CRÍTICA “LA BODA DE ROSA”: COMEDIA QUE SURGE DE LA NATURALIDAD DE LA VIDA MISMA

Simpática comedia que se convierte en una ‘rara avis’ de la filmografía de Iciar Bollain; aparca los problemas sociales para poner el foco en el interior de las personas.

A sus cuarenta y cinco años, Rosa se ve presa en una vida que no le gusta nada. Está agobiada por el trabajo, la familia y nunca tiene un ‘no’ para nadie. Hasta que un día decide romper con todo y emprender la vida que siempre ha deseado, una en la que piense primero en sí misma. ¿Y qué mejor manera de empezar esta nueva vida que casándose consigo misma?

Se ha de reconocer que, a priori, “La boda de Rosa” no es la película que uno esperaría de Iciar Bollain. No porque su conciencia social esté disimulada (que sigue presente, de alguna manera), sino porque nos hallamos ante un producto impersonal. Ya desde el inicio. Los primeros quince o veinte minutos son torpes; y en nada se aprecia el talento de la directora madrileña. Pero inesperadamente, la película coge vuelo, los actores derrochan carisma y la historia termina convenciendo y emocionando.

Que aquí nadie espere gags, diálogos descacharrantes o chascarrillos fáciles, “La boda de Rosa” es una comedia que surge de la naturalidad de la vida misma. No busca la risa sino la sonrisa y la empatía, no solo con el personaje principal, sino también con el resto del casting. Y he aquí el principal acierto de la película y su pilar fundamental: el elenco protagonista.

Candela Peña enamora como una mujer anónima que nunca se ha permitido brillar, Nathalie Poza está divertidísima y Sergi López aporta corazón a un personaje que, sobre el papel, podría no haber sido muy agradable. Aunque el mayor descubrimiento es la joven Paula Usero, que nos regala una escena dramática que demuestra que es un talento, no en alza sino ya confirmado de nuestro cine. Seguro que disfrutaremos de sus interpretaciones muchas veces más en la gran pantalla.

“La boda de Rosa” no es la gran comedia que salvará al cine español en este aciago 2020, pero sin duda, Iciar Bollain nos ha hecho un gran regalo. Es una película importante, no por el resultado final, sino por el atrevimiento a tocar y revelar una gran verdad que todos sabemos, pero que se nos olvida: lo primero es amarse a uno mismo. Y sin este primer paso cumplido, es imposible afrontar el reto de intentar ser feliz.

Nota: 6

Una crítica de Toni Sánchez Bernal

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *