“NO ES NADA FÁCIL RECIBIR AYUDAS PARA ALGUIEN QUE QUIERE HACER CINE, NO DINERO”, SAMUEL DOMINGO, DIRECTOR DE LA PELÍCULA “HABITUS”

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Samuel Domingo, mientras observaba cómo su largometraje aparecía en las publicaciones bajo el titular “la película mileurista”, peleaba por sacar a la luz esta interesante propuesta que desde El Blog del Cine Español recomendamos. Una tarea complicada cuando tus inquietud es puramente cinéfila, artística, sin las aspiraciones comerciales que exige la situación actual en la Industria.
Con motivo de su estreno hoy, a través de Filmin -un portal por el que cada vez sentimos más aprecio y cuyo soporte hacia la cultura es mucho mayor que el que podemos esperar del Estado-, nos ha hablado largo y tendido de su película, de las nuevas vías de distribución, del desapego político hacia lo artístico, la dificultad para acceder a una subvención… Temas que hemos debatido muchas veces aquí y cuyo testimonio en primera persona resulta impagable.
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-Samuel, en primer lugar, ¿es literalmente correcto calificar tu película de mileurista?

Absolutamente correcto en cuanto al presupuesto. 1.000 euros es lo que nos gastamos haciéndola, principalmente en comprar comida. Eso sí, la producción está valorada en 250.000 euros, porque el trabajo de la gente tiene un valor, aunque no se haya podido pagar. Por otro lado, no me gustaría que la película sea recordada con este calificativo de ‘mileurista’, ya tiene nombre: Habitus. Y otros valores: es una película española de cine independiente, muy independiente…

 

-¿Nos puedes resumir en qué consiste este proyecto?

Es un experimento de producción rápida, sin presupuesto, entre amigos, realizado con la libertad y los límites que esto implica.

En la primavera de 2010 acababa de fracasar en el intento de obtener una ayuda para poner en marcha otro proyecto de largometraje más ambicioso que Habitus. Este fue el detonante. No me conformé con la decisión de x personas del Ministerio, que habían decidido que yo no iba a hacer cine ese año (o nunca). “Por suerte hoy en día las vías para producir son más asequibles y yo tengo un equipo propio con el que puedo hacerlo”, pensé. Con este punto de partida me puse a escribir. En un mes tuve la escaleta de guión con la que íbamos a trabajar. Ese mismo verano, dos meses después de escribir la primera línea, estábamos grabando. Fue una reacción en cadena. Se sumaron dos amigos productores, Juan Carlos Rincón y Marc Martínez, y entre los tres diseñamos un plan de rodaje viable. Mis amigos se sumaron y muchos amigos de mis amigos también.
Fue una bola que empezó pequeña y creció más allá de mis expectativas. Escribí para producir con lo que tenía, casi nada. El guión se modificaba durante el rodaje si la producción lo exigía. Todos los departamentos partían de presupuesto cero, puro ingenio el de Elisa Martínez -directora de arte- para resolver el rodaje. No se ensayó con los actores, decidí no escribir los diálogos; se improvisaban en el set. Joan Martínez hacía la música paralelamente a la grabación. ¡Nos traía piezas musicales al rodaje! Muchos técnicos tenían suplentes para cuando no podían venir, se hacían turnos… solo los actores eran insustituibles. Hay otros casos, como Carlos Cebrián, el director de fotografía, que incluso renunció a algún trabajo porque ya se había comprometido con nosotros, admirable. La aportación de todos ha hecho que la película sea mejor de lo que me imaginaba mientras la escribía.

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-Según comentas, tu film se puede observar como una alegoría de la dificultad de muchos creadores jóvenes por sacar adelante sus obras.
Es cierto que el guión empezó siendo una aproximación más natural hacia el mundo que me rodea, actores y directores de teatro, artistas plásticos, músicos, fotógrafos, que ya en aquel año sufríamos la precariedad que el sistema lanza sobre los que no se pueden enmarcar en lo establecido políticamente como “subvencionable”. Los protagonistas eran los artistas que se sitúan en la periferia, los que no tienen visibilidad, los que luchan por sobrevivir con sus medios y sus iniciativas. Estos frente a políticos y gestores culturales que malgastan el dinero público a favor de unos privilegiados y no dejan espacio para los demás. Y los privilegiados, estos también tenían su lugar en la historia.
Fue el dramaturgo y amigo, Xavi Puchades, quien me hizo replantearme el argumento. Yo no soy experto en política y estaba intentando contar algo muy complejo para mí. Faltaba una vuelta de tuerca, llevarlo a mi terreno.

Así surgió la idea de trasladar estas ideas y personajes a un mundo imaginario, controlado o, como bien dices, alegórico. Soy fan de algunos directores de cine fantástico (Jeunet, Helmer, De la Iglesia, Fesser…)  y por tanto me atrajo mucho la idea de proponer un universo especial. En esta casa se da todo lo que antes se daba en una ciudad, pero de otra manera.

 

-El diseño del cartel es muy atractivo. ¿Qué trata de expresar?

El estudio Thechache ha hecho un fantástico trabajo plasmando gráficamente ese encierro en el que viven los personajes de Habitus. Nos inspiramos en carteles polacos de mediados del S. XX, que tienen una fuerza icónica muy potente, que fusionan conceptos aportando un nuevo mensaje. Es una imagen muy contundente, muy simbólica, trasladable a muchas situaciones, a muchas personas. Todos tenemos nuestra libertad coartada de alguna manera, y muchas veces somos nosotros mismos los que nos censuramos, por miedo, por ignorancia…
La referencia del cartel es la propia película, basado en el propio guión, las expectativas del director y su gusto por la estética y las sensaciones que el propio creador/diseñador tuvo durante el rodaje de la película, al participar en las tareas de producción y consecuentemente pasar muchas horas dentro de una  casa de 90 m con 40 personas, 40 grados de calor. Plasmar la sensación de presión y angustia que supone no encontrar una salida.
Los carteles rusos, el comunismo, los carteles de las diferentes guerras mundiales, y la lucha como referencia constante.
 549299_333992373384749_835435413_n                                                     Angel Romero, diseñador del cartel

 

-¿Crees que faltan sistemas de apoyo de nuevos talentos, que sí existen en otros países (Francia, Estados Unidos…)?

Creo que falta apoyo a nuevos y veteranos, sobre todo si eres de los que no hace algo comercial, si no tienes detrás una empresa que te respalde, si no quieres cumplir los plazos que el sistema de ayudas impone.
No conozco bien el funcionamiento fuera de España, sé que en Francia funciona de una manera mucho más sensata, pero tampoco es un sistema perfecto. En España, si ya estábamos mal cuando hicimos el rodaje en el 2010, ahora la situación es mucho peor. Si ya eran pocos los que accedían a las arcas del Estado, ahora son menos. Ninguna política, ni del PSOE ni del PP, se han acercado nunca a lo que para mí sería lo ideal en cuanto al soporte de la Cultura.
En cuanto a las ayudas al cine español creo, que se apoyaba sobre todo a algunos guionistas y a algunas empresas productoras. Si no eres una empresa con prestigio, si no cumples con los requisitos administrativos y burocráticos que impone el ICAA, no existes. Y no es nada fácil cumplir con todo esto, y más para alguien que quiere hacer cine, no dinero. Para los que el mundo de las finanzas nos es ajeno, los que no queremos ser empresarios, solo aportar nuestro granito de arena a la Cultura de nuestro tiempo, el cine está vetado. Se manejan presupuestos tan grandes que asustan. A mí se me encoge el estómago al pensar en estas cifras millonarias… Obviamente me gustaría producir con presupuesto, pero no sé si sería capaz de enfrentarme al proceso que supone acceder a una subvención del Ministerio. Lo he intentado varias veces, sin éxito. ¿No me lo merezco? Era mi pregunta. Mi respuesta es Habitus.

 

-Pese a una amplia trayectoria audiovisual más que reconocida, no has logrado encontrar financiación. ¿Puedes relatarnos la odisea de esa búsqueda y puertas cerradas?

Te preguntaría ¿quién dices que reconoce mi trayectoria audiovisual?
Durante años me he dedicado a producir vídeos con mis medios y mis amigos. Las pocas veces que he pedido ayuda para producir no me la han dado. Para Habitus no hemos pedido subvención, no quería someter la producción a otros ritmos que no fueran los nuestros. Para hacerlo cómodo, tenía que hacerlo como lo había hecho hasta entonces, sin dinero. La odisea empezó una vez terminada la producción. Si algo he aprendido es que se debe pensar antes de rodar en dónde y cómo vas a distribuir tu película. Hemos dado mil vueltas con Habitus. Los distribuidores que se interesaban nos exigían mucho dinero para poder hacer publicidad y copias, y no hablo de 1.000€. Los exhibidores que se interesaron nos exigían el VPF (Virtual Print Fee) para la exhibición de copias digitales, que son en torno a 700€ por sala. Con nuestro presupuesto nada de esto fue viable, mucho menos el hinchado a 35mm y hacer las consiguientes copias. Como la película está hecha de manera poco ortodoxa (a nivel fiscal), tampoco tenemos opción a ninguna ayuda para la exhibición. Todo callejones sin salida. Menos Internet, de momento. Por suerte existen personas inquietas que también encuentran su ventana en la Red. Entre estos están los gestores de Filmin, que cubren un vacío en la distribución comercial y ofrecen la posibilidad de exhibición a quien ellos consideran dentro de sus intereses artísticos y comerciales, aquí hay espacio para más gente, es más justo.

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-Se dice que de la falta de recursos surge la creatividad y el talento. ¿Has tenido esa sensación con el resultado de tu obra?

Hay mucho talento en Habitus, pero no el mío; el de todo el equipo. Es normal que yo me adaptara a hacer esta película a toda costa, era mi niña. Pero que lo hicieran 50 personas más y que consiguieran hacerla suya, entendiendo mis motivaciones e intenciones, es fantástico. De este rodaje surgen nuevos amigos que lo serán para todo la vida.
Para mí el resultado es muy digno, si lo miras con objetividad, y muy bueno si sabes cómo está hecha. Al que más le exigiría si tuviese que empezar de nuevo es a mí mismo, desde el guión hasta la distribución, todo lo podía haber hecho mejor. Pero esto es parte de los procesos que me gusta emprender, tomar el riesgo de hacer algo nuevo y más grande de lo que ya has hecho. Provocar el error como medio para aprender.
En el rodaje todos nos tuvimos que enfrentar a resolver situaciones complicadas, con tiempos de reacción muy cortos, con pocas opciones. Ahí es donde aparece el talento, la creatividad como bien dices.
Lo que sí te aseguro es que el clima que hubo en el rodaje fue mágico. Fue todo tan fácil a nivel humano, tan cordial, tan compartido… Había tanta generosidad, tanta camaradería, que solo rodarla ya fue un regalo. Rodamos más de tres semanas, en interiores, con luces incandescentes, entre julio y agosto, en casas pequeñas, cerradas a cal y canto… Físicamente fue muy duro para todos, hubieron días que el termómetro superaba los 40º, sin aire, sin descanso…
Estoy muy orgulloso de Habitus, es mi primer largo y me alegra que sea así. Una experiencia enorme, algo tan especial que nunca la olvidaré.

 

-¿Qué nuevos directores o títulos destacas del cine español actual?

El primero que me viene a la mente es Adán Aliaga, por proximidad supongo. El director alicantino tiene un perfil bien interesante, afamado por la multipremiada “La casa de mi abuela”, y parece que más cómodo en el documental, se atrevió con Estigmas, un largometraje arriesgado en todos sus aspectos, posiblemente de esas películas que con el tiempo encontrarán su lugar entre las de culto.
Otro que no puedo dejar fuera es a Jaime Rosales, su cine es particular, tiene un sello muy personal, yo diría que es casi un filósofo de la cinematografía. Es de esos cines que se hacen desde las ideas, no desde las previsiones de taquilla.
Y quizás más jóvenes sean el equipo de El Cosmonauta, a los que admiro por lo que han conseguido poner en pie a pesar de su juventud (¿quizás su falta de experiencia?) y la envergadura del proyecto. Aun no hemos podido verla, pero el proceso es admirable, aunque el sistema de crowdfunding según mi punto de vista no es la solución a la crisis del cine español. Son los políticos los que deben de parar de robar y repartirse el dinero, que bien administrado hay para todos.

 

-¿Qué se puede encontrar quien vea “Habitus”?

Una película. Poder decir esto no nos lo quita nadie.

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¿DÓNDE PUEDO VER EL ESTRENO DE “HABITUS”?

Visita la Web de Habitus