Pensaba que la Ópera Prima del curtido guionista Albert Espinosa, No me pidas que te bese porque te besaré, con guión también del propio director y que también tiene un papel destacado en la película, había sido víctima de la falta de marketing del cine español para que nadie hubiera ido al cine a verla.
Pero, acabo de terminar de verla, y es una película muy floja. El guión no es sólido y presenta una trama demasiado simple que mezcla la historia de una pareja a la que le quedan cinco días para casarse, Eloy Azorín y Teresa Hurtado, y unas clases de guitarra a las que asiste él con una serie de chicos “especiales”, es decir, con retraso mental.
Aparte la historia de la boda y la duda del protagonista sobre si quiere a su prometida parece una excusa para hablarnos sobre los chicos “especiales” pero tampoco nos llena la historia de estos chicos porque no están, desde mi punto de vista, bien trabajados. No aportan nada, no nos empatizamos con ellos en ningún momento.
Además, el personaje de Albert Espinosa llega a cansar de tanto hablar de “pajas”, un poco vale, pero mucho cansa.
Por otra parte, el exceso de voz en off llega a cansar al igual que la película que en muchas partes de la misma lleva al tedio del espectador.
En cuanto al trabajo de los actores no puedo destacar a ninguno. Ni al director-actor Albert Espinosa – por qué se empeñarán los directores noveles en aparecer en sus películas (Nacho Vigalondo)- ni Eloy Azorín que siempre habla susurrando. Sobre Teresa Hurtado poco que decir porque su presencia en la película es mínima.
También, destacar que la interpretación de los chicos “especiales” no me agrada nada porque no me parecen reales en ningún momento.
En definitiva, No me pidas que te bese porque te besaré, podría haber dado mucho más de sí en su historia pero se queda a medio gas y no arranca ni la lágrima ni la sonrisa del espectador.
