“EN ESPAÑA HAY ALGUNOS PRODUCTORES QUE NO INVIERTEN NADA, SON MEROS INTERMEDIARIOS ENTRE LA ADMINISTRACIÓN QUE DA LAS SUBVENCIONES Y LOS TRABAJADORES QUE HACEMOS LAS PELÍCULAS”. ENTREVISTA A CÉSAR SABATER, DIRECTOR DEL CORTO “CINESPAÑOL”

“Cinespañol” es uno de los mejores cortos que he visto en este 2010, por no decir el mejor, hoy tengo el honor de entrevistar a su creador, César Sabater, estoy seguro de que tiene cosas interesantes que decir.

J.L.P Preséntate, tú mismo, directamente a la audiencia de El Blog del Cine Español

César Sabater: Nací en Valencia en 1976. Cuando yo tenía apenas 5 años mi padre compró con el sueldo de varios meses un reproductor de video VHS megagigante que parecía un Transformer a medio montar. Con ese bicho me grababa dibujos animados y yo mismo los empalmaba, hacía montajes y recuerdo que me obsesionaba bastante. Luego hice mis primeros cortos cutregores con 14 o 15 años, con la cámara del padre de un colega. Luego empecé Historia del Arte, pero me pasaba todos los días en la cafetería de la Universidad haciendo el indio, así que a los tres años empecé un máster de guión cinematográfico en la Escuela de Guionistas Luís García Berlanga de Valencia. Tras el máster, hice mi primer corto serio “1er Premio”, finalista del primer Notodofilmfest (tres finalistas seleccionados entre casi 600 cortos a concurso). Actualmente llevo más de cuatro años en C.I. Comunicación, una productora de Valencia. Allí he trabajado para TVE en los programas “Destino: España” de la 1 y “Acción Directa” la 2, con trabajos sobre el terreno en Indonesia, Camboya, Marruecos y Madagascar. He sido Presidente de la Asociación Valenciana de Guionistas EDAV y vocal de Faga, la asociación nacional.

J.L.P ¿Cómo surgió la idea de “Cinespañol”?

C.S Del dolor. De la impotencia. Incluso de las ganas de venganza. He estado en tropecientas reuniones y el tema, aunque el corto es de humor, la situación es triste de verdad. Los productores suelen ser (no todos, ojo) un poco abusones con la gente joven. Y con los guionistas todavía más. Normalmente los guionistas solemos ser personas fácilmente ilusionables y  manejables. Por lo menos así era yo al principio, antes de llevarte unas cuantas hostias. Y con los años y la experiencia, tenía ganas de que la gente viera como se las gastan muchos en el sector, algo totalmente desconocido para la mayoría. Prácticas más propias de corsarios que de empresarios. Porque los productores son empresarios, tienen que producir. Y para producir hay que invertir, cosa que muchos productores se saltan, sobretodo en la primera fase, en el guión. Muchos de ellos no invierten nada, son meros “intermediarios” entre la administración que da las subvenciones y los trabajadores que hacemos las películas. Nosotros no vivimos del aire y a muchos guionistas se les trata muy abusivamente con los plazos de entrega y principalmente con el dinero. Y yo escribo, aparte de porque me gusta, por la pasta.

J.L.P  Dices que está basado en hechos reales, ¿puedes confirmarlo? ¿te pasó directamente a tI?

C.S: Y cosas peores. Hay frases exactas que yo, o compañeros míos de gremio, hemos escuchado en alguna reuniones. Actitudes. Incluso sí, alguno me vaciló de ser coleguilla de Banderas. Lamentable de todas,  todas. Te puedo adelantar que incluso me enfrenté a un contrato con un productor parecido al que sale en el corto. Pero no quiero spoilear…

J.L.P. El guión es excelente, ¿cuánto tiempo tardas en escribir la versión definitiva?

C.S: Gracias por lo de excelente por la cuenta que me trae. El guión lo escribí rápido, sabía cómo empezar y lo que quería contar, pero no tenía claro el final. Yo soy muy de escribir a lo loco, sin pensar demasiado en las consecuencias. No me gusta tener las cosas muy escaletadas porque creo que encorseta demasiado la creatividad. Por eso, muchas veces, llego a un callejón sin salida que es el final. Entonces le pasé el guión a un par de colegas, entre ellos Sergio Barrejón (nominado al Goya de cortos el año pasado por “El encargado”)  y Juanjo Moscardó (otro guionista amigo con el que comparto alguna batalla actual) y con sus consejos y los de más gente conseguí cerrar el guión. Al principio, el final era bastante más bestia. Pero creo que es mejor como está ahora. Eso sí, muchas veces me dijeron que este corto me podía cerrar algunas puertas, que estoy tronao, pero creo que también puede abrirme otras. Yo todavía creo que, en algún sitio, hay productores legales de verdad. De los que pagan, incluso, por adelantado.

J.L.P Los actores están muy bien ¿hiciste un casting o utilizaste otro método?

C.S. Para el papel del productor ya pensaba en Emilio Mencheta desde el principio, incluso antes de escribir la primera palabra del guión. Lo conozco desde años, es un grandísimo actor (y mejor persona). Creo que está en la gran línea de los actores de las pelis de Berlanga, es un López-Vázquez del Siglo XXI. Tiene una bis cómica arrolladora. Para el papel de la secretaria Pilar Matas es perfecta, quería darle un toque de cómic hortera y la pobre se dejó hacer a mi gusto. Y para el papel del guionista, al principio no pensaba hacerlo yo, pero al final me tiré al rollo. Además, soy un poco vanidoso y me gusta verme. Sobre todo antes de empezar a decaer. Es una manera de eternizarse uno, ¿no? Nunca antes había actuado pero creí que de hacerlo yo mismo ganaría bastante, porque yo lo he escrito y  he pasado por esa situación. Además, a mí me interesa bastante el metacine, eso de “el cine dentro del cine”. Pero me daba miedo actuar y no poder controlar lo que la cámara grababa al 100%. Menos mal que pude contar con alguien a quién yo admiro mucho, Miguel LLorens, el director de fotografía. Tras una reunión con él, quedaron claros los planos que quería, en un tipo de realización muy sencilla, clásica.

J.L.P Los créditos y la música tienen bastante presencia en el corto…

C.S. Sí, creí que a través de los créditos podría explicar un poco el background del productor, poner al espectador en situación y a la vez que entrara en el código del corto, el humor. Escribí, aparte del guión del corto, el guión de los créditos y se los pasé a mi amigo Álex Cervantes de Hampa Studio.  Él les dio el tono ese tan mítico de los dibujos de la Pantera Rosa. Luego la música la compuso Jorge Cardona, yo quería algo muy felliniano, con un toque fallero. Y dio de pleno en la composición. Al principio probamos a grabarla con sonidos de ordenador, pero no me acababa de funcionar. Así que llamé a los amigos de Dumeal-Brass, un magnífico grupo de vientos y la grabamos en directo. Tengo que decir de paso que todo el mundo trabajó gratis pero los de más peso tenemos porcentajes de beneficios, porque creo que, ya que si se curra gratis, lo legal es repartir los beneficios posteriores a partes iguales.

J.L.P ¿Cómo ves el panorama actual del cine español?

C.S: Soy de la parte de los llorones, pero reconozco que hay gente nueva que está saliendo, muy buena. Vigalondo, la peña de Pagafantas, gente así está haciendo otro cine que yo, personalmente, siempre echaba de menos pero ahora gracias a ellos ya no. De todos modos yo creo que uno de los problemas del cine español es el apego a la realidad y la negación a la fantasía, sea cual sea. Hay como una manía por hacer películas denuncia, que yo no veo mal, pero en actitud soy muy renoiriano y, si la vida ya es jodida, las películas no tienen que ser igual o más jodidas. O no deberían. No entiendo el cine como sufrimiento, lo entiendo como un enamoramiento de hora y media que se pasa al salir de la sala. Y eso no impide que denuncies una situación. Lo que no puedes hacer es pretender ir de paladín de la sociedad al hacer una película. Como leí por ahí hace poco, si quieres hacer una peli progresista y te empeñas en ello al final lo más probable es que te salga una mierda de derechas.

J.L.P ¡Gracias, César!

C.S ¡Gracias a ti!

                José López Pérez