CRÍTICA “SEDIMENTOS”: UNO DE LOS DOCUMENTALES ESPAÑOLES IMPRESCINDIBLES DEL AÑO 2021

Adrián Silvestre vuelve con fuerza presentando “Sedimentos”, tras sorprendernos con su anterior título “Los objetos amorosos”.

Pudimos verle en la sección “Made in Spain” del último festival de cine de San Sebastián, o en la sección de competición documental del festival de Toulouse Cinespaña.

Silvestre se ha mezclado con el colectivo trans durante 5 años para lograr crear una simbiosis asombrosa entre las 6 chicas elegidas y la cámara. Las elegidas fueron Lena Brasas, Cristina Millán, Tina Recio, Alicia de Benito, Saya Solana, y Yolanda Terol. Casi como por arte de magia parece que las protagonistas no vieran al director, ni las cámaras, ni los elementos para grabar el sonido, siendo ellas mismas pasando unos días de vacaciones en un pueblo de León (de donde es una de las protagonistas).

Con la premisa de hablar de lo que quisieran, los diálogos se centraron en su experiencia como trans, y la visión que tenía la sociedad de este hecho. Se pueden escuchar relatos escalofriantes de Yolanda (la Coco por los golpes que daba con la cabeza cuando la querían pegar) quien se dedicó a la prostitución, sufriendo vejaciones por parte de las fuerzas policiales, y, en general, de la sociedad. El testimonio de Magdalena se centra en como dio la noticia a su familia de que quería ser mujer, y la más que sorprendente y bella reacción de estos. Todas y cada una de ellas tienen historias interesantes que nos pueden hacer abrir la mente y aprender de una realidad que en ocasiones no es evidente.

En ciertos momentos el director se centra en una de las protagonistas, Cristina, quien a diferencia del resto, no está operada completamente, y esto parece ser un estigma que deriva en tensiones y acusaciones de ser ególatra. A partir de la fricciones generada entre Cristina y alguna de las otras protagonistas, la cinta consigue crear, paradójicamente, una beneficiosa tensión complicada de obtener en documentales y que hacen que el espectador se quede clavado en su butaca. Esta tensión es la causante de que la frontera entre el documental y la ficción no sea clara, ayudando a que el mensaje o mensajes lleguen de forma más clara al público.

La virtud de este film es la de sorprender al público con un abanico de discusiones que van desde el activismo trans, al significado y utilidad de las etiquetas impuestas por la sociedad, a la envidia, al calor familiar o al valor de las discusiones entre gente que no piensa igual. Todo esto salpicado de un inteligente humor que agrada al público por lo natural, fresco y impactante que es, lo cual, una vez más, nos pone la duda de si es documental o ficción.

Lo maravilloso de esta obra es precisamente esto, que nos hace dudar y reflexionar de todo, sin perder su objetivo final que es el de entretener y mostrar una realidad.

Nota El Blog de Cine Español: 8,5.

El infiltrado

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