Con su primera película, la conocida cortometrajista Elena López Riera ha conseguido llegar a la selecta selección de la Quincena de Realizadores del Festival de Cine más importante del mundo.
Su film trata las inundaciones de Orihuela desde un punto mágico y esotérico. La joven protagonista de su historia, que está descubriendo la sexualidad, vive con su madre y abuela, dándole una gran importancia al medio rural. Todo esto, junto con una peculiar forma de rodar, nos hace recordar por la temática y guion a obras como “Libertad”, “Alcarràs”, etc… sin que se llegue a descubrir nada novedoso en esta obra.
La técnica de intercalar entrevistas a mujeres o imágenes de móviles pueden acentuar la curiosidad del público, pero se hubiera agradecido un poco más de tiempo para presentar estas imágenes, ya que la curiosidad puede derivar en incomprensión.
El agua es la parte principal del guion, constantemente se escuchan comentarios sobre mujeres que murieron en riadas, en un momento dado llegamos a escuchar todas las riadas que hubo en la localidad al hacer referencia a la fecha y al santo. La tensión se consigue por este motivo, por intentar descifrar cuál es el papel del agua y cómo afectará a los protagonistas. La narrativa mágica de la trama quiere llevarnos a entender que la naturaleza puede ser dominada por el ser humano, en este caso por la protagonista.
En cuanto al reparto un elenco de actores no profesionales, cuyos papeles son magníficos, se presentan frente a dos actrices profesionales (Nieve de Medina y Bárbara Lennie). Esta unión parece ser imposible, como si fueran aceite y agua, o como en la última película de Daniel Guzmán, titulada “Canallas”.
Nota: 5,5.
El infiltrado en Cannes
