La historia de ‘Anomalous’ parte de la investigación del suicidio de un joven esquizofrénico que vivía atormentado ante una amenaza de carácter paranormal. Una gélida inspectora entrevistará al psiquiatra del chico, basándose en diversas autograbaciones que éste le encargó para demostrarle que sus visiones no eran reales.
La película, rodada en Nueva York y Barcelona en inglés y concebida para su recorrido internacional, hace un uso inteligente y preciso de la puesta de escena limpia y opresiva, dejando una agradable sensación en cuanto a su cuidado visual.
En el periplo del joven, en el que se nos ofrece el clásico juego del gato y el ratón del escepticismo, lo racional y lo paranormal, es inevitable plantearse qué hubiese sido de la película si se hubiese dirigido hacia lo comercial, explotando las posibilidades del Paranormal Activity que nos ofrece el relato, en una apuesta más firme por el terror. Si bien es cierto que en esta primera parte ‘Anomalous’ mantiene en todo momento el interés y misterio sin la habitual retahíla de sustos gratuitos, esa ausencia de golpes de efecto podría disuadir a cierto tipo de espectador. Pero es indudable que los amantes del género apreciarán la cinefagia del debutante Hugo Stuven, que a través del guión coescrito junto a David Zurdo y Fernando Acevedo nos regala un inquietante relato lleno de referentes, recovecos y enigmas, culminado con una potente traca final -que incluye la mejor escena de terror del cine español este año- y un desenlace totalmente satisfactorio.
Tras el impactante e inesperado cierre impera la sensación de que estamos ante un magnífico punto de partida para una secuela, spin off o, mejor aún, una serie basada especialmente en el personaje principal interpretado por una impecable y gélida Christy Escobar. Un personaje lleno de enigmas del que quiero saber más.
PUNTUACIÓN: 6,5
