CRÍTICA DE PELÍCULA “LIBERTAD”: URBIZU, ES DIFÍCIL RECOMPONER UNA SERIE EN MONTAJE PARA QUE SALGA UN BUEN LARGOMETRAJE

Regreso descafeinado de Enrique Urbizu a la gran pantalla; sin la garra que siempre se le presupone al cineasta vasco y sin rastro alguno de la emoción inherente al género de aventuras. ¿El problema? Que la versión de Libertad que llega a salas trata de condensar en poco más de dos horas los cinco episodios que componen la miniserie de Movistar+.

SINOPSIS: Una mujer apodada La Llanera sale de prisión tras 17 años. Su hijo Juan nació en la celda y no conoce a su padre. Madre e hijo intentarán vivir la libertad que tantos años les ha sido negada mientras son perseguidos por cuadrillas de bandoleros y escopeteros del Gobernador. En la España del siglo XIX no hay sitio para todos, y mucho menos para traidores.

Lo primero que conviene aclarar es que, quien aquí escribe, solo ha visto el montaje destinado a salas cinematográficas. Lo que es un poco injusto para el espectador que se encuentre ante el debate de qué Libertad ver, si la versión para cines o para Movistar+; pero en mi humilde opinión, si se ha de escoger, es preferible optar por la miniserie.

La versión cinematográfica no deja de ser un resumen, lo que provoca una preocupante falta de interés ante la imposibilidad de empatizar con los muchos personajes que se pasean por pantalla. En toda serie, es normal contar con varios protagonistas; cada uno con su respectiva trama, pero esta estructura adaptada a cine, no funciona. El resultado es un mejunje; simpático y bien realizado, sin duda, pero sin méritos.

El recorte de la duración respecto a la miniserie también supone la eliminación de escenas claves que empañan los arcos de personaje; eso provoca que algunas intenciones y acciones no se acaben de entender.

Con todo, que nadie se asuste, el conjunto es entretenido y está muy bien resuelto. La cámara sabe dónde posicionarse, el relato avanza implacable (que no impecable) y es enternecedor el ‘romanticismo’ que envuelve una era tan oscura como atrayente: la extinción de los bandoleros. La estética recuerda a El Zorro, y la presencia de la naturaleza y la elección es de las localizaciones es otro de los aciertos de Libertad.

Enrique Urbizu no deja que el espectador respire un solo momento y siempre avanza hacia delante con empeño y buen oficio; guiado por el guion de los talentosos Miguel Barrios y Michel Gaztambide.

Respecto al trabajo actoral hay que destacar a Isak Férriz; que es el intérprete que sale mejor parado y que roba todas sus escenas en detrimento del resto del elenco. La cantante Bebe aporta carisma y buen hacer, pero, siendo la protagonista, resulta plana, previsible y no hace más que reaccionar a las peripecias del guion.

Luis Callejo es el que mejor aprovecha sus pocas escenas y, gracias a su talento, su juego de miradas le basta para transmitir los pensamientos de su personaje. Jason Fernández, por contra, seguro que tiene un futuro estupendo en el cine español pero aquí no ha podido demostrar su valía como actor (ojo, quizá en la miniserie sí); pero en las escenas que han llegado a la versión cinematográfica su personaje no es más que una caricatura, alguien desdibujado y sin emociones. Pedro Casablanc aporta lo que se le da tan bien, nobleza y entereza, pero tiene un papel menor. Y Xabier Deive está muy bien; pero es una lástima que no tenga espacio y tiempo para hacer grande a su villano.

En definitiva, la nueva obra de Enrique Urbizu es una inspirada historia que peca de avaricia al haber querido abarcar la gran y pequeña pantalla. Aún así, es entretenida y fácil de ver. Se ha de aplaudir la valentía de los creadores de haber querido hacer algo diferente; pues la época de los bandoleros es atractiva y la ficción española llevaba demasiado tiempo alejada de ella.

Nota: 5

Una crítica de Toni Sánchez

P. D. La serie, creemos, que será una gran historia a la altura de “Gigantes”.

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