CRÍTICA “REGRESO A RAQQA”: UN DOCUMENTAL IMPACTANTE

“Regreso a Raqqa” es un documental impactante, de hecho está en la selección Impacto, de Fipadoc 2024, que aborda el secuestro de 19 periodistas y trabajadores humanitarios por parte del Estado Islámico en 2012. Dirigido por Albert Solé y Raúl Cuevas, la película ofrece una visión cruda y detallada de la vida como rehén de un grupo yihadista centrándose en el reportero Marc Marginedas, quien vuelve a Raqqa, la antigua capital del Estado Islámico, y donde pasó gran parte de su secuestro.

La película presenta una paradoja interesante al resaltar cómo la publicidad generada por el secuestro, incluida la ejecución de rehenes frente a las cámaras, se convirtió en una estrategia de comunicación eficaz para el ISIS. Este enfoque singular en la publicidad, más que en los actos en sí, revela una perspectiva impactante sobre la deriva actual del terrorismo yihadista, diferenciando entre Al Qaeda y el ISIS, pasando los primeros a ser hermanitas de la caridad cuando aparecieron los segundos.

La sinopsis destaca la crónica del secuestro, considerado uno de los más famosos de la historia periodística, narrado por Marc Marginedas, el primer cautivo liberado. La brutalidad del secuestro, con seis reclusos decapitados frente a las cámaras: 3 británicos y 3 estadounidenses cuyos países prohibieron bajo amenaza de cárcel, pagar a los secuestradores. Estos asesinatos se convirtieron en un medio trágico pero eficaz de comunicación para el ISIS, como se muestra en las imágenes emitidas a nivel mundial.

La paradoja de cómo las imágenes de ejecuciones atrajeron a jóvenes occidentales hacia el movimiento terrorista plantea preguntas inquietantes sobre la percepción y la influencia de los medios en la radicalización. Precisamente, uno de los secuestradores que forman parte del cuarteto de secuestradores “Los Beatles” (como les conocían los periodistas secuestrados) era de Bélgica, quien posteriormente se hizo explotar en uno de los aeropuertos del país belga, matando a 12 personas.

El documental explora las circunstancias que llevaron al surgimiento del Estado Islámico y narra el sufrimiento y la solidaridad entre los rehenes durante el secuestro. El documental se centra en Marc, aunque había otros 2 españoles capturados, Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova. Esto es debido a la amistad entre Marc y uno de los dos directores del documental, Albert Solé, quien es también director ejecutivo de la cinta.

La necesidad de informarse sobre guerras lejanas nos confronta con la realidad de que ciertos conflictos son más destacados que otros en los medios. Esto genera una especie de jerarquía de la tragedia, donde algunas vidas parecen importar más que otras. Un ejemplo claro es la falta de cobertura sobre la guerra en Yemen, con más de 250,000 muertos a manos del ejército de Arabia Saudita, en comparación con la atención inmediata que reciben conflictos como el de Gaza.

Esta situación crea una dicotomía entre “muertos de primera y de segunda”. Parece haber un desinterés selectivo del público, alimentado por la disparidad en la cobertura mediática. La pregunta es por qué algunas muertes generan más empatía y atención que otras. A veces, la falta de información lleva al desprecio, ya que la gente no tiene acceso a historias humanas detrás de los conflictos menos mediáticos.

Los periodistas de guerra desempeñan un papel crucial en este escenario, ya que su presencia o ausencia determina en gran medida la visibilidad de un conflicto. Sin embargo, el documental “Regreso a Raqqa” señala que incluso estos periodistas enfrentan limitaciones, ya que a menudo se pueden ver obligados a alinearse con un bando, comprometiendo la imparcialidad de sus informes. En el caso de Marc, su apoyo a los opositores al presidente podría sugerir que la información puede estar sesgada, o no, para mantener una relación beneficiosa con ciertos grupos.

Así, la importancia de informarse sobre guerras lejanas se entrelaza con la responsabilidad de los medios y los periodistas, combinado todo ello con la posibilidad de morir en el intento. Una ecuación compleja donde las haya. La necesidad de una cobertura equitativa y objetiva es esencial para evitar la creación de una narrativa injusta que clasifique las tragedias según su visibilidad mediática.

Nota El Blog de Cine Español: 6

David Sánchez

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