Entiendo los premios en materia cinematográfica como una forma de marketing, bien sea para dar a conocer determinados films o para aumentar la recaudación. En este sentido los premios Goya cumplen su cometido a la perfección y esto podemos verlo en los últimos años en casos como los de Jaime Rosales con “La Soledad” o el más reciente de “Celda 211”, por citar dos ejemplos evidentes.
Cada vez creo menos en los premios, por eso ese ruido en defensa o ataque de un determinado film me interesa poco.
Lo más importante de los premios Goya está en la celebración anual de una fiesta bien merecida, por cierto, de homenaje tanto a los profesionales que lo hacen como del público que lo disfruta de nuestro cine patrio. En eso es en lo que deberíamos hacer esfuerzo común para mantenerlo, ampliarlo, mejorarlo y que fuera más importante que los premios propiamente.
José López Pérez
