“UNA NUEVA GENERACIÓN DE DIRECTORES VAMOS SACANDO LA CABEZA”. ENTREVISTA A HAMMUDI AL-RAHMOUN, DIRECTOR DE “OTEL.LO”

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Semanas atrás,  Dani de la Orden (Barcelona, nit d’estiu) nos afirmaba en una entrevista que del ESCAC surgen auténticos “drogadictos del cine”.

Hemos tenido el placer de charlar con uno de ellos, Hammudi Al-Rahmoun Font. De padre sirio y madre catalana, es uno de esos nuevos directores empeñados en crear cine… como sea.

Su último trabajo, “Otel.lo”, reflexiona inteligentemente sobre el límite moral de un director en su relación con los actores a la hora de ‘hurgar’ en sus emociones.

Sus premios obtenidos días atrás en el Festival de Cine Español de Toulouse (Mejor Opera Prima) y Festival de Cine de Madrid-PNR (Mejor Película), se suman a los ya conseguidos este año, como el de Mejor Película en el ÉCU -The European Independent Film Festival de París- y el premio del público en el Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona.

Os dejamos con la entrevista.

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-En primer lugar, ¿cuál sería la carta de presentación de Otel.lo, para un gran público que desconoce de su existencia?

Nosotros la definimos como “ejercicio cinematográfico”. Para mí parte como un ejercicio de experimentación. Es una versión absolutamente libre de Otelo, un punto de partida, y a partir de ahí se trata casi de una situación de rodaje en la que  planteamos la relación de director/actor.

-Estamos viendo cómo los festivales de cine español por distintos países están teniendo bastante éxito, ayudando a que películas tengan incluso salida en cines, como ocurrió en Australia. ¿Tienes alguna expectativa en ese sentido tras tu premio en Toulouse?

En Francia es el segundo premio (Mejor Opera Prima) que recibimos, tras ganar en París el Premio a Mejor Película en el ÉCU -The European Independent Film Festival-. Allí han habido conversaciones con una distribuidora importante. Está encima de la mesa, pero no acaba de cuajar.
El tema de la distribución me tiene bastante escéptico. Veo que es complicado para directores reconocidos, imagínate para una peli como la mía, de un director desconocido y sin grandes nombres en el cartel. Lo único que nos avalan son los premios.

-¿Qué es lo que llama la atención fuera de España?

Fuera la hemos presentado en Londres, París y Toulouse, y en todos esos lugares les parece interesante la línea entre ficción y realidad, y muestran mucho interés en lo que queremos contar y en cómo llegamos al diseño de producción y narrativa que tiene.

-¿Qué fue lo que te llevó a abordar un tema tan poco explotado en el cine como la relación actor/ director?

Es algo que me atrae mucho. La dirección abarca muchos elemento; cada director tiene sus preferencias y en mi caso disfruto mucho del trabajo con actores.
El punto de partida fue hace años, cuando estaba haciendo un casting por la calle buscando a actores para participar en nuestros cortos de estudiantes. Vino mucha gente que jamás había sido actor y se presentaban como curiosidad. Yo tendría unos 20 años, y recuerdo a un señor mayor que al hablar frente a mí le temblaba la voz de los nervios. Me sentí muy incómodo y impactó mucho esa vulnerabilidad… Te das cuenta del poder del director; podrías llegar a humillar, a maltratar a esa persona.

Además, me encantan las anécdotas de los grandes directores. Cuando te cuentan que Woody Allen les ponía a las actrices unos zapatos dos números menos para que mostraran irritabilidad cuando, por ejemplo, tenían que rodar una discusión de pareja. Ese tipo de trucos que te hacen pensar “qué ingenioso”, pero a la vez “qué cabrón”, y te planteas dónde está la línea entre un truco aceptable y un maltrato descarado.

-Y desde esa premisa, ¿cómo fue el trabajo actoral?

Hicimos un primer casting en el que yo era el cámara y observaba lo que pasaba. Luego se hizo un segundo casting, en el que cuando citábamos a los actores les advertíamos de que si eran seleccionados, podíamos coger material del propio casting. Les iluminábamos, poníamos un micro de corbata, les dimos alguna indicación de vestuario, etc. Primero hacíamos una entrevista normal, y luego una ficcionada. De ese casting surgieron Youcef Allaoui y Ann M. Perelló.

Después llegaron unos ensayos de unos 15 días donde básicamente nos conocimos, sin mostrar nada de la película. Hacíamos ejercicios de interpretación para ganar confianza.
Cuando llegó el rodaje hubo mucha improvisación. Ya habíamos leído juntos la obra Otelo y por fin sabían de qué iba todo aquéllo que antes les habíamos ocultado, pero aún así yo me guardaba información para lograr momentos de espontaneidad.

-¿Cómo logra un director sacar lo mejor de un actor?

En mi caso desde la cercanía, pero creo que cada uno tendrá su método. Cada rodaje es un mundo y cada actor también. Quizá el truco es descubrir durante el ensayo qué método es el que vas a necesitar, ya que cada actor necesita algo diferente. Para ello hay que hablar, conocerse…Entonces descubres qué te puede dar cada uno.

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-Comentabas la anécdota de Woody Allen. Otros tienen fama de tiranos…Hay mucha mitología en este tema, supongo que has jugado con ello.

Exacto. Por ejemplo, la leyenda de Von Trier con Björk de que ella dijo que no volvería a trabajar con él jamás, que era un cabrón, le había engañado… Todos esos rollos que al final no sabes si tienen algo de marketing, era algo que formaba parte de mi personaje.

-¿Qué personalidad del cine español es para ti un referente en cuanto a dirección de actores?

Hay muchas y muy variadas. Me gusta mucho ver entrevistas de directores. Por ejemplo, me gusta la personalidad de Jaime Rosales, -aunque no conecto especialmente con su cine-, cómo él no va buscando grandes backgrounds. Es muy interesante su dirección de actores. Vi en una rueda de prensa de “Tiro en la cabeza” que el actor era el director artístico, y pensé “¿por qué no?”.

Y por supuesto, me parece muy atractivo lo que hace Almodóvar, cómo todos los actores actúan con él de un modo diferente al resto de directores. Tiene mucho mérito.

-¿Quizá él sería el gran referente en nuestro país?

Sí, pero es tan genuino y personal que quizá más que referente es alguien a quien admirar. Es un estilo que no se podría copiar. Es un “estilo Almodóvar”, y los actores actúan así.

-Se están sucediendo pelis low cost muy interesantes, pero a veces tengo la sensación de que se nota demasiado el esfuerzo de aparentar tener más presupuesto del real.

Sí. Es el complejo que tenemos los pequeños. A veces se pretende aparentar una mayor factura porque es lo que se vende a un productor y lo que te permite acceder a tvs, etc, y es un error, porque se puede hacer algo brillante y que sea genuinamente low cost.
Creo que Otel.lo es una película low cost, casi circunstancialmente. La única diferencia si hubiéramos tenido más pasta en cuanto a planteamiento de producción habría sido en los actores, pero no habría tenido ningún sentido ya que precisamente se juega a que son actores amateurs en la ficción.
En factura no nos faltó dinero, y con los 15 mil euros tuvimos incluso para un rodaje de “lujo” en tres días. Eso sí, no cobramos…

-¿Hubo alguna ayuda pública?

No. De hecho, la peli no tiene logos -sólo el de la ESCAC y Escándalo como productoras; y Corte y confección, que también colaboró-. Casi me enorgullece ver que mi peli no tiene los veinte mil logos de otras, que si el ICAA, el Ministerio, las tvs… y esta es una peli indie, indie, indie. Aquí nadie ha metido la nariz.

-¿Cómo ves el panorama del cine, con las últimas declaraciones de Montoro y demás?

Bueno, de esas declaraciones no voy a decir nada, porque hace tiempo que esta peña perdió la credibilidad. Sí voy a opinar sobre el cine en clave positiva.

Nos hemos lamentado mucho del drama, que lo es, porque más allá de los directores hay una base de técnicos que pierden su trabajo.
Cuando yo decidí ser director fui consciente de que no iba a vivir de esto. Tardas tres o cuatro años en sacar una peli, y a no ser que sea un consagrado es imposible vivir de eso.

Mi visión como director es que los últimos dos años han sido para mí los más dulces. Se ha caído un sistema de producción en el que yo no estaba y de algún modo eso ha abierto un hueco a los que no entrábamos en el pastel, que no teníamos subvención, que el de TVE no nos conocía, etc. De pronto, cuando ya no hay nada que repartir, muchos de los que queríamos hacer cine -aun sin pasta- hemos sacado la cabeza.
A ver, que de algún modo se tendría que vivir de esto… pero sí es cierto que ahora hay espacio para una nueva generación, como ocurrió en su momento con Almodóvar, que fue un tío que se consagró haciendo pelis indies con sus colegas.

Además, creo que los grandes seguirán ahí, aunque quizá con menos frecuencia, y por supuesto habrá un momento de vacas flacas.

-¿Qué películas indies recientes destacas?

Por ejemplo “Mapa” (León Siminiani) me pareció super ingeniosa, hecha con un ordenador y su cámara. Son muchas ideas nuevas que me voy encontrando por festivales. Descaradamente se trata de una nueva generación que vamos sacando la cabeza.
En Toulouse competíamos con “The Extraordinary Tale”, que es un derroche de creatividad, en un plató con dos actores y un derroche de calidad y buenas ideas.

-Al final de la necesidad surge el talento…

Totalmente. Tú te vas limitando y hace que se te vayan ocurriendo cositas que con dinero no surgirían.

-¿Cuáles son las siguientes paradas de Otel.lo?

Tenemos cerrado L’Alternativa en Barcelona, y otro festival de cine español que se celebra en Noviembre en Berlín.
También pretendemos hacer un estreno, rollo con una copia sala a sala, negociando directamente con el cine. Un poco como se ha movido “Mapa” o la de Jonás Trueba, haciendo una especie de evento, con un coloquio; ofreciendo algo más que una peli convencional.

-¿Cómo fue el salto de alumno a profesor de la ESCAC?

Genial. Llevo unos 5 años. Cuando estudiaba allí me sentía Harry Potter estudiando magia, fue precioso. La empresa tiene un aire de hogar pero a la vez con mucha ambición y ganas de hacer cosas grandes.

-¿Sigues a tus colegas de ESCAC que van lanzando sus trabajos, como Dani de la Orden?

Sí. Dani la está petando. Él es de promociones posteriores, incluso creo que di clases a su promoción. Cuando hago las clases pienso “de aquí va a salir algo”. Nos vamos a reinventar, o lo que sea, porque hay muchísimo talento. Y esta gente, no sé cómo, va a buscar la manera de hacer cine. Esto no va a parar.

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2 thoughts on ““UNA NUEVA GENERACIÓN DE DIRECTORES VAMOS SACANDO LA CABEZA”. ENTREVISTA A HAMMUDI AL-RAHMOUN, DIRECTOR DE “OTEL.LO””

  1. muy, muy interesante todo lo que dice.. y desde leugo, con gente como él podemos tener la garantía de que nuestro cine nunca morirá (por más que les pese a muchos)…

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