“LA MEJOR SUBVENCIÓN AL CINE ESPAÑOL DE LA HISTORIA LA DIO ESPERANZA AGUIRRE”, JOSÉ LUIS CUERDA

El veterano director, productor y guionista José Luis Cuerda, en una entrevista muy completa realizada por Jot Down Cultural Magazine, habla de su nueva faceta como vitinicultor y también sobre el cine español. Además, sobre temas tan espinosos del mismo como el de las polémicas subvenciones.

Al respecto de las subvenciones José Luis Cuerda responde:

¿Hasta tal punto crees que afecta a la industria del cine el color de la Moncloa?

Le afecta, pero lo hace de una manera paradójica. Aznar concedió subvenciones. La mejor subvención que se ha dado nunca al cine español la ha dado Esperanza Aguirre…

¿A José Luis Garci?

Solo digo que la mejor subvención que se ha dado nunca al cine español la ha dado Esperanza Aguirre (fueron 15 millones de euros para realizar la película “Sangre de Mayo”). La cultura oficial española fue apoyada a capa y espada por el franquismo, pero no lo ha sido cuando los socialistas han estado en Moncloa. Las ofertas abiertas más explícitas de las que yo he sido testigo no han venido por el lado del PSOE en ningún caso. Pero no hay que subvencionar culturas. Hay que subvencionar las plataformas que permiten que las distintas manifestaciones culturales se expresen con la mayor libertad y la mayor eficacia. Hay que apoyar a quienes fabrican productos culturales. Sean del espectro que sean o sean del tinte que sean, siempre que respeten las normas democráticas del juego.

¿Pero por qué merece el cine estar subvencionado? O mejor dicho, ¿por qué lo merece más que otros sectores?

¡Es que eso es mentira! Hay muchísimos sectores que están más y mejor subvencionados que el cine. ¡La máxima perceptora de subvenciones en España es una señora que se dedica a la agricultura!

Es una señora con muchas tierras que subvencionar.

¡Muchísimas! Podría ir del norte al sur de España sin salir de su finca. ¿Qué necesidad tiene de que se le subvencione? Que me lo cuenten.

Tampoco se puede paliar con subvenciones la escasez de demanda en el mercado de productos cinematográficos.

El mercado se induce. Si no existiese la inducción del mercado, no existiría la publicidad. ¿Cómo no va ir más gente a ver una película que tiene todas las páginas de todos los periódicos y de todos los suplementos en la semana de su estreno que otra que no tiene ni para pagar una página de publicidad? Cuando además, el tonto que la protagoniza está en las revistas desde tres meses antes. ¡Y aparece hasta en los yogures! ¿Pero qué es eso del mercado? Los mercados son una ficción económico-administrativa y sociológica que hace que todo vaya de puta pena. Los mercados no regulan nada. Quieren ganar, y ganar de cualquier manera. ¿Cómo va a ser eso lo que regule la producción cultural ni ningún tipo de producción? ¡No existiría ningún periódico! Serían deficitarios todos.

La impresión es que la oferta es muy superior a la demanda, en el caso del cine.

¡Coño, y en el caso de la prensa! Y en caso del DDT, y en el caso de los desodorantes, y en el caso del fútbol… ¿No hay mucha más oferta de fútbol que demanda? ¿Cuánto deben los clubes de fútbol a Hacienda? Al pasar frente al Bernabéu vi que la entrada de un Real Madrid – Sporting de Gijón costaba 50 euros. Eso no es caro… ¿Y 8 euros del cine es caro?

Sin embargo se llena el estadio.

Sí, ¿pero cuántos minutos dedica la televisión a la promoción del fútbol? ¿Y cuántos dedica al cine? Claro que en el cine hay mucha más oferta que demanda, pero eso ocurre con todo.

Si hay una muy buena película al año, tres que no están mal, tres que podrían haber sido buenas y muchísimas que son pésimas, hay una gran cantidad de películas pésimas que la gente no está demandando y sin embargo sí están siendo subvencionadas.

¡Qué va! Muchas son suicidas. Para financiar una película hay que hacer preventas. La vendes para televisión, para vídeo, etc. Bueno, la vendías, porque ahora con eso de bajarse las películas, que es bajarse los calzones, bajarse la legalidad… Claro, las películas están ahí, a disposición del que se las quiera bajar. Y me parece perfecto. Como sus coches, que están a mi disposición en la calle y yo los puedo coger. No los pienso vender, igual que ellos dicen que no piensan hacer negocio con las películas que se bajan. Tampoco yo con su coche. Me lo bajo para usarlo yo, igual que hacen ellos con la película. Perfecto. Bájatela y yo me bajaré tu nevera al llegar a tu casa. La abro y cojo lo que me dé la gana. Si se socializa todo en este mundo, que empiecen por el cine, de acuerdo. ¡Pero se sigue por todo lo demás! Si las películas tienen que ser gratis, más gratis tiene que ser el filete. O la pechuga de pollo. O la vivienda.