CRÍTICA A LA PELÍCULA “ESTACIÓN DEL OLVIDO”

Mañana, viernes, se estrena en salas, la tercera película de Christian Molina (Barcelona, 1975), en este caso codirigida con Sandra Serna (Barcelona, 1977) que había sido script –y algo más, como reconoce Christian- en los anteriores films del primero.

“Estación del olvido”, poco o nada tiene que ver con “Diario de una ninfómana”, o “Rojo sangre”.

El tema fundamental es la incomunicación, la dificultad para comunicarse con la familia, y para ello se sirven de la visión de tres generaciones diferentes.
La película está producida por Canónigo Films (Mariví de Villanueva), cuenta con el apoyo de TV3, tiene un presupuesto de 1.750.000 € (sin copias, publicidad y extras) y se estrenará con 56 copias.

“Estación del olvido” cuenta la historia de sus cinco protagonistas, el abuelo, enfermo de Alzheimer (Fermí Reixach); el hijo de éste, Francesc Garrido; la segunda esposa del personaje de Garrido, Belén Fabra, en una composición alejada de “Diario de una ninfómana”; la nieta, Katia Klein, que es una de las sorpresas agradables del film y Nilo Mur, un chico con problemas y que debe cumplir condena, un año realizando servicios sociales.
Garrido, Katia Klein y Belén Fabra, bordan sus interpretaciones. El elenco al completo consigue que no podamos separar al actor del personaje, o viceversa.

Hay escenas de gran comicidad, donde destacan dos en concreto, las pruebas que hacen en la empresa para dar el visto bueno a un rustidor de pollos y la escena en el taxi cerca de Cadaqués.

En algunas escenas los diálogos son demasiado literarios, lo que en ese contexto realista, llega a chirriar un poco.

En el film hay dos partes bien diferenciadas, al principio, cuando se presentan los personajes predominan los planos fijos, estáticos, en la segunda parte sube el ritmo y todo adquiere movimiento.

La soledad interior, la incomunicación, es un lastre para todos los personajes, que no encuentran la forma de expresarse y establecer puentes con los demás.

La historia nos lleva a un geriátrico donde los personajes de Fermí y Nilo conectarán y se ayudarán mutuamente.

“Estación del olvido” huye del maniqueísmo y del panfleto y presenta los hechos de forma natural. Es una película de actores, donde el matiz vence por goleada.

En su resolución final es algo premiosa, quizá como consecuencia del intento de mostrar de forma natural, el ciclo final vital y la voluntad de superación.

Una propuesta que no engaña, honesta y ofrece lo que promete.

Desde aquí les deseo suerte, ya que en la actual coyuntura la van a necesitar.

Puntuación de EL BLOG DEL CINE ESPAÑOL: 6

Artículo: José López Pérez