Sin duda, “Otel.lo” es uno de los más fascinantes e inteligentes entretenimientos que he podido contemplar en nuestro cine reciente.
Toda una catarsis de pasiones y sentimientos que paraleliza la esencia de la tragedia del ‘moro de Venecia’ en su relación con Desdémona.
La obra de Shakespeare envuelve este trabajo del realizador Hammudi Al-Rahmoun Font, quien a través de los textos de ‘Otelo’ nos conduce hacia los límites de lo moral en la relación de actor y director, abordando el abuso de poder y el sometimiento del actor.
El director -interpretado por el propio Hammudi- no dudará en utilizar la vida privada de sus actores para manipular sus sentimientos y obtener la excelencia.
Para ello, se nos van ofreciendo extractos de sus entrevistas de casting, en las que indaga en asuntos personales sin el menor pudor.
El absoluto realismo de la propuesta y acting diluye el umbral de la realidad o ficción, convirtiéndose es una cuestión que rodea al espectador hasta el final.
“Otel.lo” es maquiavelicamente entretenida y uno entra irremediablemente en el perverso juego del director. El telón se cierra en un suspiro dejándote con la respiración contenida y ganas de más, proponiendo un interesante dilema para el espectador. Al fin y al cabo, reconozcámoslo: los espectadores compartimos la crueldad y vouyerismo enfermizo del creador de cine.
La película va in crescendo y cobra fuerza a partir del sensacional “acto de los celos”, una de esas escenas de absoluta inspiración, donde hablan hasta los silencios (magnífica la actriz). A partir de ahí, el ritmo frenético nos dejará pegados en la butaca hasta un final de lo más satisfactorio -¡qué gusto da una película bien rematada!-.
Hasta ahora, este meritorio trabajo lowcost rodado con 15 mil euros -aunque jamás uno tiene la sensación de que se necesite más- va recogiendo premios allá adonde va. Espero que su andadura vaya más allá y tenga su merecido reconocimiento (¿Goyas?).
PUNTUACIÓN: 9
