CRÍTICA A LA PELÍCULA “TRES DÍAS CON LA FAMILIA”, TAN VEROSÍMIL QUE ASUSTA

película Tres días con la familia 

Esta semana se estrena la película Tres días con la familia una de las grandes triunfadoras del pasado Festival de Málaga, junto a La Distancia, al llevarse el premio a la mejor dirección (Mar Coll), mejor Actriz (Nausicaa Bonnín) y mejor Actor (Eduard Fernández).

Pude ver esta película en el Festival de Málaga y, debo decir, que en un primer momento no me gustó demasiado pero, con el paso del tiempo, he descubierto que esta película ofrece, casi en formato documental, la historia de una familia burguesa catalana que pasa tres días en convivencia debido al fallecimiento del abuelo.

Si algo destaca en Tres días con la familia no es su guión si no la contemplación, por parte del espectador, del espacio familiar y la separación que existe entre todos mediante silencios, realismo y verosimilitud. Esto lo logra con gran maestría la novata Mar Coll con ésta su Ópera Prima.

En lo que también destaca esta película es en labor interpretativa de sus actores, sobre todo, de Nausicaa Bonnín, que con esa mirada azul todo lo llena y de Philippine Leroy-Beaulieu, que interpreta a la madre de la protagonista, separada hace tiempo de su marido (Eduard Fernández) pero que mantienen las apariencias delante de la familia de su marido.

Al final, ni la única mujer del clan Vich i Carbó es tan rebelde como la pintan sus hermanos, al criticar el libro que ha escrito basado en su familia, ni Léa (Nausicaa Bonnín) logra distanciarse de la familia al elegir volver a vivir en Cataluña en vez de en París donde tenía su nueva vida.

Lo malo de Tres días con la familia es que al ser tan verídica aleja al espectador, no empatiza con ninguno de los personajes y hasta puede llegar a provocar rechazo. Vamos, que no es una película taquillera. Si no, ya veréis el lunes lo que recauda.