PROS Y CONTRAS PREMIOS GOYA 2020: MEJOR ACTOR DE REPARTO

Con la categoría de actor de reparto se vivirá uno de los momentos de más emoción de la noche del cine español con, a priori, un duelo entre Asier Etxeandía y Eduard Fernández.

LUIS CALLEJO por Intemperie. 3ª nominación / 0 Goyas

A favor: Convierte a su capataz en uno de los villanos memorables del cine español, clavando el odio y la rabia de un ser abyecto y deplorable que está dispuesto a pasar por encima de cualquiera con tal de lograr sus objetivos. Su imagen de antagonista persiguiendo incansablemente al niño protagonista escapado de sus tierras, a lo “La noche del cazador” en la Alpujarra, es muy potente y hace que el espectador espere con tensión que llegue el inevitable encuentro entre ambos. Callejo es un auténtico currante de nuestro cine cada vez más habitual en los repartos y al que es cuestión de tiempo que le llegue el Goya. Sin ir más lejos, el año pasado podría haber sido reconocido por su trabajo delicado y entrañable en “En las estrellas”.

En contra: Aunque no sea achacable al intérprete sino al guion, su personaje apenas tiene matices, siendo mostrado como un malvado de cuento, sin atisbo de humanidad. Los subrayados de su personalidad son bastante simples y esquemáticos, desluciendo el trabajo de Callejo.

ASIER ETXEANDÍA por Dolor y gloria. 2ª nominación / 0 Goyas

A favor: Es un actor muy apreciado dentro de la industria, que siempre es destacado por sus colegas de profesión como un ejemplo de compañerismo. En “Dolor y gloria” es agraciado con el clásico monólogo de varias páginas de guion que Almodóvar suele insertar en sus películas como momento clave de la historia. Al escuchar en su voz la historia a corazón abierto que Salvador Mallo no se atreve a firmar, Etxeandía transporta al espectador a una infancia marcada por Natalie Wood y Marilyn y a la dureza de una relación de juventud marcada por la adicción al caballo. La ilusión que sus ojos transmiten al evocar los añorados viajes con el amor del pasado contrastan con su emoción cuando suena la desgarradora Chavela Vargas. Los matices que aporta en su narración envuelven un memorable ejercicio de introspección, especialmente sobrecogedor en el momento en que se rompe cuando asume en voz alta que el amor no fue suficiente para salvar a la persona amada.

En contra: No podemos olvidar que Asier es un claro error de casting, dado que por edad no resulta creíble que hace 32 años fuera el adicto a la heroína que compartía juergas con el personaje de Banderas en el Madrid de la movida, a la vez que protagonizaba sus películas. Además, más allá del lucido monólogo, su interpretación en el resto de escenas es más bien discreta, en un personaje superficial y con un punto antipático.

EDUARD FERNÁNDEZ por Mientras dure la guerra. 12ª nominación / 2 Goyas

A favor: Flamante ganador del CEC, un galardón que ha coincidido con el Goya cuatro de los últimos cinco años en esta categoría. Junto a Antonio de la Torre, forma parte del dúo de imprescindibles en los premios de la Academia, que año tras año se cuela entre los candidatos. Después de que el año pasado por fin fuera homenajeado el malagueño, bien puede ser esta la edición en la que reconocer a Eduard 16 años después de su anterior victoria. La Academia le debe una desde que el año de “El hombre de las mil caras” perdiera con todo a su favor. Este año puede aprovecharse de la posible división de voto entre los fans de “Dolor y gloria”, y triunfar con su Millán Astray. En un personaje que es caricaturesco de por sí, sabe encontrar el punto de equilibrio entre el histrionismo y lo grotesco, sin pasarse en la sobreactuación. Una furibunda representación del Fundador de la Legión cargada de cinismo, con momentos tan impactantes como en el que enseña su ojo. Incluso es capaz de dar un punto humano al personaje, en una brillante alocución en la que explica su apoyo incondicional a Franco convencido de que está poseído de una suerte sobrehumana y en el que transmite auténtica fascinación por el Generalísimo. No todos los años salen nominados en una misma edición un padre y una hija, por lo que los académicos tienen a su alcance la posibilidad de conseguir una foto histórica que encabece todas las crónicas de la prensa al día siguiente.

En contra: En esta década se han nominado en esta categoría varias interpretaciones de personajes reales (el General Armada de Juan Diego, el juez Ruz de Manolo Solo o el José Mujica de Antonio de la Torre), pero ninguno consiguió el cabezón. La interpretación de Eduard es excesiva, y algunos momentos resultan algo ridículos para un espectador contemporáneo, como ciertas fanfarronadas o sus repetidos “Quiero hablar” en la escena cumbre del Paraninfo. Representa además a un símbolo fascista y siniestro, reflejo de años muy oscuros, que sin duda causará repulsión entre la completa totalidad de los académicos. Podría alegarse igualmente que ni siquiera es su mejor interpretación del año, título que ostentaría ese padre irresponsable y egoísta al que humaniza en “La hija de un ladrón”.

LEONARDO SBARAGLIA por Dolor y gloria. 3ª nominación / 1 Goya

A favor: Como ya nos demostró en “Una pistola en cada mano”, es uno de los hombres que mejor lloran en nuestro cine. En sus ojos vidriosos al escuchar el monólogo en la sala teatral y sentirse reconocido en el texto, está la emoción del pasado por los recuerdos intensos del amor de juventud y el dolor de los momentos más sombríos. Sbaraglia logra auténtica magia en los escasos minutos que comparte con Banderas en su casa, donde se respira una intimidad que reconforta y que supone el momento álgido de la película. De manera muy sutil transmite la fuerza emocional que impacta en el alter ego de Almodóvar. Su dulzura al rememorar el pasado y la humanidad que desprende al hablar de su nueva familia, unidos a su poderosa sonrisa y encanto, alcanzan una emotividad única. Ese apasionado morreo en el umbral de la puerta “por los viejos tiempos”, es uno de nuestros momentos preferidos de 2019.

En contra: Es con diferencia el papel más breve de los candidatos. El hecho de que la productora obviara su nombre en la primera lista de candidaturas a los Goya que se presentó ante la Academia hace pensar que la campaña promocional de El Deseo va más orientada hacia su compañero Asier. Nunca ha ganado un actor no español en esta categoría, pese a los intentos de intérpretes tan prestigiosos como Ewan McGregor, Ricardo Darín ,Bill Nighy, Tim Robbins, o el propio Sbaraglia.

JAVIER CASTAÑEDA