CRÍTICA DE LA PELÍCULA “FELICES 140”, LA MAYOR INSPIRACIÓN DE GRACIA QUEREJETA

El mero pretexto de una celebración actoral con una densidad demográfica de Premios Goya jamás vista en una película era suficiente estímulo para que todo amante del cine español ansiara la llegada de ‘Felices 140’.

Gracia Querejeta ha demostrado durante su carrera una especial sensibilidad narrativa. Su objetivo suele mostrarse fidedigno el retratar las emociones de sus personajes, siendo la dirección de actores su gran fuerte, por lo que semejante explosión coral sólo podía augurar buenos presagios pese a la decepción previa de la fallida ’15 años y un día’. Y efectivamente: si nos habíamos decepcionado por la premiosidad de esa gran película en su filmografía que todos esperábamos y que no terminaba de llegar, ‘Felices 140’ es sin duda su obra más inspirada y una de las películas más singulares y reivindicables de nuestro cine reciente.

Maribel Verdú ejerce con total solvencia de eje central en esta reunión de amigos en una lujosa y apartada mansión, con motivo de su 40 cumpleaños. Entre sus personas más allegadas invitadas, se encuentra su ex (Ginés García Millán), a quien tratará de reconquistar y que acude al evento con su nueva novia, una joven y dinámica argentina. Una noticia inesperada y un desgraciado incidente desencadenará lo más mezquino de la condición humana.

Con ínfulas de comedia francesa, en el primer acto se nos desvelan los entresijos de las personalidades magníficamente diseñadas de cada uno de los integrantes. Mención especial al personaje de Marián Álvarez, plagado de aristas y absolutamente gloriosa en su ejecución. Antonio de la Torre clava su papel de marido maltratador en pequeños matices conductuales sin obviedades; en su gestualidad al hablar con Álvarez o dejándola en evidencia ante el resto del grupo, sin caer en ninguna estridencia ni mostrarnos una agresión directa.

Esa sinuosa forma en que se nos va plasmando las miserias de cada personaje va impregnando el filme de una atmósfera deliciosamente perturbadora hasta la gran eclosión, punto álgido de todo fiestorro, que llega tras la revelación de Verdú y el posterior incidente. Querejeta desarrolla a partir de ese momento un timing irresistiblemente malévolo. Porque la maldad siempre es divertida, así como observar las miserias de la condición humana, sobre todo las ajenas (¿o tal vez alguien se pueda ver reflejado en algún momento?).

Es entonces cuando el poliédrico personaje de Marián Álvarez transita entre la candidez absoluta a protagonizar los dos diálogos más brutales y crueles del film. Uno de ellos se produce junto a la otra roba-planos de la película, Nora Navas. En el culmen de la mala hostia, ambas protagonizan mi escena favorita del film, destilando bilis en un duelo que debería trasladarse a las butacas de los próximos premios Goya, categoría de actriz secundaria.

Navas demuestra ser una de las grandes damas de nuestro cine en una perfecta mezcla de elegancia y resentimiento. Como novedad en su filmografía, Eduard Fernández -su marido en la ficción- es el alma pura del rebaño, deleitándonos con su gesto de bondad ante la mezquindad de ella.
Alex O´Dogherty cumple como cínico embaucador.

Se trata de un relato preciso, inteligente y bendecido por una evidente sinergia de talento entre lo mejorcito de nuestro star system. Se disfruta de principio a fin y no existe un error serio de guión, aunque la película sí tiene un problema: merecía 10 minutos más de metraje para una vuelta de tuerca y un final antológico. La poca ambición de su desenlace contrasta con la originalidad de su propuesta -supongo que esto es debido a las condiciones de un rodaje económico y rápido, que pudiera permitir la presencia de estos actores-.

En ese sentido INICIO SPOILER, muchos podrán cuestionar que se nos devele prematuramente que los personajes acaban forrándose con sus entrevistas, aunque personalmente me pareció una apuesta arriesgada y personal FIN DEL SPOILER-.

En cualquier caso, ‘Felices 140’ es una de las citas ineludibles del 2015 y uno de esos títulos con aura de culto y de perdurar en el tiempo.

PUNTUACIÓN: 7,5