CRÍTICA DEL DOCUMENTAL “MORENTE”

Distribuido por Pirámide, hoy se estrena el documental “Morente, en unos 40 cines.

Enrique Morente Cotelo (Granada, 25 de diciembre de 1942-Madrid, 13 de diciembre de 2010) fue un cantaor flamenco que partiendo del purismo exploró nuevos caminos que lo acercaron al pop, al rock y a otros géneros, albums como “Omega” o “Lorca” lo demuestran. Morente fue un hombre de verbo elegante y un humor fino y con retranca peculiar. Con conciencia social, se consideraba de izquierdas.

De improviso, hace unos meses falleció. Su último trabajo fue precisamente la grabación de este documental que terminó de rodar justo antes de entrar en el hospital. Es el director musical del documental.

Enrique Morente es una de las figuras claves del flamenco, dotado de una gran voz y de una sensibilidad especial creó escuela. Su hija Estrella es una de las grandes voces jóvenes de nuestro país (escucharla en el tema “Lily”, de “Chico & Rita” lo acredita).

“Morente” es una aproximación de Emilio Ruiz Barrachina (“El discípulo”) a un cantaor que demuestra tener un gran sentido del humor (…”Hay curas con sotana que son ateos”) y exquisita sensibilidad, pero es un fresco que tiene poca perspectiva, está demasiado supeditado a la inmediatez. Un gran artista como Morente requiere una aproximación total a su experiencia vital y a su mundo sonoro. De todos modos, el film tiene momentos maravillosos. Escuchar a su hija Soleá Morente cantar “Palabras para Julia” de Goytisolo y que hizo mítica Paco Ibáñez, es sublime. Soleá es uno de los descubrimientos de este trabajo. Vemos al maestro caminar con paso firme por su Granada natal, acompañado de su hija Estrella y acudimos a varios conciertos y grabaciones.

Esta mediodía en Barcelona, en el Espai Liceo ha sido el pase de prensa, no ha podido acudir su director, Emilio Ruiz Barrachina debido a que ayer tras la premiere en Madrid se encontró indispuesto y tuvo que ir a urgencias, esperamos que se recupere pronto para poder charlar con él sobre este interesante documental que se rodó con 7 cámaras de alta definición y sonido en 63 pistas.

Visualmente el film es impecable, lo mismo se puede decir del sonido y la parte musical. Escuchar “Adiós a Málaga la bella” emociona y pone los pelos de punta.

Los 90 minutos de duración de “Morente” pasan muy rápido y eso ya es una gran virtud, te quedas con ganas de más.

                             José López Pérez