que aparte del arroz existe otra fuente de riqueza: el tráfico de drogas.

Nada es lo que parece en una comunidad aislada, opaca y plegada sobre sí misma. Las pesquisas de los detectives parecen no llevar a ningún lado. En este difícil proceso, Juan y Pedro deberán enfrentarse a sus propios miedos, a su pasado y a su futuro. Su relación se irá estrechando y sus métodos se harán parecidos. Lo único importante es dar con el asesino.