“LA PELÍCULA EN UN PRINCIPIO LA IBA A RODAR AMPARÓ BARÓ, PERO SE PUSO MUY ENFERMA Y FUE ELLA MISMA LA QUE ME RECOMENDÓ LLAMAR A TERELE PÁVEZ”, ENTREVISTA A MARINA SERESESKY GUIONISTA Y DIRECTORA DE “LA PUERTA ABIERTA”

Marina Seresesky debuta en la gran pantalla con “La puerta abierta”, filme que se estrenó ayer en cines, teniendo como protagonistas a Carmen Machi, Terele Pávez y Asier Etxeandía. Esta película fue ayer uno de los temas más comentados en las redes sociales porque en su premiere de Madrid recibió una ovación de más de 10 minutos con todo el público asistente de pie y aplaudiendo. Os recomendamos al 100% este largometraje de Meridional Producciones porque estamos ante una de las películas del año.

Hemos tenido la gran oportunidad de hablar con la directora Marina que nos ha abierto su puerta para concedernos la siguiente entrevista.

– ¿Cómo surgió la idea de la película?

– Surgió por unas ganas de hablar de la maternidad, que es un tema bastante recurrente en lo que yo hago. Tengo tanto un documental como un corto que hablan de eso, pero quería hablar de la maternidad problemática. Entonces conocí a Carmen Machi y justamente en el transcurso en que mi cabeza daba vueltas a esta idea y fue como un amor mutuo muy grande y ahí me di cuenta de que tenía a la protagonista perfecta para esta idea. Así que la idea ya surgió con la cara de Carmen Machi. Para mí escribir la película con sus ojos, su mirada, me ha servido muchísimo. Así que unir esta idea y la entrega de Carmen ha sido un regalo.

– Explícanos un poco sobre la metáfora de “La puerta abierta”.

– Hay una puerta abierta literal en la película por donde se cuela esta niña que es un poco la luz, la ternura que no tienen en esa casa. También tiene un aspecto metafórico que es esa puerta abierta para salir de ese lugar tan oscuro y de tanto dolor a uno como mucho más esperanzador. La película comienza de una manera mucho más oscura y en cuanto se va abriendo la puerta vamos llegando a un sitio dónde estas mujeres pueden vivir con un poco más de alegría.

– Te fijaste en Terele Pávez y Asier Etxeandía para estos personajes, ¿por qué ellos?

– La película la iba a hacer en principio Amparo Baró que estaba desde el comienzo en el proyecto pero antes de empezar se puso muy malita y no pudo hacerla. De hecho falleció durante el rodaje. Y fue ella la que me llamó y me dijo muy tristemente que si hacía la película no sabía si la terminaba. De hecho me hizo el regalo más grande que es ser generosa y no empezarla y me dijo que llamara a Terele.
Lo de Asier Etxeandia fue un flechazo porque yo tenía pensado el papel para un travesti mejicano y para nada había pensado todavía en un actor español. Pero lo vi a él cantando en un espectáculo que hace (“El intérprete”) y pensé “¿Y este fenómeno de la naturaleza? Y a pesar de sus dos metros de altura y de ese vozarrón que tiene me pareció que era la Lupita perfecta. Asier es un loco que me dijo que sí al segundo y tenía muchos miedos de cómo ser un travesti ya que es muy difícil no caer en los tópicos y yo le pedí que fuera una señora. Fue una señora de su casa y muy maternal. Yo creo que lo entendió muy bien porque la película refleja una ternura y una cosa tan maternal y tan bonita que a mí me parece un trabajazo el de Asier.

– Hablando de Asier, el personaje de Lupita ha causado especial furor, ¿te has planteando crear un spin off?

– Lo veníamos hablando en el tren el otro día. Me están pidiendo a gritos un spin off de Lupita. Estuvimos pensando que pasaría si cuando termina todo, el personaje de Rosa y la niña lo van a buscar a la cárcel y empezamos a fantasear con una aventura de las tres. Al personaje de Lupita le puedes sacar un jugo impresionante y además tiene un club de fans. ¡Veo que se nos está yendo de las manos! (Risas) Al principio pensé que no podía ser y sí, sí, ¡tiene su propio club de fans! Cuando fuimos a Valencia a hacer la promoción había un grupo que había hecho unas chapas en las que ponía “Yo soy Lupita”. Así que va en serio. Tenemos muchos planes de por medio así que a ver en qué queda todo esto.

– ¿Cómo te sientes cuando oyes tu nombre sonar como nominación segura a los Goya?

– Ni lo quiero pensar! (risas) Son cosas que pueden pasar después y siempre viene bien y cualquier nominación significa promoción. Pero ahora mismo yo quiero pensar en el estreno, en que venga la gente al cine que es lo más importante. Me hace ilusión que les guste y que puedan pensar en mí como una posible candidata.

– ¿Cómo estás recibiendo las reacciones positivas tras tu paso por festivales y primeras proyecciones? ¿Qué comentarios te han sorprendido más?

– El paso por festivales está siendo maravilloso porque públicos muy distintos la han visto y han reaccionado de manera muy igual. Se ríen en los mismos sitios, disfrutan, se emocionan y esto es un sueño. Cuando ves que les gusta a los búlgaros, rumanos, chinos y a mejicanos, a mi me parece un sueño. Ha tenido mucha acogida entre el público, muchos premios y todavía nos queda un recorrido por muy grande por los festivales. Yo espero que la película siga gustando, seguir viajando con la película lo cual me encanta y a ver qué pasa.
Con respecto a las instituciones a nosotros nos ha costado mucho sacar la película adelante porque la hemos acabado a pulmón literalmente. Me imagino que necesitaban un voto de confianza que no lo tenían conmigo porque soy una directora novel y a veces hay que pagar un precio de esa responsabilidad. Esta será nuestra puerta abierta para que las instituciones nos apoyen.

Marina Seresesky y Álvaro Lavín (productor de la película) en el Festival de Tarazona donde se llevaron el premio del público

Marina Seresesky y Álvaro Lavín (productor de la película) en el Festival de Tarazona donde se llevaron el premio del público

– En ese sentido, en los últimos años Argentina está despuntando en su buen sistema de ayudas al cine, con grandes logros cinematográficos especialmente en coproducción con España, ¿te gustaría firmar una coproducción entre los dos países en un futuro?

– Me encantaría. De hecho estoy escribiendo ahora mismo una película para coproducir con Argentina. Voy a hacer una película para coproducir con Méjico y luego hay otros proyectos, una coproducción con Colombia. Sería un sueño rodar aquí y allí. Una guinda en el pastel.

– Como autora teatral, ¿cuál ha sido el mayor reto, a nivel narrativo, técnico o estético, a la hora de plasmar esta historia a la gran pantalla?

– En “La puerta abierta” tenía muy claro que estéticamente quería centrarme en las miradas y en los silencios. Centrarme más en el que escucha que en el que está hablando. Cuando las situaciones son violentas no verlas a través de la violencia sino a través de los ojos del que mira esta violencia. No quería para nada regodearme en el drama ni en la violencia, sino dar el impacto que tenían en estos personajes. Yo creo que esa necesidad de contarlo desde ahí también se traducen en una forma estética porque en el primer momento cuando muere un personaje no lo vemos morir sino que vemos los ojos de su hija y para mi eso era la clave, el donde poner la cámara en esta película.

– No sólo eres directora sino también actriz. ¿Has llegado a pensar en ponerte en “La puerta abierta” tanto detrás como delante de la cámara?

– Yo sería incapaz. Admiro muchísimo a los directores y actrices que lo saben hacer porque es un esfuerzo tremendo. No me imagino teniendo que pasar por maquillaje y peluquería mientras tienes en la cabeza esa cantidad de cosas para contar. Quizás con más experiencia sí me atrevería pero ahora mismo no me lo imagino. Y disfruto tanto dirigiendo, tanto que por ahora no lo pienso.

Por Gabriela Rubio