CRÍTICA A LA PELÍCULA “ROOM IN ROME”: “NO ES UNA PROPUESTA PARA TODOS LOS PÚBLICOS”

Habitación en Roma 

El próximo viernes 7 de mayo se estrena en España el octavo largometraje de Julio Medem (San Sebastián, 21 de octubre de 1958), la polémica película “Room in Rome”.

La idea se le ocurrió a Alvaro Longoria, productor (Morena Films), mientras Julio estaba preparando “Aspasia” (proyecto en el que sigue trabajando actualmente). La idea era hacer una película rápida y sencilla, el remake de “En la cama”, del chileno Matías Bize, que obtuvo la espiga de Oro en la Seminci de Valladolid de 2005. Al final no fue ni rápido, ni sencillo ya que Medem no aboga precisamente por la sencillez, cambió muchas cosas, el lugar, el sexo de los protagonistas y creó una nueva historia; de modo que “Room in Rome” muy poco tiene que ver con “En la cama”, quizá tan solo que todo se desarrolla en pocas horas y en una habitación.
Con gran expectación, “Habitación en Roma” se estrena con 126 copias y, además, ha sido vendida a más de 30 países, producida por Morena Films (con la colaboración de la productora del propio Medem, Alicia Produce) y distribuida por Paramount. El presupuesta ha sido de 2.400.000 €, y la parte de márketing y publicidad ha supuesto 700.000 €, sufragados entre Morena Films y Paramount.
“Room in Rome” se rodó durante 4 semanas, en orden cronológico, en inglés, castellano, italiano y ruso. El film nos muestra un Medem más diáfano.
La historia es la más sencilla que ha hecho hasta ahora y nos devuelve a primera línea a su creador. Cuenta la historia de dos mujeres (una lesbiana y otra heterosexual) que se conocen casualmente una noche en un bar de Roma y se sienten atraídas, pasarán una noche de pasión y de confesiones en un hotel. Poco a poco se van enamorando y se plantean iniciar juntas una nueva vida, sin sus parejas actuales. La narración está salpicada de elementos literarios, pictóricos, históricos, de nuevas tecnologías y reflexiones sobre la vida, por algo su creador es psiquiatra, pero con una carga algo más ligera de lo habitual. Las dos mujeres comienzan a explicar episodios de sus vidas, entre la fantasía, la mentira y la realidad. La película no busca el morbo, aunque muestra imágenes de alta carga erótica y sexual, la trama tiene mucho más peso que el morbo. En la primera historia que cuenta el personaje de Alba (Elena Anaya), a Medem se le va un poco la mano, ya que es algo inverosímil y se acerca al folletín. Hay apuntes, guiños, que nos acercan a “Aspasia”, presumiblemente el nuevo eslabón en la cadena cinematográfica del donostiarra. Deja los vericuetos abstractos y conceptuales de “Caótica Ana” y se acerca más a propuestas como “Tierra” o “Lucía y el sexo”. Aún así, no llega a lucir tanto como en “La ardilla roja”, “Vacas” o “Los amantes del círculo polar”.
Julio Medem, para mí, es el mejor creador de nuestro cine, junto a León de Aranoa, en “Room in Rome” se encuentra todavía en transición.

Elena Anaya (Palencia, 17 de julio de 1975) y la ucraniana Natasha Yarovenko (Odessa, 1981) dan lustre y esplendor a la película, con unas interpretaciones excelentes, siendo ambas firmes candidatas a los premios de la próxima edición de los Goya. Ambas con personajes muy diferentes, difíciles y complementarios, se desnudan tanto física como espiritualmente, algo poco habitual. Llenan de matices la propuesta y contagian su energía.
El italiano Enrico Lo Verso está también muy bien, en su breve, pero por momentos cómica intervención. Nawja Nimry aparece tan solo unos momentos en pantalla.

“Room in Rome”
no es una propuesta para todos los públicos como reconoce su creador, pero conseguirá atrapar a muchos espectadores.
¡Bienvenido de nuevo, Julio Medem!

P.D. Otro colaborador ya nos dejó su crítica a “Room in Rome” en primicia hace más de un mes.
 
Artículo: José López Pérez