“EN ESPAÑA ES MÁS FÁCIL PROYECTAR CINE AMERICANO QUE ESPAÑOL”. ENTREVISTA AL EQUIPO DE “CAFÉ KINO”

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Bienvenidos al Café Kino. Un lugar donde recuperar el “ritual del cine” que creíamos perdido, donde olvidar las espantosas palomitas y refrescos abarrotados de hielo a precios desorbitados.  Un pequeño reducto donde el cine vuelve a ser tratado como un auténtico placer, en lugar de un pasatiempo banal.

Recientemente nos llamó la atención una iniciativa en la fiesta de cine español más alejada de nuestras fronteras, el Spanish Film Festival de Australia: el ticket de entrada iba acompañado de un refrescante vaso de sangría. Un insignificante detalle, pero toda una novedad en el panorama festivalero y que tal vez tuvo que ver con el hecho de que este año batieran todos los records de asistencia.

El concepto de negocio mixto tal vez abra las puertas a nuevas vías de exhibición para producciones españolas independientes, en un nefasto panorama en el que a las distribuidoras poco les importa que una obra no vea la luz si no les supone un beneficio económico.

Hemos hablado con el equipo de “Café Kino”. ¡Salud!

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– ¿Cómo surgió el proyecto de “Café Kino”?

Después de haber vivido unos años fuera y ver lo bien que se organizaban otros para montar negocios mixtos, se nos ocurrió la idea de mezclar el café con el cine y crear un lugar íntimo y cómodo donde ver una película -en una sala acondicionada, sin voces y sin el ruido de la máquina de café de fondo- por un precio asequible mientras tomas una cerveza, una cesta de guacamole, un café y un postre.

-¿Nos podéis resumir brevemente el concepto de este Cine Café?

Un cine de barrio, pequeño, cómodo, familiar, como el salón de casa; donde puedes ver películas de todo tipo (europeas, españolas, estrenos, clásicas, de humor tonto, documentales, etc.) mientras te tomas algo tranquilamente. Más allá de las palomitas y coca-cola (que también tenemos), en el Kino ofrecemos cubos de botellines, tés, zumos, humus, quiche, tarta de zanahoria…

-¿Creéis que vuestra apuesta por la cultura, el cine en su ámbito autoral, el V.O.S., etc., es arriesgada en un país como España?

No nos parece arriesgada, nos parece que se estaba pidiendo a gritos. Cada vez más gente ve películas en versión original (las series han influido mucho en este hecho) y además nos gusta atraer a un público internacional. Con respecto a las películas independientes, documentales o cine de autor europeo, nos aseguramos de programar muy bien cada ciclo mensual para que haya algo para todos los gustos, desde el que busca cultura y cine-arte hasta el que busca entretenimiento y risotadas.

– ¿Creéis que ese concepto de evento y de ceremonia se estaba perdiendo en el cine -en parte por los precios abusivos de palomitas, las descargas, etc-?

Creemos que el cine nunca dejó de ser un evento social, con su ceremonia y ritual. La novedad del poder descargarse películas de internet y dejarse los ojos en una imagen pixelada (y unos subtítulos cuestionables) en la pantalla del portátil está dejando de tener su gracia. Queremos ver películas buenas, en versión original, en pantalla grande y con sonido envolvente. Es una buena fórmula para difundir el buen cine y poner en contacto a la enorme comunidad de cinéfilos que tiene Madrid. La gente tiene ganas de comentar las películas después de la proyección y es gracioso, pero se crea una especie de sentido de comunidad entre la gente que ha compartido sofá durante ese par de horas.

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-¿Cómo ha sido vuestra relación con las distribuidoras y cuál ha sido su reacción?

De momento buena. El problema está en lo caro que resulta proyectar una película y lo cuadriculadas que resultan algunas distribuidoras, que prefieren insistir en pedir cantidades astronómicas por el visionado de una sola sesión y quedarse fuera de nuestra programación. Además, hoy en día en España, es más fácil proyectar cine americano que español, y eso es una auténtica pena.

– Desde vuestra experiencia a pequeña escala, ¿qué creéis que debería cambiar en el complicado entramado de la distribución y exhibición de una película en España?

El mundo de las distribuidoras y las productoras está muy dividido en España. Hay tres grandes que funcionan de manera independiente y a nuestro modo de ver, se hacen la vida imposible las unas a las otras (y a nosotros, los que intentamos colaborar con todas ellas). Si hubiera más unidad y cohesión, las salas de cine tendríamos más posibilidades de proyectar y ganaríamos todos.

– El cine español atraviesa uno de sus peores momentos y pequeñas pelis independientes de gran calidad no llegan a los cines. ¿Pensáis apostar por cine español en vuestros ciclos?

Desde luego. Los nuevos directores o las productoras independientes tienen las puertas del Café Kino abiertas de par en par. La dificultad está en que la licencia para proyectar una película española en España es tan cara que nos lo pone muy difícil recién empezados a rodar. Pero hay directores nóveles que nos están cediendo los derechos de proyección a cambio de la difusión, una fórmula que puede funcionar muy bien.

-¿Habéis barajado ideas tipo “cineclub”, como llevar al director o a gente de la peli para presentarlas y abrir un coloquio posterior?

Hemos tenido presentaciones de cortos, fiestas del equipo de rodaje, sesiones con el director, coloquios, cine fórums, presentaciones de libros, cursos de cine y alquileres de sala para uso privada. Estamos abiertos a todo tipo de actividad cultural que le dé vida a nuestra sala. También acabamos de estrenar el “Club Kino.”

– Como negocio y habiendo sólo 11 butacas, ¿creéis que puede ser rentable?

En ocasiones es el cine el que sustenta a la cafetería y a veces la cafetería la que alimenta al cine. Los negocios mixtos son una opción excelente para llevar a cabo buenas ideas. De momento no nos estamos haciendo de oro precisamente, pero pensamos que al menos podemos hacer que el proyecto sea sostenible y eso nos da mucha satisfacción.

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-¿Qué tipos de películas funcionan mejor hasta la fecha?

hemos aprendido que el público es impredecible. A veces nos llenan la sala los taquillazos, otras las películas de los ochenta, clásicos o incluso películas chinas desconocidas. Es muy difícil decir un sólo tipo, pero si pensamos en qué nos apetecería ver a nosotros, nunca andamos muy lejos de lo que le gusta al resto de nuestro público.

-¿Os esperabais tener esta repercusión? ¿Qué comentarios de clientes os han sorprendido más?

La verdad es que no. Hemos tenido la suerte de que vinieran a buscarnos para hacernos entrevistas y somos muy conscientes de ese privilegio, aunque también hemos trabajado muy duro. Cuando oyes a la gente decir por el móvil que “está en el Kino”, como si fuera ya una referencia en la ciudad, se te encoge el corazón. Cuando nos animan porque es una gran idea y porque la experiencia de ver una película en nuestra sala les ha encantado, es realmente un honor y nos da fuerzas para seguir luchando contra los elementos.

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