No os perdáis nuestra entrevista entrevista a Antonella Sudasassi Furniss, directora de la película “Memorias de un cuerpo que arde“, nominada a mejor película iberoamericana en los Premios Goya, porque nos cuenta temas muy interesantes sobre su segundo largometraje tras dejarnos muy buen sabor de boca con su ópera prima “El despertar de las hormigas”.
Os dejamos con nuestra entrevista a Antonella Sudasassi Furniss, directora de la película “Memorias de un cuerpo que arde”:
– Para empezar, ¿cuéntanos cuál es el germen de esta historia?
– Después de haber estrenado “El despertar de las hormigas” y compartirla con mi público, tuve muchas conversaciones con adultos mayores. Y fue así como me entró la curiosidad de cómo pudo haber sido realmente la vida de mis abuelas. Mi abuela paterna tuvo siete hijos, y mi abuela materna once; y nunca les pregunté si todas sus maternidades fueron deseadas, si supieron lo que es un orgasmo, si pudieron disfrutar de su sexualidad…Así que empecé a conversar con la única abuela que me quedaba, la paterna, pero ella ya estaba muy mayor y no pude profundizar en esa conversación. De este modo, tuve que ampliar el diálogo con otras mujeres de su edad y a partir de esas conversaciones surgió la película.
– Su estreno mundial tuvo lugar en la sección Panorama de la Berlinale y, además, ganasteis el premio del público. Mejor estreno imposible, ¿no?
– Fue mágico poder volver a Berlín y compartir esta película consiguiendo un recibimiento tan cálido en esos cines tan cálidos y hermosos que tiene la Berlinale. Además, para mí, este festival tiene un significado más importante porque viví unos años en Berlín y soñaba con estrenar allí alguna película algún día. Así que estrenar allí mis dos películas que he hecho ha sido una experiencia inigualable.
“Memorias de un cuerpo que arde” tuvo un recibimiento con el público fue mágico. Tuvimos cinco pases durante el festival y todas las salas llenas con unos espectadores que salían de los cines muy conmovidos. En realidad, no pudimos comenzar mejor con mi segundo largometraje.
– ¿Cómo se armó la producción de tu segundo largometraje? Estamos ante una coproducción entre Costa Rica y España (Playlab).
– La película siempre la pensamos como una coproducción precisamente porque hacer cine en Costa Rica en muy difícil al haber pocos recursos, por lo tanto si quieres elevar el nivel de la película siempre es bueno recurrir a coproducciones. En este caso, me incliné por España porque ya tenía la experiencia previa. Con Estephanía Bonnett comencé a hablar muy desde el inicio del proyecto, nos fuimos conociendo poco a poco, entendiendo si teníamos la misma visión sobre la película, y, desde entonces, la colaboración con Playlab Films fue súper bonita y muy colaborativa, enriqueciendo el proceso de “Memorias de un cuerpo que arde”.
– ¿Cómo elegiste a las mujeres que aparecen en tu película? Creo recordar que son ocho en total.
– Desde el inicio, al ver que no iba a poder ahondar en la conversación con mi abuela sobre estos temas, empecé a preguntar a diferentes personas por referencias de mujeres mayores que quisieran hablar sobre sexualidad, lo cual no fue fácil porque sigue un siendo algo tabú en Costa Rica. Entonces, fui dando con gente que se atrevían a hablar sobre estos temas y tenían una cierta urgencia por hablar. Fue lindo porque desde el principio traté buscar mujeres de muy diferentes contextos sociales y económicos para tratar de entender de manera global cómo pudo ser la vida para ellas. Ahí, poco a poco, se fue depurando la selección. A algunas no se sentían cómodas al hablar sobre ello y otras sí. Fue un proceso muy enriquecedor y tuve la oportunidad de entablar vínculos con estas mujeres.
– En la película vemos muchos planos secuencia, ¿por qué los quisiste utilizar?
– La película presentaba desde el inicio retos formales porque cuando empecé a hablar con estas mujeres me pedían el anonimato y tuve que resolver qué se iba a ver en pantalla. Terminé optando por trabajar con actrices porque era muy importante mostrar la piel de estos cuerpos que hablaban y, bueno, trabajé con Sol Carballo. La opción de tantos planos secuencias se decidió para dar ese movimiento, esa fluidez a las diferentes épocas. Hay una gran que dice una de las mujeres “el tiempo es como una burbuja, no es lineal”, y ese concepto de que sus recuerdos cohabitan en su cuerpo, en su espacio, me permitió imaginar una casa donde habitaban esas memorias junto con ella. Entonces, los planos secuencias nos permitían jugar, ya fuera con elementos de arte, con las actrices que entrar y salen en escena, para dar esa fluidez, esa sensación de que el mismo espacio se convierte en la mente de las protagonistas. Detrás de cada una de las puertas de la casa aparece un nuevo recuerdo, aparece una nueva etapa, una nueva época de la vida.
– Podríamos decir que la casa, único espacio que aparece en “Memorias de un cuerpo que arde”, es un personaje más de la película, ¿por qué una única localización?
– Y precisamente es así como la casa se piensa como un personaje más donde habitan todas estas memorias de las distintas mujeres; y se reinventan en esa colectividad, no necesariamente la historia de una, sino el recuento de muchas mujeres reales. La casa se transforma, muta, tiene sus procesos de metamorfosis como lo tienen también las mujeres que nos cuentan las historias.
– ¿Todavía crees que en pleno siglo XXI hablar de sexo es un tema tabú?
– Creo, realmente, que lo que hay es un exceso de información. Es tanta la información que abruma. Sin embargo, sobre los temas importantes seguimos sin hablarlos profundamente y creo que el sexo es uno de ellos, sobre todo a partir de cierta edad. Recuerdo que a principios de año leí que uno de los grandes temas de la literatura este año iba a ser la menopausia. Creo que siguen habiendo muchos temas que siguen sin tratarse en profundidad, siempre vistos con una mirada masculina, hay un proceso, por decirlo así, de femenizar los temas que nos atraviesan a nosotras las mujeres.
– Para terminar, ¿cuéntanos dónde y cómo te enteraste de la nominación al Goya en la categoría de mejor película iberoamericana?
– Y, bueno, la noticia de la nominación la recibí en mi casa. Como estoy en Costa Rica, tenemos una diferencia horaria de siete horas, recibí una llamada a las 5 de la mañana de Estephanía contándonos que habíamos sido nominadas. Yo recibí la noticia adormilada pero fue mucha la felicidad y orgullo de poder llegar a los Goya y que reconozcan nuestro trabajo. Sobre todo ahora de cara al estreno nos servirá de promoción para que el público se entere del estreno de nuestra película en los cines de España el 21 de febrero.