CRONICA #FESTIVALMALAGA2017. “AMAR”, “LA NIEBLA Y LA DONCELLA”, “NIEVE NEGRA”, “EL OTRO HERMANO”

Tras hablaros de la presentación por todo lo alto de El Bar -por segundo año consecutivo Málaga apuesta acertadamente por una película con “nombres” para la apertura-, y de la más indie Selfie, seguimos repasando los títulos vistos en el Festival de Málaga 2017.

Las primeras jornadas han dejado un sabor amargo y una especial decepción en las producciones venidas desde el otro lado del charco. Málaga necesita justificar su nueva nomenclatura de “cine en español” con cintas latinoamericanas de calidad.

Tras un emotivo homenaje a Leonardo Sbaraglia, el público respondió a la proyección de su peli a concurso, de hermoso título Nieve Negra, congelando el aplausómetro.

El argentino Martín Hodara nos habla de la mezquindad que esconde el ser humano a través de un thriller que no acaba de cuajar una interesante atmósfera ni puesta en escena pese a sus posibilidades paisajísticas -la cinta, ambientada en la Patagonia, se rodó en los Pirineos- y temáticas. Resulta demasiado obvia y previsible -aunque guarde un as en su potente secuencia final-, y con alguna torpeza de guión imperdonable para poder ser considerada una cinta autoral; y demasiado distensionada y aburrida como para funcionar como suspense o entretenimiento.
Los actores están todos bien, pero hay una sensación generalizada de desaprovechamiento -el personaje de Darín absolutamente estereotipado-. Pocas películas pueden reunir un cast de tantos kilates.

También protagonizada por Leonardo Sbaraglia, El otro hermano bebe de la hosquedad de cierto cine latino de autor, que tan buenas píldoras suele dejar año tras año en el circuito festivalero. Podría haber sido una interesante nueva línea para Málaga, sin embargo, la película peca de pretenciosa en una gratuita travesía hacia la sordidez.

La cuota mainstream a competición ha llegado de la mano de La niebla y la doncella (que para algo participa Atresmedia Cine). Llenazo total -como no recuerdo haber visto en Málaga- en el pase de prensa de la mañana.

La película del debutante cineasta canario Andrés Koppel ha rebajado el desencanto del público no especializado tras las muy densas anteriormente comentadas. Accesible, agradable y con una correcta factura, gustará a los amantes del género de suspense no demasiado exigentes. Por desgracia, su carácter estándar le aleja de referentes como La isla mínima. Además, la adaptación no es del todo satisfactoria y cierto enmarañamiento en la parte final rebaja bastante el conjunto.
En su atractivo elenco -aunque desaprovechadísimos Roberto Álamo y Marián Álvarez- brilla radiante una magnética Verónica Echegui. Sus aspiraciones van más hacia lo comercial, siendo para mí una incógnita el cómo puede funcionar en taquilla. Hay que decir que al público asistente le ha gustado moderadamente.

Lo mejor hasta ahora ha llegado con Amar, la esperada ópera prima del nominado al Oscar a mejor corto Esteban Crespo.
Una inteligente -más de lo que parece- descripción del romance juvenil elevado al paroxismo. El milagro que logran sus dos jóvenes protagonistas solo tiene una definición: AMOR. Por ponerle una pega, la película peca de cierta pacatería en sus escenas sexuales.