“VALLE DE SOMBRAS”, DE SALVADOR CALVO, EN POSTPRODUCCIÓN

“Valle de sombras”, una de las producciones españolas más caras de los últimos años, y uno de los platos fuertes de nuestro cine para el año que viene, se encuentra en postproducción bajo las órdenes de Salvador Calvo (“1898. Los últimos de Filipinas”, “Adú”). En su reparto destacan Miguel Herrán, Susana Abaitua, Iván Renedo, Alexandra Masangkay, Stanzin Gombo y Morup Namgyal.

Se trata de una producción de Javier Ugarte (La Terraza Films), Jaime Ortiz de Artiñano (Atresmedia Cine), Ikiru Films y El Reino de Zanskar AIE que llegará a los cines, seguramente, el año que viene con distribución de Buena Vista International.

El director Salvador Calvo, ganador del Goya a la mejor dirección novel por su primer largometraje, 1898. Los últimos de Filipinas: declara, “Valle de Sombras, es sin duda el proyecto más ambicioso de mi carrera, no solo por su temática sino por su complejidad técnica. Muchas han sido sus complicaciones y retos logísticos a nivel de producción: permisos complicados en el avispero burocrático indio, cambios meteorológicos que hacían girar el plan de rodaje continuamente, nevadas y avalanchas que cerraban accesos y obligaban a variar las rutas, la elevada altitud, la dureza de las condiciones atmosféricas…etc. Aun así, hemos logrado gracias a un equipo, grande en lo profesional pero también en lo personal que ha superado obstáculos gracias a su amor por esta profesión y por esta historia. Quiero destacar aquí la entrega de nuestro protagonista Miguel Herrán, que ha tirado de la película del primer al último fotograma con la misma energía e ilusión.

¿De qué va?

Cordillera del Himalaya, año 1999. Quique, Clara y el pequeño Lucas, disfrutan de sus primeras vacaciones juntos en el norte de la India. Una noche, durmiendo al raso durante una tormenta, sufren un brutal ataque por unos bandidos. Horas después, Quique es rescatado por un nativo y trasladado a una remota aldea aislada en las montañas. Allí, incomunicado y sin posibilidad de regresar a la civilización, permanece hasta la llegada del invierno, que permite la formación de la única vía de salida de la aldea: el río helado. El camino de vuelta, lleno de peligros, en compañía de varios niños de la aldea, pondrá a prueba todo lo que Quique ha aprendido durante su estancia en el corazón del Himalaya.