CRÍTICA DEL DOCUMENTAL “BENITO PÉREZ BUÑUEL”: DOS AUTORES UNIVERSALES, ETERNOS Y CERCANOS.

Ha pasado más de un siglo tras la muerte de Benito Pérez Galdós. También se cumplen cuarenta años del fallecimiento de Luis Buñuel. Después de tanto tiempo, ¿era necesario rodar un documental sobre los dos autores?

Una vez visto el largometraje de Luis Roca la respuesta es afirmativa. Incluso se puede añadir que ya estaba tardando en llegar a las pantallas.

Las razones de tal demora se deben a situaciones sanitarias globales que nos han superado desde el año 2020 en que comenzaría el rodaje. La preproducción del documental “Benito Pérez Buñuel” ya estaba en marcha hace un lustro. Pero lejos de naufragar por su proyecto, tanto el trabajo de Marta Santa Ana en la producción, como el de Luis Roca, director y coguionista, delante y detrás de la cámara, lo terminan por el mejor camino. Juntos logran un documental que sabe manejar esas circunstancias externas a favor del metraje, ya sea en la recuperación de los tambores de Calanda tras la pandemia. O en la mirada lúcida de un virus que conecta surrealismo y realidad.

El director actúa como espectador, guía y anfitrión de las personas conocedoras de la obra del escritor canario y el director aragonés. Investigadoras, escritoras o críticos como Yolanda Arencibia, Arantxa Aguirre, Elena Poniatowska, Nelson Carro y Rafael Congrio entre los expertos que abordan la bibliografía de Galdós, conectada con la filmografía de Buñuel.

Además de lograr una obra de carácter didáctico sobre la simbiosis de ambos genios, el documental se convierte en una propuesta lúdica que supera su objetivo divulgativo. Por las secuencias de animación que recrean o fabulan la salida en barco desde la isla, de Benito Pérez Galdós. O la de un encuentro de sus espíritus en época contemporánea. La mejor de las escenas animadas es la visita de Buñuel al escritor cuando estaba enfermo, evocadora y climática.

La película equilibra la revisión de las tres novelas adaptadas al cine de Galdós por Buñuel. Nazarín, Viridiana -basada en Halma- y Tristana. Ampliando estas correspondencias a títulos mexicanos como Él, Los olvidados o El bruto. La forma en que dialoga con los textos más sus representaciones en imágenes es fluida, reveladora e invita a descubrir o revisar esta literatura y sus adaptaciones.

A través del agua y sus reflejos. De los viajes o el exilio. De la crónica de todo un siglo veinte que se repite, perplejo, en estas primeras décadas del nuevo milenio. La producción no es solo un documental sobre ambos artistas, sino uno de los mejores acercamientos al oficio de narrar. A la fuerza de los sueños y el onirismo. Al carácter del pueblo canario. La extrañeza después de la pandemia. Y el fuego de San Juan que purifica la vida.

Se suma a una serie de documentales o largos de ficción anteriores, que ya abordaron a Luis Buñuel. Y otro sobre Benito, El siglo de Galdós. Pero “Benito Pérez Buñuel” deslumbra por sus descubrimientos, humor, ritmo, musicalidad, voces en off y los testimonios de las personas entrevistadas. En algo menos de ochenta minutos que resuenan tras su proyección. Una película con profundidad y ligereza expositiva. Puro entretenimiento y divulgación.

Pablo Vázquez

Nota El Blog de Cine Español: 8.

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