La gala de la 39º edición de los Premios Goya, presentada por Maribel Verdú y Leonor Watling, fue muy larga, como todas, pero nos dejó varias sorpresas positivas y negativas. Empecemos:
– El primer “cabezón” nos ofreció la primera gran sorpresa de la noche porque Salva Reina ganó el Goya a mejor actor de reparto por “El 47” cuando los grandes favoritos eran Antonio de la Torre por “Los destellos” u Óscar de la Fuente por “La casa”. Además, Salva Reina, que no se esperaba para nada este galardón, nos regaló el momento más emotivo de la gala: la incredulidad de escuchar su nombre y su desconcierto provocó que sus lágrimas y emoción se contagiaran a toda la platea y también a muchos espectadores que veían la gala desde sus casas.
– El premio ex aequo a mejor película para “El 47” y “La infiltrada”: un hecho insólito que jamás había ocurrido en la historia de los Goya. Para los más incrédulos, recordar que las votaciones son contabilizadas por un notario y es imposible que haya un error.
– No es una sorpresa, pero no se puede seguir permitiendo que los agradecimientos se extiendan tanto. Algunos premios son compartidos por varias personas y todos quieren acordarse de sus seres queridos, pero la duración es excesiva. El Goya a mejor sonido se alargó durante más de 15 minutos. Intolerable.
– Solo había dos Premios Goya clarísimos en esta edición de los Goya, la más abierta de las últimas décadas. Y los dos grandes favoritos cumplieron los pronósticos: Eduard Fernández levantó el Goya al mejor actor por su impecable trabajo en la película “Marco”; mientras que Javier Macipe ganó el premio a la mejor dirección novel por “La estrella azul”.
– El Goya a la mejor actriz protagonista era un duelo entre Carolina Yuste y Emma Vilarasau que se resolvió con un segundo “cabezón” para la actriz extremeña, que ya lo ganó por “Carmen y Lola” en la categoría de mejor actriz revelación. Y, curiosamente, también con Arantxa Echevarría en la dirección.
– No hubo una película que acaparase un gran número de Goyas: fue una noche muy abierta con premios para “El 47”, “La infiltrada”, “Segundo premio”, “La habitación de al lado”, “Marco”, “La virgen roja”, “La estrella azul” y “Casa en flames”.
– “Los destellos”, de Pilar Palomero, se fue de vacío. Contaba con un total de cuatro nominaciones (mejor actriz protagonista, mejor actor de reparto, mejor actriz revelación y mejor guion adaptado) y no ganó ninguno.
– Dos Goyas para “La guitarra flamenca de Yerai Cortés” nos parecen demasiados. Que ganara el de mejor canción puede pasar, pero que una película mal rodada, con una fotografía muy justita y una historia nada interesante ganase el Goya a mejor documental es para hacérselo mirar a muchos académicos.
– En el apartado de cortometrajes hubo también sorpresas. En la categoría de mejor cortometraje documental ganó “Semillas de Kivu”, de Néstor López y Carlos Valle, que muestra una dura realidad que no aparece en los medios de comunicación del primer mundo; en la categoría de animación ganó “Cafuné”, de Lorena Ares y Carlos F (gran trabajo con una historia muy emotiva), un premio que también se merecían “Wan”, de Monigote, y “Lola, Lolita, Lolaza”, de Mabel Lozano; por último, en la categoría de ficción, ganó el gran favorito de la noche “La gran obra”, de Álex Lora, que estuvo a punto de entrar entre los cinco nominados en su categoría en los Oscars de Hollywood.
– Otro apunte para la historia de los Goya fue el premio a mejor dirección para Pol Rodríguez e Isaki Lacuesta por “Segundo premio”: nunca en los Goya se había premiado una codirección a mejor largometraje de ficción.
– Otra producción que se fue de vacío fue “La casa”, de Álex Montoya, una de las mejores películas españolas del 2024. Salva Reina le arrebató el Goya al mejor actor de reparto a Óscar de la Fuente; mientras que Pedro Almodóvar hizo lo mismo en la categoría de mejor guion adaptado.
– Por último, al contrario de lo que sucede todos los años, las actuaciones musicales fueron de lo mejorcito de la noche gracias a Alejandro Sanz, Amaral y Miguel Ríos, Dellafuente y Lola Índigo, Rigoberta Bandini y Zahara y Dora Postigo, encargadas del In Memoriam.