Según el anuario de la SGAE sobre el año 2010, se confirma que la mayoría de los espectadores de cine residen en Madrid, con un 20,7%, y Barcelona, con un 20%, es decir, estas dos capitales suponen casi la mitad de la audiencia de cine del país.
Por otro lado, la cuota de pantalla del 2010 del cine español sólo fue del 11,9%, destacando, como siempre, la primacía, o monopolio, del cine americano que logró un 70,8% de cuota.
La asistencia media por habitante al cine es de 2,15 veces al año.
El año pasado se siguieron cerrando salas, aunque no muchas, se bajó a 4.073 frente a las 4.097 del año 2009, mientras que el número de espectadores pasó de los 110 millones de 2009 a los 101 de 2010, lo que supuso un detrimento del 8,7% y una recaudación total de 661,1 millones de euros, el 2,5% menos que el año anterior.
Esto demuestra que cada vez más el cine está dejando de ser un ocio de masas, problema que se ve incrementando por las altas tarifas del precio de las entradas de cine en España. Sinceramente, son completamente abusivas y fuera de la realidad del sueldo medio que se cobra en el país. ¿Cómo una familia con dos niños que ingresan 1.500€ mensuales se va a poder permitir el lujo de gastarse 36€, si la peli no es 3D, y sin contar palomitas y refrescos, en ver una película en los cines?
