LA SERIE “APAGÓN” A LA SECCIÓN OFICIAL DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN, ¿UNA INCONGRUENCIA?

Una edición más el Festival de Cine de San Sebastián vuelve a apostar por las series y así el viernes 23 de septiembre, en su sección oficial, se presentarán los cinco capítulos de la serie “El apagón”, la esperada producción de Movistar+ donde han trabajado en su dirección Rodrigo Sorogoyen (‘Antidisturbios’), Raúl Arévalo (‘Tarde para la ira’), Isa Campo (‘La próxima piel’), Alberto Rodríguez (‘Modelo 77’) e Isaki Lacuesta. De todas maneras el público no tendrá que esperar nada para verla porque estará disponible en la plataforma azul el 29 de septiembre.

En su reparto aparecen Luis Callejo, María Vázquez, Patricia López Arnaiz, Ainhoa Santamaría, Jesús Carroza, Melina Matthews, Tomás del Estal, Javier Tena, Zoé Arnao, Miquel Fernández, Naira Lleó, Mourad Ouani y Sofia El Bouanani.

“Apagón” es una serie original Movistar Plus+ producida por Buendía Estudios inspirada en el exitoso podcast de ciencia ficción original de Podium Podcast (PRISA Audio) ‘El gran apagón’. El punto de partida es una tormenta solar que impacta en la Tierra causando un apagón generalizado. En esa nueva realidad se desarrollan cinco historias de personajes que luchan por adaptarse a un mundo sin electricidad, ni telecomunicaciones, ni medios de transporte, en el que tienen que enfrentarse a sus necesidades, instintos y miedos más básicos.

En fin, no quiero entrar en el debate de la incongruencia de ver series en la sección oficial de un festival de CINE pero, ¿qué opináis vosotros?

33 thoughts on “LA SERIE “APAGÓN” A LA SECCIÓN OFICIAL DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN, ¿UNA INCONGRUENCIA?”

  1. Ya que pedís que nos mojemos, voy a intentar hacerlo, aunque no tengo una opinión muy clara respecto a esto.

    Comencemos por dejar claro que, las fronteras entre cine y TV, si es que alguna vez existieron, son más difusas que nunca. Películas destinadas a las salas de cine, han sido estrenadas directamente en plataformas de visionado desde casa; series de televisión han copado los primeros puestos de las listas que muchos críticos de prestigio hacen a final de año para reconocer “las mejores PELÍCULAS del año”; pelis de 7-10-14 horas se han podido ver en salas y festivales de cine fragmentadas como si de series se tratase debido a la imposibilidad de verlas de un tirón; cada vez hay más películas divididas en capítulos dirigidos por diferentes directores (algo más propio de las series) y más series dirigidas por un solo creador (algo que parecía más propio del cine)…

    Podréis pensar que con esta introducción voy a decir que me parece estupendo lo que hace el Festival de San Sebastián (y lo que han hecho tantos otros)… pues no. El problema que tengo con esto (que en todo caso, es un problema pequeño o más bien ínfimo) no tiene que ver con la separación entre cine y TV “en esencia”, sino más bien en cuestiones prácticas. Sean o no el cine y la televisión diferentes caras de la misma moneda, el caso es que las diferentes pantallas no están corriendo la misma suerte. Y mientras que la pantalla grande está muriendo, la pequeña está en un mejor momento que nunca. La pregunta que debemos hacernos, pienso, es… ¿quién sale ganando con esto? Y mi respuesta es, o bien “nadie”, o bien “Movistar+”. Digo “nadie” porque las series de M+ funcionan como un tiro y no creo que el extra de prestigio que les pueda aportar participar en Donosti les cambie demasiado su suerte. Y digo “Movistar+” por eso, porque quizá haya algún alma cándida o dos que entiendan que esta selección significa que la serie es tan brillante que “la gente del cine” no ha podido evitar arrodillarse ante ella. Yo, algo más cínico, me imagino que debe haber también mucho tema de “te paso esta película y a cambio me pones esta serie y luego dedico algún minuto extra a hablar de tu festival en algún programa mío de éxito”. Por un lado, entiendo todo esto, ya que me imagino que poner en marcha una maquinaria tan pesada como la del Festival de San Sebastián debe ser imposible sin hacer algunos amigos por el camino, pero lo que no acabo de ver es el tema de “Sección Oficial”. ¿Por qué? Porque para impulsar la maquinaria promocional de Movistar+ bastaría con proyectar la serie donde sea, pues va a tener atención de sobra sea como sea. Sin embargo, muchas películas más pequeñas (ahora mismo cualquier película española se siente pequeña, frente al éxito de las series) podría tener un poquito extra de atención si estuviese en Sección Oficial, en vez de en otra sección paralela más desapercibida para la prensa y el gran público.

    Y muchos me diréis: “A ver, aclárate, no puede ser que digas que para la serie le da igual una sección que otra y para las películas digas que es importantísimo”. Pues sí, lo digo y lo pienso. Por dos razones, fundamentalmente. La primera es porque en el mundo actual, las series (y más las de M+) terminan viéndose y su aparato promocional está funcionando, pero con las pelis no pasa lo mismo. Lo segundo, es una cuestión de números. Imaginemos que por el tema de una sección u otra se capta la atención de, no sé, 10000 espectadores más. Esto no es demasiado para una serie de M+, mientras que para una película pequeña, pongamos un debut sin grandes estrellas, puede ser más de la mitad de su taquilla.

    Algunos pueden decir que este no es el problema de San Sebastián. Pero la cuestión es que, la serie está en Sección Oficial FUERA DE COMPETICIÓN, o sea, que aunque la serie sea magistral, no va a subir el listón de la calidad de su concurso y pocas personas la van a tener en cuenta para medir el nivel de la competición. Y, por otra parte, si la gente que sigue haciendo cine para las salas empieza a sentir que el festival mima más a las plataformas, podrían dar la espalda al festival. Porque sí, San Sebastián es un clase A internacional, pero si cada año no recibe las 3-6 películas más esperadas del cine español de cada temporada podría estar muy muy muy tocado. Sobre todo porque más de la atención mediática que recibe es patria y se debe a que funciona como lanzadera para los Goya. Imaginaos por un momento que este año Palomero, Rosales, Rodríguez, León, Coixet (doc.), Aranoa (doc.) y Franco hubieran decidido que se van a la Seminci… y de paso añadamos un Vermut y un Gay a la ecuación. ¿Seguiría la prensa española concentrándose en Donosti por su status de festival clase A? No lo tengo tan claro.

    Para mí, lo peor de todo es que creo que San Sebastián no ha ganado nada con esto. Que nadie va a ver esa jugada como “Hostia, Rebordinos es el puto amo por haberse agenciado la serie esta de M+”, sino más bien como “¡Vaya títeres los de Donosti, que las plataformas hacen con ellos lo que quieren!”. Como decía antes, seguramente sí que habrán ganado algo como la esponsorización de algún espacio del festival o el acceso a alguna peli que querían conseguir que les habría sido “bloqueada” en otro caso, pero no creo que la proyección de la serie en sí misma sea una victoria de ningún tipo.

    Y quizá, solo quizá, solo lo estén haciendo porque otros festivales grandes también lo están haciendo y no quieren quedarse “antiguos”. Pero lo que tienen que entender es que los plataformas les están comiendo la tostada y no creo que además deban hacerles la cama.

    Y, ante todo, no quiero quedar como un “hater” de las plataformas y los streamers. Yo veré “El apagón” los primeros días que esté disponible, como todo hijo de vecino. Pero precisamente por eso, porque la voy a ver sí o sí igualmente, creo que no necesitaba el extra de promoción y prestigio que puede otorgar la Sección Oficial de San Sebastián que tan bien le podría haber sentado a alguna otra producción de la que no he oído (ni, lamentablemente, oiré) hablar nunca.

    Y todo esto, por no decir, que al proyectar todos los 5 capítulos de la serie, no se quita solo espacio para una película, como he comentado antes… sino más bien para 2.

    Si ya es difícil lograr llevar a la gente al cine, solo faltaba que los de Donosti añadieran alguna piedra más en el camino.

    Pero repito: Nada en contra de la serie en sí, ni de que se considere “cine” o no, ni de las plataformas. Para mí el problema está solo en dar ese extra de atención y promoción a quien menos lo necesita.

  2. Pues yo lo considero un peaje menor. LAs series que ha presentado el festival anteriormente han tenido siempre relevenacia cinematográfica (antidisturbios), temática (Patria) etc… yo creo que la de este año tampoco va a ser una excepción.
    Irma Vep se presentó en Cannes, y yo no creo que haya nada más apropiada ahora que la estamos viendo.

  3. Madre mía Aikugur, te has quedado a gusto jeje. Para mi, es bien sencillo: una película es una película y una serie es una serie. Es cierto que hay algún caso de películas larguísimas cuya proyección se divide por logística, pero son casos muy puntuales de películas de festivales, arte y ensayo…Está nueva frase de “está serie es una película de doce horas” es puro lenguaje yanqui de marketing de las plataformas. Respecto a lo del impacto de las series frente al cine, creo que las plataformas de streaming son una burbuja que va a estallar más pronto que tarde, pero soy consciente de que es una opinión minoritaria.

  4. Jose, como te digo, yo no lo veo como un problema de calidades. Pero vamos a ponerlo de otra forma. Si cuando una serie sale redonda, como pueda ser el caso de “Antidisturbios” (se puede discrepar, claro está), se la “llevan” los festivales de cine… ¿Qué les queda a los festivales que se centran en series? ¿Las series “medio dignas” que no llegan a captar la atención de los del cine? Hay gente que lleva media vida apostando por la tele, algo que durante años o décadas ha sido un erial, para qué engañarnos, y ahora que por fin su tiempo y esfuerzo apostando por este medio empieza a dar sus frutos, se los llevan aquellos que siempre les habían dado la espalda. No me parece justo.
    El caso de “Irma Vep”, aunque también cuestionable, lo veo más discutible por su discurso metacinematográfico. Así que podría verlo como cuando en un festival de cine hay una exposición de cuadros de temática cinematográfica o un pequeño concierto de bandas sonoras. No está ahí “por ser cine” sino por “tratar sobre cine”. (Lo mismo que en muchas pinacotecas se pueden ver pequeñas piezas audiovisuales sobre los autores, las técnicas, etc…)

    Carlos, es gracioso lo que comentas, porque precisamente en la serie de la que habla Jose, “Irma Vep”, se ríen un poco de ese postureo (en la serie un director hace una serie de televisión y dice algo así como que “No es una serie, es una película… Y lo sé porque yo no hago series, hago películas” – no es spoiler, porque, si no recuerdo mal, salía en el trailer :P).

  5. Aikugur, ya sabes que yo a veces soy algo menos moderado,sobre todo a colación de comentarios irrespetuosos o actitudes insultantes de otros, que todo hay que decirlo… Pero cómo agradezco cuando alguien argumenta con pros y contras y con honestidad, con calma, sin resultar nada pedante, sin atacar de entrada y lanzando un mensaje que incluye fe y apuesta por TODO el cine español, empezando por el que no tiene tantos apoyos.

    Gracias, de verdad.

  6. Jorgito, gracias por tu comentario. Yo creo que al final, todos los que frecuentamos esta página (u otras) dedicada al cine español, lo amamos de un modo u otro. Muchas veces nos tiramos los trastos a la cabeza por tonterías, porque parece que ya no sabemos discrepar sin faltarnos al respeto, pero si lográsemos un clima en el que quepan conversaciones constructivas podría resultar un espacio más interesante y amigable para todos. Lo que pasa es que, claro, cuando algo nos apasiona, las reacciones suelen ser proporcionales a la pasión que uno siente. Pero muchas veces, no pasa nada por pararse a ver las cosas con los ojos de otros, solamente a ver qué pasa, sin necesidad de compartir en realidad su punto de vista.

    Por ejemplo, dado el éxito actual de “Padre no hay más que uno 3”, seguro que habrá algunas personas (siempre las hay) que considerarán un error la aparente desconexión entre público/industria/crítica y no conciben que haya películas que hagan mucha taquilla pero no pesquen premios ni nominaciones y tengan críticas reguleras, que haya películas que triunfen en los Goya sin haber hecho mucha taquilla ni ser de las favoritas de los críticos o que haya directores con mucha reputación en las revistas especializadas pero sin relevancia en la taquilla ni en los premios de la industria. Al final, es mucha la gente que querría que estos tres grupos se alineasen un poco más, pero claro, cada uno a su manera. Hay quien querría que Segura, además de forrarse, también ganase un Goya y que le escribiesen algo bonito los de Caimán. Otros pensarán que ya que Coixet es un valor seguro en los Goya, por qué no podría de paso también tener más público y tener críticas similares a las que tenía al principio de su carrera. Y otros lo que quieren es que Albert Serra se meriende 5 cabezones en una noche y además que sus películas tengan una fila que de la vuelta a la manzana en cada cine que se proyecten. Pero claro, al final, si lo pensamos bien… si el cine ya está como está y el cine español está peor… tampoco está tan mal que todos puedan tener su pequeña parcelita de éxito. Que unos se queden con que han visto la película de más éxito en taquilla del año. Que otros se queden con que su peli favorita tuvo tropecientas nominaciones a los Goya. Y que a otros les quede el consuelo de que el crítico al que tienen en más consideración comparte su veneración por la que consideran la película del año. Porque así, aunque seamos pocos los que seguimos confiando en el cine español… somos pocos, pero menos pocos. Y esto no quiere decir que cuando llegue el momento de los premios no vaya a pensar “¡Dios mío, qué mal gusto tienen los académicos!” como sucede cada año, claro que lo haré. Pero como ocurre también cada año, me daré cuenta de que yo voy a ver “mis películas” igualmente, que pese a la falta de premios, no me las quita nadie, pero que gracias al foco de los Goya, mis padres o mi pareja verán un par de pelis españolas más que, sin ser en mi opinión las mejores, siguen siendo cine español y esto ayuda a la industria en general, pues sostiene a todas las profesiones involucradas, desde proyeccionistas hasta scripts, y beneficia por tanto desde a los Seguras hasta a los Serras.

  7. Aquí ya discrepo un poco. Para empezar porque no creo que todos los que participan en el blog le profesen el mismo amor al cine español en su conjunto. Y ya no sólo me refiero a los que comentamos, empiezo por los propios redactores que fomentan la división radical entre el insulto y la mitomomanía y creo que no es igual el que no tolera de entrada que el que en respuesta no tolera al intolerante, y la equidistancia me parece en estos casos un arma muy peligrosa, así que eso no te lo compro en absoluto.

    Y la misma equidistancia la critico a la hora de emitir un juicio de valor sobre el cine. Lo de que un taquillazo español sostiene a la industria me parece muy cuestionable. Creo que es algo que se dice mucho y que dice sobre todo gente de mucha pasta, de posiciones ideológicas muy conservadoras y gente del sector, básicamente porque son conscientes de que como no mejore la cosa, pinta muy mal para cualquier producto que se aleje de esa fórmula. Es una tragedia ese desequilibrio como lo fueron las 20 -creo que fueron- nominaciones de El buen patrón, sobre todo porque son, siempre en el contexto del cine español, grandes producciones que no deberían necesitar acaparar todo el espacio mediático, sea mediante distribución o mediante la publicidad que dan algunos premios, los Goya en este caso.
    Para mí no implica lo mismo manipular el discurso de manera que a Roures le venga bien que el salto de doble tirabuzón que un productor valiente le permite hacer a Chema García Ibarra con Espíritu sagrado. ¿Que prefiero que la gente vea cine español? No directamente. Lo que prefiero es que se visibilice lo bueno que es nuestro cine; no que la gente piense en Segura, Fesser, de la Iglesia, Almodóvar, Amenábar y para de contar como cine español en su totalidad.
    Aspiro a que el cine mueva los sistemas, no a que sea un instrumento más, otra Sexta en manos de otro Ferreras. Aspiro a que me dejen desafiarme a mí y al resto, no a que nos adormezcan.

  8. Muy de acuerdo con el último comentario de Aikugur. Yo, que suelo recibir críticas por mis comentarios, veo varios aspectos en nuestro cine.
    -Ínfima repercusión internacional (este año, es una excepción gloriosa)
    -Ninguna autocrítica por esta ínfima repercusión internacional.
    -Insignificancia de Donosti en todos los aspectos.
    -Todos los años hay un quinteto (o más) de pelis que me gustan y que deberían pasearse por el mundo.
    -Tras el Covid la taquilla de nuestro cine está muerta, porqie Segura no salva a nadie nada más que a él. Además es un tipo de cine tan de derechas y tan conservador que demuestra el nivel del español medio
    -Desprecio por una parte importante del público patrio a la mayoría de nuestros productos.
    -Temporada de premios patria inocua, nadie conoce a los Feroz ni a los Forqué.
    -Jóvenes actores varones con evidentes limitaciones
    -Talento en muchos aspectos artísticos y técnicos en muchas de nuestras propuestas

  9. Jorgito, quizá en esencia esté de acuerdo contigo (en la segunda parte de tu post), pero por otra parte hay que ser realistas y, además, comprender que existen otros puntos de vista y gustos y que, aunque existan peliculas que no nos gusten demasiado, no está mal que otras personas puedan encontrar algo que ver en los cines.
    Respecto a lo de que el éxito del cine español es algo bueno para todos, pues sí, puede ser discutible a según qué niveles, pero vamos a ver la parte que yo veo positiva. Y es que creo que hasta el cine más independiente, si se logra un equilibrio sano, puede beneficiarse de que exista un cierto tejido industrial dentro del sector. Principalmente porque los técnicos detrás de las películas pueden ir encontrando trabajo de forma regular e “ir haciendo callo”, mejorar con la experiencia y no estar siempre a salto de mata dependiendo de si sale algo o no. Esto puede hacer que gente de mucho talento se queme y lleve su carrera profesional por otro lado. Lo mismo sucede con el último eslabón del cine, las salas de proyección. Hay que ser un valiente para dedicar tu sala a poner, yo qué sé, la próxima peli de Marc Ferrer… pero quizá ese riesgo te resulte más fácil de llevar si sabes que tu apuesta por el cine español, al final del año puede cuadrar tus cuentas con las dos o tres películas que dan el pelotazo.
    Respecto a lo que comentas de los hábitos de consumo de los espectadores, pues sí, puede no ser el que a mí más me gustaría, pero al final tampoco se puede pedir que cada uno comparta tus aficiones. Yo, por ejemplo, sé poco o nada de moda y habrá mucha gente entendida a la que le parecerá aberrante que no sepa quiénes son los modistos que realmente están rompiendo las tendencias en los últimos años (y que seguramente no serán aquellos que nos venden en las noticias, tal y como ocurre con el cine). ¿Tengo yo más derecho a echarme las manos a la cabeza porque ellos no sepan quién es Chema García Ibarra? Pues no lo sé. Y lo mismo ocurrirá con cualquier arte. Estoy de acuerdo en que no por eso deja de ser bueno el objetivo general de que todos podamos abrir un poco más nuestro espectro y conocer un poco más. Quizá la cuestión sería aquí el papel de los medios de comunicación al acercar el cine más “valiente” a la población, pero claro, debido a que todas las televisiones tienen un interés directo (comercial) en el éxito de ciertas películas, esto resulta complicado y decirles sobre qué tienen que informar es algo peligroso en una sociedad democrática. Pero el problema es que cuando la “libertad” de prensa hace que en cada medio “le obligan” al periodista a centrar su conversación en la pelicula participada por dicho medio, lo de “libertad de prensa” también hay que ponerlo así, entre comillas. Porque sinceramente, me parece más que sospechoso que “casualmente” al periodista de cada medio siempre sea la película con financiación del propio medio que le da de comer la única que ha captado su interés. Pero qué voy a saber yo. Quizá sean cosas extrañas del azar.
    En resumen, que creo que en esencia, en mi corazón, estoy bastante de acuerdo contigo (luego coincidiremos más o menos en qué películas son esas a las que les desearíamos más suerte, personalmente), pero que pienso que aparte de mis intereses personales luego también puede haber unos intereses colectivos y, lo siento si mi discurso no ha sido bien entendido, que no se trataba de un rollo neoliberal en plan “si le va bien al empresario nos va bien a todos”, sino más bien que es bueno que el cine español se mueva con un todo. Y si bien sería bueno que se moviese igual para todo el mundo, ahora mismo no es algo que realistamente se pueda esperar, por lo que es bueno que pueda haber alguna película un poco más rentable que pueda permitir a la gente que se dedica a esto mantenerse, para que luego puedan arriesgarse con proyectos más personales sin sentir que hipotecan así sus vidas.

    Nacho, yo no creo que la gente discrepe contigo en esencia con lo que dices. Lo que pasa es que tampoco se le puede pedir peras al olmo. Y yo ya sé que tu piensas que con las películas que tenemos y los profesionales que tenemos se podría sacar mucho más, pero al final, me imagino que ellos hacen todo lo que pueden para posicionarse en esos festivales o atraer al público a ver sus películas. De todas formas, también hay que ver este asunto desde otros puntos de vista. ¿Que hay otras cinematografías a las que les va mejor en los festivales? Muy cierto. Pero salvo en casos muy puntuales, la prensa internacional lo ve como éxitos puntuales de cineastas concretos y tampoco se ve como un éxito nacional (y cuando se ve así suele ser un poco manipulación mediática, para qué engañarnos). Recuerdo cuando irrumpió Lanthimos en el panorama internacional y enseguida se habló de “la nueva ola de cine griego” y dos o tres películas con una estética y sensibilidad similares a las de “Canino” se colaron en festivales… y qué poco les duró. Luego él siguió y de los demás no volvió a saberse (aunque me imagino que ahora mismo habrá un espacio digital griego similar a este en el que se estarán lamentando sobre cómo es posible que no logren mantener en festivales internacionales su relevancia con la gran calidad cinematográfica de esos autores).
    En mi opinión, Nacho, aunque tienes mucha razón en muchas cosas que dices, también te sientes muy cegado por tu propio punto de vista (como nos pasa a todos, claro está). Por ejemplo, cuando dices que cada años hay 5 pelis que te gustan y que deberían pasearse por los festivales… ¿Son tus 5 pelis las mismas que las mías? ¿Las mismas que las de Jorgito, que las de Carlos, que las de Jose? Quizá si juntamos nuestras pelis favoritas, esas que deberían estar triunfando, ya no nos saldrían solo 5 y nos saldrían quizá 20… 20 entre las que ya solo nosotros disreparíamos y tú me dirías “Aikugur, ese pestiño no, que a Vermut no lo quieren ni en su casa” y yo le diría a otro “Vamos a ver, esa peli ni en pintura que es tan mala que romperá el proyector”. Entiendo que puedes decir que “Objetivamente cada año hay varias pelis españolas que son mejores que algunas que entran en la sección oficial de Cannes”, pero lo primero es que no hay nada de objetivo ahí y que debes tener en cuenta que, al ser español tienes un contacto especial con las sensibilidades de nuestro cine y que quizá estás captando cosas que otros espectadores, pues… no. Y por otra, que lo mismo están pensando los ciudadanos de la mitad de los países del mundo, incluso de algunos que producen poco, pero que están muy convencidos de la calidad de lo que se produce en su país.
    Con el tema de San Sebastián, creo que tienes razón hasta cierto punto (pero oye, que al menos cada año se estrena mundialmente algo de algún autor conocido o algún título esperado… algo que no pueden decir todos los festivales de clase A, que no son solo los 5 más conocidos, no nos olvidemos), pero también me parece que la organización o, al menos, la ciudad, no quieren tampoco mucho más. Yo creo que el impacto turístico que tiene el festival sobre la ciudad “les va bien así”, pero siempre me da la impresión de que tampoco quieren más. Y que la gente de la ciudad está muy contenta pudiendo ver “todo lo del año” en Perlak y que en general les importa poco si la sección oficial no tiene el mismo brillo que las de otras ciudades. Y que bueno, luego dan 4 premios Donostia cada año a otras tantas personas de relevancia y van, lo recogen, y ellos pueden hacerles unas fotos y pillar unos autógrafos. Y pienso que están contentos con esto y prefieren que el impacto turístico (y de correspondiente caos) sobre la ciudad no sea mayor. Pero podría estar profundamente equivocado. Lo que pasa es que siempre lo he sentido así.

    En resumen y hablando ahora sobre todo lo que se ha estado hablando en este hilo. Creo que resulta evidente que aquí, hablando solo 5 personas a las que parece que nos preocupa la salud del cine español, siendo solo 5 ya se ve que discrepamos en cuáles son las cuestiones más preocupantes y qué es lo que nos gustaría que se arreglase. Y, aunque cada uno podamos estar convencidos de que es nuestra visión la que es correcta, igual de convencido está el resto, que ha llegado a sus conclusiones de una manera igualmente cabal y reflexiva. A cada uno nos gustan unas películas, unos directores y a todos nos gustaría que algunos tuvieran más suerte en taquilla, en festivales, en reconocimiento en premios… pero si nos preguntan nombres, cada uno diríamos unos nombres diferentes y al escuchar los de los otros levantaríamos un poco las cejas. Y eso es precisamente porque el arte es una conversación entre artista y público e, igualmente que hay personas cuya conversación no nos interesa y a otros sí (y no solo lo que dicen, sino también cómo hablan), lo mismo sucede con los cineastas. ¿Hay una parte objetiva? Yo soy de los que piensan que no tanto, porque al final la parte objetiva es solo la que está en la pantalla. Quiero decir, que lo que para uno puede ser algo como “Objetivamente es bueno, pues Orson Welles lo habría hecho exactamente así”, para otro puede ser “¿Y qué aporta esto al cine cuando Orson Welles hizo exactamente lo mismo hace ya 70 años?”. Y las dos posturas son igualmente válidas y racionales, pienso yo.

  10. Yo creo que hay un debate que la industria no quiere tener,y que va más allá del cine español. Y es que el cine/audiovisual en sí mismo ya tiene más de un siglo, y es un medio cada vez más agotado. Todo el debate que existe es sobre las plataformas/salas, es decir, debaten la forma en vez del contenido. Personalmente he perdido mucho la afición por el cine desde hace ya una década. Toda la década pasada se ha basado en los superhéroes o en refritos, muy bien hechos, pero refritos: Mad Max, Blade Runners, Top Gun…y en el cine de autor lo mismo. Solo con los nombres que habéis puesto aquí: Lanthimos recuerda a Buñuel, Espíritu Sagrado recuerda a Torrente…no soy capaz de nombrar un director que haya surgido en los últimos quince o veinte años que haga algo original. Si me preguntas hace quince años si prefiero quedarme en mi pueblo en la piscina o cogiendo moras por ahí (jaja) o bajarme a Madrid a ver una peli, diría lo segundo sin dudarlo. Hoy en día prefiero lo primero. No sé si soy el único que siente lo mismo, pero sospecho que hay más gente como yo. Respecto a Segura, no me interesa nada lo que hace, pero desde luego es más honesto con su vida y trabajo, que otros que van de activistas y anuncian marcas de lujo, joyas, cruceros…El cine social que es imperante en el cine europeo y festivalero es simplemente hipócrita y no tiene ningún valor cinematográfico. Pienso en un Abogado del diablo de Barbet Schroeder, y no hay ningún director nuevo español o europeo capaz de hacer un documental social que te saque de tus esquemas y no te deje donde agarrarte.

  11. Aikugur, te quiero contestar con mucha calma porque me parece que el tema y la ocasión lo merece pero después de leer lo que ha puesto Carlos dime que todo el mundo que participa aquí ama el cine español…Lo siento pero para que simplemente escupa y no construya nada prefiero que ese tipo de espectador -que según sus palabras no parece que haga por ver mucho- se quede, efectivamente, en el campo cogiendo moras si así lo considera. Todos ganamos.

    Hay un problema de visibilización de la creatividad pero creo que el camino no es bombardear a quien más se arriesga.

    Y lo de que Espíritu sagrado recuerda a Torrente, pues sí, son friquis turbios,pero ya. Lo que en Torrente tiende al histrión y a una herencia evidente del landismo en la de García Ibarra es más un tono sobrio y algo mucho más cercano al cine de Todd Solondz.

    Primos lejanos como muchísimo.

  12. Carlos, yo pienso que tu sentimiento lo comparte mucha gente… pero que siempre lo ha compartido mucha gente. Que no se trata tanto de una carencia de oferta sino de una desconexión personal entre lo que se está haciendo y tu propio gusto personal o quizá que no has descubierto a los autores actuales que hablan más en tu lenguaje. Creo que el “ya no se hace nada nuevo” es una frase que existe en el arte desde hace siglos y que en todas las generaciones hay quien la piensa. Tal y como yo lo veo, el arte, el cine, tampoco necesitan ser completamente rupturistas para aportar algo nuevo y, cuando es completamente rupturista seguramente va a ser incomprendido por la mayoría y metido en un cajón. A lo que voy es que, si realmente piensas que el cine de Lanthimos es sucesor de Buñuel y que Espíritu sagrado es el nuevo Torrente, creo que estarás bastante de acuerdo en que no son para nada fotocopias de sus predecesores y que hay importantes diferencias en los engranajes narrativos y estéticos como para considerar que no son exactamente lo mismo, es decir, que ya suponen un cierto aporte respecto a aquellos que consideras que hicieron algo similar antes. La cuestión es que mis abuelos ya me decían hace 30 años que el cine ya no ofertaba nada nuevo ni interesante y mira, tú parece que seguiste convencido de lo contrario 20 años más. Y mucha gente consideró en su momento que la llegada del sonoro (o posteriormente del color) eran tonterías que se inventaron para entretener de forma estúpida al espectador porque no había más que decir. Pero no hay que olvidar algo. Supongamos que tengas razón en esencia (que no lo pienso, pero es una opinión tan respetable como la mía). El cine habla y retrata la sociedad en la que vive y, si bien puedes pensar que los mecanismos cinematográfico y el estilo de los autores no están ofreciendo las suficientes novedades, tendrás que reconocer que la sociedad siempre va cambiando y también las sensibilidades sociales de dicha sociedad, lo que va a hacer que aparezcan nuevos temas o que los temas antiguos se planteen bajo una nueva óptica y sensibilidad o que haya nuevas voces que los traten. Y todo esto, ya de por sí, enriquece al cine y hace que sea en esencia, incluso si más sutilmente, diferente.

    Jorgito, no había pensado en Solondz como precursor del largo de García Ibarra. Yo lo emparentaba con un referente más directo y más cercano en el espacio y en el tiempo, como es el “Diamond Flash” de Vermut. Pero algo de razón puedes tener.

  13. Es interesante el tema de las series y los festivales, y el dilema que plantea aikugur está ahí: proyectarlas puede servir de moneda de cambio para otras cosas, son parte de esa industria audiovisiual a la que inevitablemente pertenecen, también es una manera de atraer más atención sobre el propio festival dada la relevancia que las series han adquirido, pero por contra es una manera de seguir restando espacio al cine, de servir al “enemigo”, pan para hoy y quizás hambre para mañana.

    A nivel artístico, si generalizando entendemos los festivales de cine como eventos centrados en el autor-director y las series comerciales como el producto audiovisual responsabilidad última del creador-guionista, no me parece nada difícil distinguir entre aquellas más aptas para ser proyectadas en un festival cinematográfico ya que estén dirigidas en su integridad por la persona responsable de la serie, y aquellas cuya presencia tiene mucho menos sentido porque la labor de puesta en escena de los intercambiables directores está mucho más formateada para servir de recipiente de los personajes e historias del creador. Entiendo que “Irma Vep”, por ejemplo, entraría dentro del primer grupo. Todo esto sin entrar en la calidad, porque no necesariamente una serie de un tipo u otro tiene por qué ser mejor.

    Pero este caso es más difícil, porque a pesar de la multiplicidad de directores, varios de los episodios están escritos por la misma persona que los realiza, y porque estos episodios parece que van a tener su propia autonomía. El formato me recuerda a la notable serie alemana Dreileben, cuyos tres episodios estaban dirigidos por Dominik Graf, Christoph Hochhäusler y Christian Petzold, y que tenían historias independientes pero conectadas, incluso con escenas que salían en varios episodios (rodadas desde diferentes puntos de vista). Pero eran casi más películas que episodios por su duración (y la de Petzold era buenísima en particular). Difícil que alcance este nivel, en todo caso.

    Si realmente los directores tienen autonomía creativa, tampoco sería tan diferente de los film-omnibús, que tanto se popularizaron (por desgracia) en los años 60 (especialmente en Italia) y que frecuentaron muchos de los nombres más ilustres del momento.

    Respecto a otros temas, yo seguramente profese menos amor al cine español que el promedio de los participantes en este blog, pero no comparto la visión pesimista de Carlos. O al menos, considero que el bajón del cine se produjo ya hace muchas décadas. Y en realidad, después de más de cien años es casi imposible que el cine de un director no te recuerde al de otro, o no le veas alguna influencia. Pero eso pasa hoy y pasaba también hace 40 años. Máxime cuando somos capaces de relacionar “Espiritu sagrado” y “Torrente”.

  14. Puestos a preguntar, ¿qué directores nuevos consideráis que están haciendo algo nuevo o interesante en los últimos años?

  15. Y por cierto, me reafirmo en que Espíritu Sagrado recuerda mucho a Torrente. Que a nivel formal sea diferente no quita que la atmósfera, la estética y el tipo de humor se asemeje mucho al primer Segura. También a algunas películas de Álex de la Iglesia como Crimen perfecto.

  16. Y puse el ejemplo del nuevo Blade Runner y a Vileneuve como un ejemplo de lo que es el cine comercial actual. O un Nolan. Una copia perfecta y aséptica de cine pasado, inflado por la industria y la crítica sin disidencia alguna. Básicamente un yogur de vainilla hecho para contentar a todo tipo de público. Eso sin entrar en superhéroes y franquicias. Personalmente me ofrece cero interés en acudir a una sala a ver eso.

  17. Hombre, Nolan tiene muchos seguidores, pero también furibundos detractores entre la crítica. Con Villeneuve no se es tan visceral, pero también hay división de opiniones aunque primen las positivas.

    Para mí el tono y la propuesta estética, es decir el manejo de la puesta en escena para vehicular la narración, es tan radicalmente diferente entre “Torrente” y “Espíritu sagrado”, que nunca hubiera calificado a la segunda de refrito de la primera. ¿Que pueden explorar un universo no tan diferente? ¿Que puede haber influencia? Por supuesto. Pero si ya eso invalida la diferente personalidad y aproximación que pueda aportar un director en su obra, entonces no hay nada novedoso salvo los Lumière y cuatro más, porque todo ha recibido alguna influencia. No conozco ningún director de cine del último medio siglo que se haya puesto a dirigir sin haber visto ninguna película antes, y así es muy difícil no dejarse influenciar en alguna medida.

    No creo que cumplan con tu exigente criterio, pero de los últimos años a mí me ha sorprendido por diferente (y en positivo siempre) el cine de Aleksander Koberidze (¿Qué vemos cuando miramos al cielo?), de Mark Jenkin (Bait) o de Bi Gan (Kaili Blues o Largo viaje hacia la noche). Si retrocedemos un poco más, pues quizás Mariano Llinás, Apichatpong Weerasethakul o Lav Diaz.

  18. Realmente no he visto hablar mal de Nolan o Vileneuve. De hecho cuando se estrenó Dunquerque creo que le dedicaron la portada hasta los de Film Comment. Simplemente son directores asépticos que no me dicen nada, y son los que han definido la década. Respecto a Espíritu Sagrado no nos vamos a poner de acuerdo, y no he dicho en ningún momento que sea un refrito de Torrente, solo que a mí personalmente me lo recordó mucho. Si se supone que el director tenía en mente a Solondz o Vermut como dicen por aquí que son sus referentes, conmigo no lo consiguieron. Es como cuando Paco León dice que su principal referente es Vincent Gallo y luego sus películas distan poco de Ozores.

  19. Y por cierto, he visto Largo viaje hacia la noche. Soy consciente de que la crítica se volvió loca con esa película, a mí no me pareció nada del otro mundo. Hay mucho cine asiático similar.

  20. Muchas cosas rapiditas y de verdad que espero esta noche o mañana tener más tiempo para dedicarle a los temas tratados por aikugur, cuya dedicación al diálogo me parece admirable y agradecible, más allá de que en su escucha y su comprensión se equivoque, a mi parecer, al legitimar discursos que sólo aportan bilis y una visión negativa de absolutamente todo.

    No me emociona nada Nolan, excepto El caballero oscuro a la que me parece que le quitas la trama del empresario chino y te queda redonda, y de Villeneuve sólo vi Arrival y me pareció una tomadura de pelo como una catedral. A Villeneuve es verdad que lo ensalzan bastante, pero a Nolan a veces sí que le hacen críticas de todos los colores. Es verdad que no con Dunquerque -que a mí me parece un coñazo de bastante cuidado y que en su parte melodramática es simplona hasta la médula- pero a Tenet le dieron bastante caña.

    Pero aparte, Carlos, dinos… ¿Qué te gusta?

    Genjuro, no me sorprende ni estar de acuerdo en algo contigo ni que tú lo obvies en tus comentarios (a mí o a cualquiera con el que coincidas, no sólo con el que discrepes).

    De verdad, la gente es maravillosa, observadla un poco más y decid las cosas buenas, que tampoco pasa nada.

  21. Carlos, leyéndote me da la impresión de que el problema es que ya vas desencantado al cine antes de empezar. Parece que te centras en lo que cada película debe a sus predecesoras en vez de sentir la obra por sí misma o en pensar en positivo sobre o que aporta en vez de en lo que debe. Algo que eres muy libre de hacer, pero que va a hacer difícil que vuelvas a disfrutar del cine.

    ¿Que “Largo viaje hasta la noche” tiene sus influencias? Desde luego. Quizá el tono y la caracterización de los personajes puedan recordarnos un poco a los de Tsai Ming-liang. Quizá la atmósfera y la fotografía emparenten ligeramente con las del primer Wong Kar Wai. Pero creo que la película alcanza su propio lenguaje, su propio sabor y es de los poco ejemplos en los que la nueva tecnología 3D considero que ha sido aprovechada adecuadamente (yo diría que junto a “Pina” de Wim Wenders y “Hugo” de Scorsese, es la única que ha logrado venderme la moto).

    Nadie dice que “se supone” que Solondz o Vermut sean las influencias directas de Ibarra para hacer “Espíritu sagrado”. Sencillamente, Jorgito pensó en Solondz y yo pensé en Vermut, al igual que tú pensaste en Segura. Lo que pasa es que, más allá de algunos elementos de caracterización, considero que el ritmo, el estilo visual, el tipo de humor y sobre todo las sensaciones que produce me hacen pensar mucho más en “Diamond Flash” que en “Torrente”. Pero no se trata de buscar quién tiene razón. Por ejemplo, esto que tú ves me da que pensar y si me hubieran preguntado: “¿Qué película española de los últimos años consideras heredera de “Torrente”?”. Pues no sé qué habría dicho, yo qué sé, quizá “Operación Camarón”, pero desde luego nunca “Espíritu sagrado”. Y ahora, pues podría plantearme que su influencia pueda estar también en cuestiones de ambientación y caracterización y, por tanto, afectar a obras que a primera vista puedan parecer más alejadas. Supongo que sí. Debería pensarlo, la verdad.

    En la que se refiere a Nolan está claro que recibe muchísimas críticas. La crítica más cercana al cine comercial le ha criticado desde siempre lo fatal que caracteriza los personajes femeninos, absolutamente vacíos en su cine con muy pocas excepciones. La prensa con un gusto más general siempre le critica lo frío y vacío de su cine, que parece un constructo hecho únicamente para sorprender en lo narrativo o lo visual, pero incapaz de provocar ningún tipo de sentimiento o pensamientos más allá de los de comprender la propia pelicula (es decir, los pensamientos que provoca se deben a su propia estructura narrativa, pero una vez superados los excesos de esta, deja poco más para los postres). Y la crítica más intelectual, pues… le critica todo y lo machaca vivo con frecuencia. El caso de Villeneuve es diferente por una razón principal… y es precisamente que en el panorama internacional ha ocupado el lugar que se le daba a Nolan. Y claro, como su cine no tiene estos problemas (al menos no estos precisamente) pues se le ha dado un pase. Ahora bien, yo creo que con Dune sí que le cayó algún que otro jarro de agua fría, lo que pasa es que salió bien parado por la misma razón: Esta vez se le comparó con el Dune de Lynch. Y parece que, en general, esta gustó más. Por eso la sensación creo que fue algo como “si ni Lynch supo hacerlo mejor, quizá haya que darle una palmadita en la espalda”. En todo caso, no me parece que ni uno ni otro sean directores intocables para la crítica, ni mucho menos. La veneración por ellos se concentra en un sector muy concreto (si bien numeroso) del público.

    El problema que veo para lo que preguntas sobre los nuevos nombres… es el poco margen que das. Seguramente si en cualquier época le preguntas a alguien sobre nuevas voces aparecidas en los últimos 10 años, nadie te sabrá responder, porque falta perspectiva. La mayoría de directores que ya han encontrado su propia voz, la llevan cultivando más de ese tiempo. Y habrá otros muchos que tardarán en darse a conocer pese a que ya estén ahí. Eso me ha quedado claro al leer a Genjuro y ponerte como ejemplos “anteriores” a Llinás, Weerasethakul y Diaz. Los tres son directores que me gustan muchísimo, a los que les encuentro una voz muy propia y que siento “nuevos”. Lo que pasa es que todos ellos empezaron a dirigir antes, pero claro, cuando la gente no está afincada en Hollywood, siempre tardan en dar a conocer sus nombres por lo que, su verdadero impacto en el cine internacional quizá sí que haya sido durante esos últimos 10 años de los que hablas (más o menos). Y lo mismo ocurrirá con cineastas fascinantes que estén surgiendo ahora, que repasaremos sus inicios cuando sus nombres crezcan más y descubriremos que fue en 2020 cuando ya empezaron a dejar su huella (aunque se nos pasasen por alto).

    Por poner un ejemplo (y centrados más en el cine español), hace solo una semana o dos que descubrí “Letters to Paul Morrissey” de Armand Rovira, que, personalmente, me encantó. Pues bien, la descubrí al leer la noticia sobre el nuevo largo que está haciendo, me picó la curiosidad y fue así como decidí verla. Quizá de no haber leído la noticia, se me habría pasado por alto y solo en unos años (o nunca quizá) habría descubierto a este cineasta claramente minoritario. Pero que yo no lo hubiera descubierto, no significaría que no estuviese ya ahí.

    Y luego está lo que te comentaba el otro día, que no todas las novedades tienen que venir por cuestiones puramente cinematográficas. Vamos a poner un ejemplo, está claro que lo que Hong Sang-soo o Jonás Trueba hacen emparenta muy directamente con fuentes de la Nouvelle Vague, por lo que nuestra primera respuesta puede ser “eso ya está hecho” o “está muy visto”. Pero al trasladar ese estilo a la sociedad de Corea o al Madrid actual, se obtienen unos resultados sutilmente diferentes y, sobre todo, sirve para analizar (con mecanismos antiguos, si quieres) un momento y una sociedad distintos que, de otro modo, sin sus dos voces, quedarían cojos (en mi opinión). Sí, lo que ofrecen puede “estar hecho”, pero en otro momento y en otro lugar y esto hace que los temas, los personajes cambian y hace que también cambien por tanto las sensaciones que se producen, las ideas que se transmiten y lo que se transmite mediante la película, que al final es de lo que se trata.

    Esto me hace pensar por ejemplo en cineastas como Guy Maddin, directamente emulando las películas del Expresionismo Alemán. Pero claro, al contextualizazrlas con unos personajes diferentes, al introducir nuevas sensibilidades… ofrece una voz nueva. Y no es que al ver una peli suya te puedas equivocar. Sabes que no es de Murnau. Sientes la voz de Maddin.

    Y el cambio en los temas y personajes también es importante. Por ejemplo, no hemos visto la nueva de Arantxa Echevarría todavía, que podrá estar bien o estar mal, pero va a centrarse en un sector de la sociedad que ha sido bastante invisible para nuestro cine hasta ahora. Y esto por no hablar de todas las nuevas voces que están surgiendo para contarnos sus propias historias de primera mano o, al menos, con una experiencia más directa y un conocimiento más cercano de lo que hablan. Esto no constituye un aumento en calidad necesariamente, pero sí un cambio, que es de lo que estamos hablando.

    En mi opinión, juzgar el tiempo en el que vivimos es demasiado complicado. Nos falta acceso a muchas películas todavía y nos falta perspectiva. Pero como te hemos dicho algunos, mucha gente se sentía así como tú hace muchísimos años y puedes leer textos en esa perspectiva en todas las épocas. Y fue con los años con lo que se fue demostrando quién estaba para quedarse y quién no. Pero además, muchas voces muy interesantes y distintas quedaron también en el pasado muy escondidas y, de vez en cuando, uno puede ir descubriendo cosas de las que nunca había oído hablar antes (quizá por mi propia incultura, supongo)… pues pienso que lo mismo ocurrirá dentro de 20 años, que miraremos a los años 2010s y 2020s con cierta nostalgia y pensaremos “¡Ay, estos 2040s están tan faltos de talento… Menos mal que aún nos quedan los grandes maestros que surgieron a finales de los 2010s!”. Maestros que irán construyendo su leyendo de aquí a entonces, pienso.

  22. Jorgito, leo ahora lo que has escrito mientras redactaba mi infinito post anterior. Entiendo lo que dices y no estoy del todo en contra, pero me parece que siempre es mejor tender puentes que quemarlos. Por ejemplo, puede que discrepe con Carlos en lo que dice y en su percepción del cine, pero creo que la conversación es enriquecedora en todo caso. Si censuramos todas las voces que suenan diferentes a las nuestras, solo nos quedará nuestro propio eco.
    Tú dices “está claro que no le gusta el cine español”, pero él se lamenta por el desencanto que siente y sí, quizá se cierre un poco, pero también parece que estaría encantado de descubrir un nuevo director, una nueva voz que le apasionase. Pero en todo caso, tampoco pasa nada porque haya voces muy críticas con lo que se está haciendo o quizá obtengamos una visión demasiado complaciente de nuestro cine. No es que Carlos haya dicho únicamente “¡El cine español es una mierda!” ni mucho menos. Ha explicado bien cómo se siente y por qué. Y aunque podamos discrepar mucho en lo que dice, es una opinión más, igual de meditada que la nuestra.
    La verdad es que antes era más radical en mis pensamientos y comentarios, pero convivo con personas con gustos muy diferentes a los míos cuya relación con el cine es completamente diferente y me han terminado convenciendo de que también es importante que se hagan esas películas, pese a que no hagan avanzar el lenguaje cinematográfico. Es por eso que no me verás en general hablar de “esta película es…” sino más bien de “en mi opinión…”, porque sé que mucha gente verá las mismas imágenes con otros ojos distintos a los míos y sintiendo cosas completamente diferentes.
    Por ejemplo, ya que hablabais de “Arrival”, a mí me encantó y, como lingüista, me fascinó como planteaba muchas cuestiones, desde teóricas hasta de la práctica del día a día que me habría resultado inconcebible antes imaginar en una pantalla. Y sé que no es esto lo que la mayoría de “fans” vieron en la película, pero eso ni aporta ni desmerece. Es otro ejemplo de un par distinto de ojos viendo algo diferente en la misma obra. Y es por eso que no creo en los absolutos, en lo que al arte se refiere.

  23. Carlos, lo del refrito lo inferí de tu texto, porque decías que el cine comercial está basado en superhéroes y en refritos, y que en el cine de autor lo mismo, poniendo el film de García Ibarra como ejemplo. Y como “Espíritu sagrado” no me parece de superhéroes, pensaba que la considerabas un refrito. Pero ya entiendo a que ese “lo mismo” irá más bien referido al agotamiento del cine que mencionabas al principio. La redacción me confundió.

    Por aclarar.

    Por cierto, el caso de Hong Sang-soo evidencia el abuso al que se someten las supuestas deudas cinematográficas. Constantemente se habla de la influencia de la Nouvelle Vague, “el Rohmer coreano”, y cosas así. Por un lado, ¿qué autor actual no está influenciado por la Nouvelle Vague? Es casi imposible no estarlo y Hong no es una excepción. Y por otro, parece que hoy en día no se puede juntar a dos personajes y ponerles a hablar extensivamente sin ser calificado como heredero de Rohmer (cuando se trata de una de las acciones humanas más básicas y habituales). Y yo creo que las diferencias entre ambos son demasiado grandes. Para mí Hong tiene un universo totalmente personal e intransferible, por estructura, por estilo visual, por el carácter de sus personajes y los conflictos que les atañen, y sus películas sólo me recuerdan vivamente a las suyas propias.

  24. Genjuro, de acuerdo en esencia en lo que dices. Pero precisamente es lo que venía a decir, que cada uno de estos autores, pese a las influencias que se les pueda encontrar, tienen su propia voz.
    Ahora bien, como me gusta ser abogado del diablo, sí que voy a poner un pero a lo que comentas. Y es que, si bien es verdad que siempre ese cine centrado en conversaciones (cuya temática muchas veces se sale de lo mostrado en pantalla e incluye otros temas… como ciertamente sucede a diario en la vida real) se emparenta con Rohmer y, a menor nivel con otros directores de la Nouvelle Vague, hay una razón para hacerlo. Tú comentas, con toda la razón del mundo, que dos personas conversando sobre lo divino y lo humano, es una acción del día a día habitual y, por tanto, no es raro que los directores se centren en esto en su espíritu de retratar la realidad. Nada que objetar. Pero también es cierto que existe una tradición cinematográfica y que existe un legado previo en el cine de más de 60 años en el que, por la razón que sea, no se cultivó (o quizá solo no se popularizó) este tipo de cine. Aunque pueda resultar “natural”, el caso es que no se hizo y se optó durante décadas por un estilo muy diferente al retratar esos diálogos. De modo que, es natural que cuando se haga, se tienda a relacionar unos autores con otros. Sí que es verdad que eso de “el Rohmer coreano” es demasiado, pero es que ese tipo de simplificaciones siempre son muy de brocha gorda. Ahora bien, sí que pienso (y creo, quizá equivocadamente, que estarás ligeramente de acuerdo) que una persona a la que le gusta el estilo de Rohmer tiene más probabilidades de que le gusten las pelis de Hong y viceversa. No creo que se esté diciendo que nadie copia a nadie, sino más bien que “las pelis de uno recuerdan un poco a las del otro”. Yo creo que con esto de las influencias la gente se pasa un poco, exagerándolas. Ahora bien, eso no quiere decir que no existan. Y, para el gran público, ese tipo de simplificaciones, de primeras, tampoco está tan mal. Y qué quieres que te diga, si alguien me dice que su director favorito es Rohmer, pero no ha visto nada de J. Trueba o de Hong, pues pienso que no es tan raro que se los recomiendo, pensando que le podrían gustar. No sé cómo lo ves. Y luego, claro que cada uno tiene sus diferencias, su estilo, sus temas, sus personajes… que los dotan de un universo propio. Pero creo que tan malo es ponerse en el extremo de “no hay nada nuevo ni original” como de negar algunas similitudes entre unos directores y otros (aunque quizá no sea esto lo que nos atraiga de ellos).

  25. aikugur,
    agradezco honestamente tu amplia y sincera voluntad democrática, de verdad, da gusto, pero me da un poco de pena que la dirijas a dos personas que muestran poco interés por el acuerdo y sobre todo, por el aprendizaje y por la empatía.
    En un caso porque según él, “prefiero quedarme en el campo cogiendo moras que bajar al cine a Madrid” -que también me hace gracia porque eso lo dice alguien que entiendo que vive al lado de Madrid, que yo vivo en Almería y cuento casi con los dedos de una mano las producciones españolas que llegan aquí, salvo que sean ciclos ajenos al sistema de salas-. En cualquier caso de una persona que dice eso tú interpretas que en realidad le gusta el cine español y que le gustaría que alguien le ilusionara… Bueno, me parece que es un poco lo mismo que decir que en realidad los de Vox no son racistas o que si lo son no les gustaría serlo… Pues, hombre, creo que con el buenismo -que es un término que en sí no debería ser para nada malo- pues hay que tener cuidado y que los puentes hay que tenderlos excepto cuando quieren utilizarlo los demás para escupir y poner bombas: en ese caso lo siento mucho, pero el puente a tomar por culo.

    Y en cuanto al otro, ya me da rabia hasta citar su nombre viendo que para él los demás sólo existen para enmendarles la plana, creo que es una persona a la que le interesa más demostrar lo que sabe que integrarse en una conversación constructiva, puesto que NUNCA -y tampoco lo ha hecho contigo- se refiere respetuosamente a su interlocutor cuando hay una mínima coincidencia argumental y aunque no la hubiera, aunque fuera sólo para agradecer a los demás sus intervenciones constructivas si las hubieran tenido. Nada: “yo, yo, nombres de directores de circuito y más yo, y ‘tú’ sólo si me puedo poner por encima de ti”…

    No sé… Sé que habrá quien piense que esto es un foro de cine, que no es lugar, etc. pero para mí el cine y la cultura en general también es esto. También es hablar de tolerancia, de respeto y de voluntad democrática y yo a quien no respete no le voy a respetar hasta que lo haga, porque desgraciadamente, y a mí tampoco me gusta, hay gente a la que el respeto sólo le sirve para que nadie le señale sus faltas hacia el resto… Y eso tampoco es.

    aikugur, de verdad, a mí me da mucha pena, pero en este blog hay muy mala energía, muy poca voluntad asamblearia y mucho desencanto y me parece que hablando de una causa tan noble es una pena que nos deshumanicemos tanto.

    Yo ya asumo que a lo mejor me llueven piedras, pero creo que esas piedras no borrarían las verdades que he esgrimido ahora mismo – más bien la subrayarían-.

    aikugur, estoy un poco hasta arriba y me gustaría de verdad poder contestarte hablando más propiamente de cine con tiempo, con calma y con la educación, el respeto y la escucha máxima que te mereces.

    En cualquier caso planteo, y esto va para quien de verdad quiera acercar posturas, la posibilidad de que empecemos a darnos mails o referencias de contacto para tener -cada uno cuando pueda- una comunicación un poco más sincera, más positiva y menos adulterada.

    Un beso a todes.

  26. En mi post original puse esto “Personalmente he perdido mucho la afición por el cine desde hace ya una década”. Creo que queda bastante claro que es mi sentimiento individual. No sé dónde pone en algún texto mío que “el cine español es una mierda”. De hecho hablo de Segura bien. Qué manera de sacar las cosas del tiesto. Hablo de las tendencias del cine actual. En qué cabeza cabe que a alguien que no le interesa el cine va a perder el tiempo escribiendo en un blog de cine. Directores favoritos míos: Ridley Scott, Verhoeven, Polanski, Konchalovsky, Barbet Schroeder…directores europeos que han trabajado en diferentes idiomas, países, géneros.

  27. Jorgito, espero que el que no quieres nombrar no sea yo.
    Que no estemos de acuerdo en varias cosas no significa que no te respete y sobre todo porque estoy de acuerdo contigo en varios aspectos, como la pleitesía a Almodóvar de demasiada gente.
    Hay dos opiniones mías que sé que te molestan (actores jóvenes varones y Donosti, que considero no están a la altura).
    Me encanta que seas andaluz, como yo. Un abrazo

  28. “El cine social que es imperante en el cine europeo y festivalero es simplemente hipócrita y no tiene ningún valor cinematográfico.” Eso también lo has dicho tú. En el mismo comentario, hablando como si las hubieras visto todas. ¿No te apetece ver cine? De acuerdo. Decir “no tiene ningún valor cinematográfico” cuando reconoces que has perdido mucha afición pues… ¿Puede tener sentido que hayas perdido afición porque consideras que no tiene valor cinematográfico? En mi opinión a medias. ¿Puedes aseverar -ni un “creo que” ni ninguna licencia humilde- que “no tiene ningún valor cinematográfico” si tú mismo reconoces que has perdido afición por él y por tanto habrá mucho que no quieras ni ver? En mi opinión puedes decir “no me llama” y es absolutamente respetable y resultas mucho más honesto y no caes en criticar algo sin querer conocerlo: que a eso se le llama “prejuicio” de toda la vida de Dios.

    Ah, y personalmente considero que Ridley Scott ha sido un valor fundamental que a su manera ha sabido beber y conjuntar lo que ya estaba ahí de alguna manera… Ahora que la misma persona que me habla de “innovación” me hable de Scott… Pues bueno, muy buen director, algunas pelis muy grandes -yo personalmente Blade Runner no la soporto y me parece de entrada la peli más sobrevalorada de la historia, pero pa gustos culos-… Pero como “innovador” (que lo de la “innovación” a mí también me parece muy relativa” no destacaría a Scott, así de primeras.

  29. Hola, Nacho, en este momento no me refería a ti. Es verdad que también creo que a veces (véanse los post de Donosti) traes una energía bastante destructiva que no viene a cuento, pero no era este el caso.

    ¿De qué parte de Andalucía eres? Yo vivo en Almería y he vivido cuatro años en Granada, pero soy más madrileño que los callos.

  30. No he hablado de innovación en ningún momento. Has preguntado qué directores me gustan y yo te los he nombrado. El ejemplo de Dune que pone Aikugur me viene al pelo: pudimos tener una adaptación espectacular y llena de imaginación con Mick Jagger, Orson Welles y Salvador Dalí en su momento. Y lo que hemos tenido al final es un muermo gris con estrellas de Disney Channel poniendo morritos. La primera iría a verla el día del estreno, la segunda ni aunque me regalaran la entrada. Creo que queda claro que es solo mi opinión.

  31. “Puestos a preguntar, ¿qué directores nuevos consideráis que están haciendo algo nuevo o interesante en los últimos años?”

    Antes que a un cojo.

  32. El sistema ya se ha tragado la conversación (tristemente es algo que deberíamos recordar cuando encadenamos mensajes seguidos), pero sí que pude leer el mensaje de aikugur al respecto de Hong Sang-soo. No puedo discrepar y todo lo que dices es razonable. Pero quería incidir en la especificidad del coreano al hilo de los comentarios de Carlos. Porque si cualquier conversación extensiva y naturalista entre dos personajes en pantalla ya nos va a parecer cine agotado porque remitiría a Rohmer, entonces efectivamente es mejor bajarse de esto que llamamos cine.

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