Al pensar en películas sobre el mundo del juego, es posible que la mente se dirija directamente a las películas de Hollywood, con sus brillantes representaciones de los casinos de Las Vegas y sus hábiles estafadores. Sin embargo, el cine español se ha labrado su propio hueco en este género, produciendo obras que no sólo han cautivado al público europeo, sino que también han conmovido a Latinoamérica, especialmente a México. La interpretación española de las películas sobre el mundo del juego, con su combinación de riesgo, engaño y puro instinto humano, se siente muy cercana al pulso cultural mexicano, y la contribución de España al tema no ha pasado desapercibida.
Uno de los ejemplos más fascinantes es Intacto (2001), una película que mezcla la ciencia ficción, el suspense y el mundo del juego como pocas se han atrevido a hacerlo. Dirigida por Juan Carlos Fresnadillo, está protagonizada por el legendario Max Von Sydow en el papel de Samuel, un superviviente del Holocausto convertido en propietario de un casino cuya propia existencia parece estar ligada a la suerte. Pero la verdadera intriga reside en el personaje de Federico (Eusebio Poncela), un hombre dotado de la capacidad sobrenatural de robar la suerte a los demás mediante el tacto. Lo que empieza como una historia de venganza se transforma en una combinación surrealista de apuestas clandestinas y peligros crecientes, que acaba culminando en un tenso juego de ruleta rusa. La película tiene sus seguidores de culto,
precisamente porque eleva el juego más allá de los dados y las cartas, convirtiéndolo en una reflexión sobre el propio destino.
También está Winning Streak (2012), que opta por un tono más suave. Dirigida por Eduard Cortés, se basa en las aventuras reales de Gonzalo García-Pelayo Segovia, un jugador profesional que descubrió cómo ganar a la ruleta con las matemáticas y una cuidadosa observación. Interpretado por Lluís Homar, Gonzalo recluta a toda su familia para que le ayude a llevar a cabo un audaz plan, sólo para cruzarse en su camino con un despiadado jefe de casino conocido como "La Bestia". A diferencia de las oscuras inclinaciones filosóficas de Intacto, Winning Streak abraza el humor y la dinámica familiar, sin dejar de explorar la sensación de adrenalina que supone enfrentarse a instituciones poderosas. También enlaza con la afición española a las historias reales que celebran la ingeniosidad por encima de la
fuerza bruta.
No es casualidad que estas películas tengan tanta resonancia en México. Al fin y al cabo, los juegos de casino siempre han sido populares, y esto es especialmente cierto en México y en Latinoamérica en general. Y cuando se trata de películas basadas en este tema, el público mexicano percibe la emoción de ver a los personajes poner a prueba su ingenio y valor contra las probabilidades, al tiempo que aprecia los lazos culturales que el cine español refuerza al
otro lado del Atlántico.
Este atractivo transversal también es visible cuando se comparan las producciones españolas con comedias internacionales como The Hustle (2019). Aunque esa película es de origen estadounidense, comparte ADN con el planteamiento español: estafadores, el engaño y la eterna batalla entre el timador y el timado. Los espectadores en México que disfrutan de The Hustle o incluso de clásicos como Dirty Rotten Scoundrels a menudo se encuentran igualmente
entretenidos con las películas españolas sobre el mundo del juego, que conllevan un ritmo familiar pero con un toque europeo.
Lo que hace que las películas españolas destaquen es su negativa a encajonarse en una única fórmula. Algunas se apoyan en el suspense y el miedo existencial, otras en la comedia y el encanto, pero todas comparten la fascinación por el juego como acto literal y metafórico. Para el público mexicano, que durante mucho tiempo ha acogido las historias de supervivencia, astucia y destino, estas películas ofrecen una gama diversa de experiencias, lo que hace que se sientan como compañeros naturales.
Al final, puede que las películas españolas sobre el mundo del juego no consigan el mismo éxito comercial que las superproducciones de Hollywood, pero su impacto es innegable. Atraviesan fácilmente las fronteras, conectando España con México a través de un amor compartido por el azar, el drama y el irresistible atractivo de ganar. Este fenómeno cultural compartido hace que el público se sienta conectado y parte de una narrativa mayor.



































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