El año pasado se estrenó en España y en todo el mundo la primera producción de animación española con proyección internacional.
La película en cuestión, como todos sabéis, se tituló “Planet 51”, además también tuvo un extra de publicidad por luchar como la producción más cara de toda la historia del cine español al contar con un presupuesto de 70 millones de dólares, muy cercano a los 50 millones de euros que costó “Ágora”, de Alejandro Amenábar.
Además, a esa cifra hay que añadirle otros gastos como el desarrollo del juego de la película (desarrollado por Pyro (los de Comandos) y distribuido mundialmente por Sega que costó 15 millones de dólares), márketing y todos los productos que salieron alrededor de la película: juguetes, contenidos digitales para móviles e Internet, libros, ropa, colonia, etc.
Si sumamos todo este embrollo, la película “Planet 51” costó 300 millones de dólares.
Pero, claro, cuando hay un gasto tan importante todo está muy medido y estudiado por lo que los chicos de Illion Animation Studios tenían proyectado lograr los siguientes beneficios:
– 1.040 millones de dólares con la explotación de la película (cines, DVD, ventas internacionales, etc…).
– 250 millones de dólares con los contenidos digitales y juegos por Internet.
– 200 millones de dólares con el videojuego lanzado a todas las plataformas.
– 100 millones de dólares en merchandising.
Desde aquí, dar mi enhorabuena al grupo de Illion por atreverse a luchar con los grandes estudios de animación USA sin ningún tipo de pudor pero, también, hay que reconocer que estas previsiones fueron demasiado altas y se habrán quedado en menos de la mitad después del semifracaso que sufrió en la taquilla USA al recaudar sólo 42 millones de dólares.
