CRÍTICA “SIN HIJOS”, COMEDIA AMABLE CON UN GRAN MARIBEL VERDÚ

Hijos…el debate eterno. Si en una mesa de amigos o compañeros de pronto sale a la luz el tema de los hijos os aseguro, que la disparidad de opiniones es tal, que da para hacer una tesis sobre el tema. Especialmente llamativo cuando en el mismo grupo se encuentran los defensores de los retoños y los que tienen prácticamente fobia y apenas soportan más de un minuto con un niño pequeño (en lo que a mí respecta no me quedo ni con unos ni con otros, tratándose especialmente de un tema de edad, de asentamiento emocional, lo que no quiere decir que cada uno tenga sus distintas razones por las que lo pueda tener). Sin hijos trata este tema desde un prisma cómico, y aunque juegue en la liga de comedia ligera y amable que no pretende descontentar a la mayor parte de las masas, consigue generar un debate que, en el film, no resuelve para nada mal. Por ello ha sido Nº1 de taquilla en Argentina, su país de procedencia, en cuyo reparto nos encontramos a Diego Peretti y Maribel Verdú, dos caras conocidas que empujarán al público a las salas a pasar un rato distraído.

Gabriel (Diego Peretti) es un hombre separado desde hace cuatro años que tiene como centro de su vida el cuidado de Sofía, su hija de 8 años. La aparición de Vicky (Maribel Verdú), un antiguo amor adolescente de Gabriel hace que esta entrega total se tambaleé ya que, cuando comienzan a verse Vicky le explica que jamás saldrá con un hombre con hijos. Esto provoca que Gabriel se vea envuelto en una divertida sucesión de mentiras para ocultar cualquier rastro de la existencia de Sofía. Cada vez que su novia llega a su casa debe hacer desaparecer juguetes, ropa y todo lo que revele que hay una niña en casa.

He de confesar que durante la primera media hora de película, la película me estaba presagiando lo peor, pues su presentación de personajes y de sus situaciones está plagada de lugares comunes forzando la comedia sin que ésta, apenas consiga su propósito, y es que en toda esta parte Diego Peretti es el que tiene que sostener todo el peso de la función, y resulta en ocasiones tan forzado y por momentos tan histriónico que, en lo que a mí se refiere, me puso especialmente nervioso, pues fuerza tanto la comedia que de hacerlo tanto carece de gracia. Afortunadamente es cuando entra el conflicto del film cuando el mismo consigue aflorar y encontrar su sitio, reforzando su tono, su comedia de enredo y sus personajes. Una vez los personajes de Sofia y Vicky tienen vital importancia en el desarrollo del relato, el personaje de Gabriel y la interpretación de Peretti se ven beneficiados por la buena química que mantiene con ambas actrices.

Y es que una de las mayores sorpresas que me he llevado con este film ha sido el de la actriz que interpreta a Sofía, y el retrato de su personaje. Para nada es la típica niña de este tipo de películas, y consigue camelarse al espectador en cuestión de segundos gracias a un personaje y a una interpretación de su actriz que es puro encanto. No resulta forzada, ni irritante, y desprende una simpatía por lo atípica que resulta, que consigue una sonrisa cómplice continua. En esto también cuenta una Maribel Verdú que se lo pasa estupendamente y que derrocha encanto (como de costumbre), mostrando una vis cómica la mar de correcta que funciona bastante bien (atención a cuando tiene que cuidar de Sofia en una fiesta de cumpleaños) y su personaje se desarrolla con credibilidad. En ese sentido, los que hacen avanzar la película son sus personajes femeninos, y sabe desarrollar el conflicto entre ambas de forma estupenda, siendo Gabriel el punto medio entre ambas para ver qué ocurre con estos personajes. Un conflicto que esta bien tratado cómicamente (y eso que no se excede) y bastante bien desarrollado, lo cual ya es decir bastante.

Sin Hijos es así, una comedia amable que consigue que el debate de “hijos o no hijos” quede bien resuelto sin poner trabas ni a unos ni a otros, metiendo en ciertos momentos la puntillita (la escena del desahogo familiar por parte del amigo de Gabriel resulta incisivo a más no poder) pero sin pasarse para que el público quede contento ante el resultado, o sea, una cinta ligera que te haga pasar el rato de forma correcta, con unas interpretaciones bastante solventes y con un conflicto bien metido y desarrollado. Ni es el culmen de la originalidad ni lo pretende, pues el film es bastante consciente de lo que es, pero consigue generarse cierta simpatía entre el público por la sencillez con la que va abordando ciertos temas que, a día de hoy, siguen siendo el centro de muchas.

Nota El Blog de Cine Español: 5,5

Manu Monteagudo