ENTREVISTA A MADI DIOCOU, PROTAGONISTA DE “EL DIOS DE MADERA”: EL DEPORTE QUE MÁS PRACTICO ES CORRER DELANTE DE LA POLICÍA.

La entrevista tuvo lugar en Barcelona, en una cafetería frente a los cines Renoir-Floridablanca, y se dilató durante más de dos horas, me acompañó Alberto Galán Motta, de Sagrera Audiovisual, al que debo darle las gracias, ya que sin él hubiera sido imposible realizar esta entrevista.

Madi Diocou es una persona con una gran sonrisa, tímido y que lo ha pasado muy mal desde que llegó a España en patera, en 2004, procedente de Senegal. Ha intervenido en “Biutiful” y ha protagonizado “El Dios de madera”, pero a día de hoy sigue vendiendo bolsos, en horario más bien nocturno, y el deporte que practica más a menudo, es correr delante de la policía.

Esta entrevista ha sido la que más me ha impactado, de las muchas que he llegado a hacer, la historia de Madi, da para hacer una película, y de las buenas. Actualmente vive en el barrio de Santa Eulalía de L´Hospitalet de Llobregat, que como ya sabéis los seguidores del blog, también es mi ciudad y la de Ferrán Adriá o Juan Cruz, por ejemplo.

Madi Diocou tiene aspecto de buena persona, le gusta que le llamen negro y se siente orgulloso de sí mismo, su historia daría para varias entrevistas, seguro. Es musulmán y le gustaría casarse con una mujer de Senegal.

J.L.P ¿Cómo te descubren para hacer Cine?

M.D Todo fue muy casual, yo tengo un amigo en Valencia que conoce a Javier Bardem, al principio no le creí, me ofreció trabajar de figurante en esa película, en “Biutiful” mientras yo vendía bolsos, como todos los días, en Barcelona, donde llevo cerca de seis años. Yo, al principio, a mi amigo no le creí. Al final me convencieron, y empecé en “Biutiful” como especialista, me eligieron para una escena en la que había un accidente, la idea era que estábamos vendiendo, y cuando llegaba la policía empezábamos a correr, y después había un accidente. En el rodaje conocí a Ana Isabel Velásquez, una chica colombiana, que era ayudante de casting de la película

J.L.P Ana Roqué, que también colaboró en el casting de “Biutiful”,  me habló de Ana. Creo que la directora de casting fue Sara Bilbatúa.

M.D: Ana me presentó a Vicente Molina Foix, aquí en Barcelona. Ana me dijo que llevaba tiempo buscando a actores africanos como yo, y que hasta el momento ninguno había convencido a Vicente para protagonizar “El Dios de madera”. El mismo día que  Vicente me conoció y pudo ver mi prueba, le gustó muchísimo, y rápidamente me dijo que me iba a coger como protagonista y que no me preocupara de nada que él me iba a ayudar, en todo lo que hiciera falta. Al principio pensé que en cine todo era fácil, como en “Biutiful”, de figurante, yo pensaba que era igual. Al principio, por problemas idiomáticos tuve muchos problemas para aprendérmelo. Me esforcé mucho, y Marisa Paredes me ayudó, que es una persona muy generosa y con mucha experiencia en Cine. Ella, apoya mucho a la gente que hace su primera película.

J.L.P ¿Ensayasteis antes de rodar?

M.D Sí, mucho. En Madrid, y aquí en Barcelona, con Marisa, con Nao y con Soufianne Ouarab, que hace de peluquero y novio de Nao. Fue un placer ensayar con Marisa, la verdad. El rodaje fue en Valencia, durante 40 días.

J.L.P. ¿Qué es lo que ha sido más difícil en el rodaje?

M.D: Creo que lo más difícil para mí fué el primer día de rodaje. Estaba muy nervioso, y las escenas en las que tuve que correr y meterme debajo de un camión.

J.L.P Tu trabajo en “El Dios de madera” me sorprendió muy positivamente.

M.D Me lo dijo Vicente. Yo, como mi trabajo es la venta ambulante, las escenas en las que hago eso, las hago fácilmente.

J.L.P ¿Te costó mucho llegar a España y tener papeles?

M.D Sí, la verdad es que me costó mucho, yo en Senegal era sastre, pero como la mayoría de gente de mi país, estaba engañado, pensaba que en Europa era fácil ganar dinero y vivir bien. No sabía nada de castellano, ni decir hola. En España he trabajado de paleta y pescador. En Senegal en 2003 había rumores de que necesitaban trabajadores para el campo, entonces desde Mauritania, que está cerca de Senegal, había cayucos hasta las Islas Canarias.

J.LP ¿No te daba miedo ese viaje?

M.D Bueno, al principio sí, ya que un poco antes de que viajara, murió en la travesía uno de mis mejores amigos. De todos modos, yo tenía un sueño, quería venir a Europa para mejorar mi nivel de vida y mandar dinero a mi madre. Mi familia en Senegal no es pobre del todo, pero yo quería mejorar. Fui primero a Mauritania, donde tengo un amigo que es pescador allí. El me ayudó, yo tuve que pagar 1.000 €

J.L.P Eso tiene que ser mucho dinero en Senegal.

M.D Sí, pasando muchos sacrificios y trabajando mucho es todo lo que pude ahorrar durante tres años y medio. La primera vez que llegué a Canarias, a Tenerife, me devolvieron a Senegal, en avión, a Saint Louise. Lo intenté una segunda vez y me pasó lo mismo. La tercera vez, por suerte, había un policía español, al que ya conocía de los dos intentos anteriores y al que llamábamos Pa venga, no sabíamos su nombre, en nuestra lengua Pa, significa viejo y el siempre nos decía a todos: “venga, coño, venga”, así que todos le llamábamos Pa venga. La tercera vez me reconoció, y me dijo que yo no iba a morir y que esta vez me podría quedar en España. Piensa que desde Mauritania por las noches se ven las Canarias, está cerca.

J.L.P ¿Cuánto tiempo transcurrió entre estos tres intentos?

M.D Ocho meses, y además la tercera vez, yo conducía el cayuco. En cada viaje tardábamos 4 ó cinco días.

J.L.P Esta tercera vez ¿Cuánto tiempo estás en Tenerife?

M.D Cuarenta días las dos primeras, y la tercera solo 11 días, gracias a  Pa venga, que me ayudó. Desde Tenerife nos embarcaron en un avión y nos dejaron en Madrid, allí estuve en un centro de Cruz Roja 19 días, aquí en España no conocía a nadie, pero un compañero de Gambia que tenía familia en Barcelona, me dijo que me acogerían en su casa, y entonces me vine aquí. Estuve 5 meses en su casa. Después ya estuve viviendo con gente de mi país, que venden bolsos y no se meten en cosas malas.

J.L.P ¿Dónde vives ahora?

M.D Ahora en Hospitalet, en el barrio de Santa Eulalia, donde comparto un piso de tres habitaciones y somos cinco personas de Senegal. Estoy bien, ahora.

J.L.P A día de hoy sigues vendiendo en la calle

M.D Pues sí, hasta que pueda tener un trabajo, pero ahora está muy difícil.

J.L.P Espero que te salgan más cosas en Cine, porque te lo mereces.

M.D Bueno José, quiero decirte una cosa, cuando llegué a Barcelona trabajé 9 meses de pescador en el puerto de Barcelona, y se gana muy poco y también de paleta (en castellano albañil).

J.L.P  El final de “El Dios de madera”, es abierto, ¿tú cómo lo entiendes?.

M.D Solo he visto la película una vez, en el Festival de Málaga y me emocioné mucho al verla, ya que pensé que no estaría tan bien. Creo que al final busco otro mundo, no regresar a Senegal. Yao, mi personaje, busca igual que yo, una vida mejor. Ahora que se ha estrenado me gustaría poder volver a verla en el Cine.

J.L.P Ahora que llevas unos años en España, supongo que todo será muy distinto a Senegal

M.D Sí, hay diferencia. Aquí tienes más oportunidades que en Senegal, que es un país más pobre, para mejorar tienes que salir. Mi pueblo es un lugar turístico, está a 80 kilómetros al sur de Dakar.

J.L.P Sé que estás muy vinculado a tu madre, que habláis mucho por teléfono ¿te gustaría traerla a España?

M.D A mi madre, no, se que aquí no se acostumbraría. Hace poco que ha llegado en avión mi hermano, con Visa. Es más mayor que yo y vive conmigo, en mi casa. Yo ahora acabo de cumplir 27 años.

J.L.P ¿Cómo aprendiste a hablar tan bien el castellano?

M.D (Ríe a carcajadas) ¿Yo? Creo que hablo muy mal el castellano, pero he aprendido a hablar en la calle. Todavía no hablo bien en castellano, quiero mejorarlo. Escribo mucho mejor de lo que lo hablo, he aprendido a escribir castellano gracias a que leo todos los días el periódico, y tengo un diccionario francés-español y eso me ayuda mucho. He aprendido a escribir solo.

J.L.P Hace años me sorprendió la cultura musical que tenéis en Senegal con gente tan buena como Youssou N´dour o los Hermanos Toure Kunda, Ismaila, Ousmane y Sixu Tidane Toure

M.D ¿Cómo conoces todo eso?

J.L.P Soy un gran aficionado a la música, soy un enfermo de la música.

M.D (vuelve a reir) Me gustan mucho tanto Youssou como Toure Kunda, pero la música que me gusta más es la de Estados Unidos, curiosamente.

J.L.P “Biutiful” y “El Dios de madera” han surgido casi seguidos.

M.D Sí, he aprendido muchísimo, “Biutiful” que rodé antes, aún no se ha estrenado. A mí, me gustaría dejar el trabajo que hago ahora  porque es ilegal, y continuar haciendo cine.

J.L.P Me sorprendió mucho lo que le dijiste a Vicente Molina, cuando te preguntó si hacías deporte, ya que estás delgado y tienes pinta de deportista, forma física de atleta

M.D Sí, a Vicente le dije que el mayor deporte que hago es correr delante de la policía, y es verdad. En invierno hago algo de deporte, en la zona de la playa del puerto olímpico, pero solo en invierno.

J.L.P ¿Has llegado a estar en la cárcel?

M.D Sí, una vez. Estuve 3 días en la cárcel, a mis compañeros los han detenido muchas veces, y yo nunca había estado. Si quieres que te diga la verdad, en cierto aspecto, me gustó, aunque no quiero volver nunca más, que quede claro. Estuve primero en Les Corts, en la comisaria de los Mosos de Escuadra, y luego en la policía nacional, en Urquinaona.

J.L.P Te quitaron los bolsos y el dinero.

M.D Los bolsos sí, pero el dinero no. Fué muy duro, estuve aburrido, éramos 30 personas, todos de Senegal.  Me trataron bien, la comida estaba bien, y los policías que no soy peligroso.

J.L.P ¿Te gusta la comida española?

M.D Al principio solo comía cosas de mi país, pero la comida española me gusta cada vez más, y tengo amigos de aquí, blancos, que he conocido vendiendo, y gente del barco, cuando pescaba y seguimos en contacto, y a veces vamos a comer o a cenar juntos.

J.L.P Siempre me he preguntado ¿Por qué arriesgáis vuestras vidas en pateras cuando podríais venir en avión?

M.D Cuesta mucho conseguir la Visa, en Senegal. Cuesta 6.000 € poder venir. Hay una democracia, pero hay mucha corrupción. Los ricos solo ayudan a los ricos, nunca ayudan a los pobres.

J.L.P En Senegal me imagino que habías visto películas en el cine o en la tele, ¿habías soñado alguna vez con ser actor?

M.D Bueno, lo soñé alguna vez, pero en África, no tenía muchas posibilidades de ser actor. Por eso me siento tan orgulloso, me sorprendió muchísimo.

J.L.P Empezaste a trabajar muy joven ¿verdad?

M.D Sí, con 13 años empecé a trabajar de mecánico, a los 14 de sastre. Estudié desde los 7 años hasta los 13.

J.L.P Las mejores escenas de la película son las de tu juego de miradas y la naturalidad que tienes.

M.D ¡Gracias! Yao, mi personaje, se parece mucho a mí, soy muy tímido, muy vergonzoso. No hay mucha diferencia entre Yao y Madi. Yao y yo somos iguales. Quiero dejar este trabajo, ya que sé que estoy haciendo daño a alguna gente, porque lo que estoy vendiendo, hay gente como Prada, Chanel o Louis Vuiton, que están en contra, y yo se que lo que vendo es falso

J.L.P En la rueda de prensa, en Málaga, Marisa Paredes dijo que no dejaras de vender bolsos ya que esto era más seguro que hacer cine.

M.D  Sí, lo recuerdo muy bien. Marisa Paredes que me quiere mucho, desde el primer momento me dijo que intentaría ayudarme, y en un momento dado me planteé dejar la venta ambulante mientras me salían más cosas en cine, y por eso Marisa dijo que no lo dejara hasta que me saliera otro trabajo, de ahí su frase.

J.L.P ¡Muchas gracias, Madi, te deseo lo mejor y espero que pronto te podamos ver haciendo más cosas en Cine, ya que lo haces muy bien!

M.D ¡Muchas gracias, a ti, ha sido un gran placer para mí, tengo muchas ganas de ver la entrevista por Internet!

Nos despedimos con un abrazo.

Seguiremos informando…

                     José López Pérez