PROS Y CONTRAS PREMIOS GOYA 2020: MEJOR PELÍCULA. LA ESTELA INTERNACIONAL DE “DOLOR Y GLORIA” CONTRA LA FUERZA DE “LA TRINCHERA INFINITA”

Con Mejor Película cerramos nuestro clásico repaso a las principales categorías de los Premios Goya (no olvides visitar nuestros anteriores artículos). La pugna parece que se dirimirá entre Dolor y gloria, la película española más relevante a nivel internacional de los últimos tiempos; y La trinchera infinita, aclamada en nuestro país y con serias opciones para protagonizar el sorpasso.

MIENTRAS DURE LA GUERRA. 17 nominaciones


A favor: Su interesantísima visión del momento más trascendental del siglo XX en España. En una coyuntura en la que el desconcierto y las dudas acechan, intenta comprender el pasado para explicar el presente a través de un protagonista lleno de contradicciones, y arropado por un nutrido reparto en el que hasta el más pequeño secundario está perfecto. Con un buen trabajo de documentación, sorprende con intrigas políticas como los conflictos internos de los militares del alzamiento, o al dibujar un perfil de Franco como lobo con piel de cordero, dispuesto incluso a alargar la guerra en su propio beneficio. A pesar de la imagen habitual de los biopics como un género aburrido, ha sabido conectar con el público como ninguna otra cinta nominada, siendo con diferencia la más taquillera de las candidatas, y una prueba de lo pertinente que resulta su visionado en la actualidad. Con el Goya a mejor película, la Academia puede hacer suyo el mensaje de la película a favor de la reconciliación y de la necesidad de resolver los conflictos con diálogo y razón, sintetizado en la cinta en un paseo de Salamanca a Zamora. Frente a otras opciones más monótonas, la película sigue una progresión constante hasta llegar al vibrante clímax final. El famoso enfrentamiento entre Unamuno y Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad no solo se demuestra plenamente cinematográfico en su traslación a la gran pantalla; también resulta un escalofriante espejo de la sociedad española ochenta años después.

En contra: Ser la peli con el mayor número de nominaciones está actuando en los últimos tiempos como un mal de ojo. En los últimos 9 años, solo 2 de las películas que llegaron a la gala con esa condición, lograron el Goya a mejor película. La supuesta equidistancia de la película ha provocado que la derecha rechace la cinta y la izquierda la desdeñe, perdiendo los apoyos de los sectores más politizados. La culpa la tiene en gran parte la visión que se da de Carmen Polo: un plano como el de su mano salvadora, ciertamente controvertido, puede restar a la película un número de votos tal vez crucial en un año que se presume muy igualado.

DOLOR Y GLORIA. 16 nominaciones

A favor: La película más desnuda de Almodóvar es pura elegancia al dejar fluir las emociones de forma intensa y equilibrada hasta llegar a la catarsis. Maneja una complicada estructura temporal en la que se conjuga con nostalgia la evocación de una infancia repleta de añoranzas con una etapa adulta en la que el éxito profesional se ve ensombrecido por las decepciones personales y los problemas de salud. El sector cinematográfico que vota este premio a priori sentirá empatía hacía una historia que es protagonizada por un director de cine, y en el reflejo que expone el filme de que tras el éxito, los focos y la gloria siempre hay un ser humano que en ocasiones puede sentirse muy solo. La película destila la sabiduría cinematográfica de su autor con un calado y profundidad tales que provocan que sea la película que deja más poso de las candidatas; es una obra tan personal que a veces causa hasta pudor contemplarla. Ver exteriorizado el sentimiento de culpa por no haber podido cumplir el deseo de una madre de morir en su pueblo, la congoja por una amistad rota hace 32 años, o la tortura por el reconcome de haber tenido que dejar marchar a la persona amada funciona como un ejercicio de contrición que conmueve y traspasa la pantalla. “Dolor y gloria” es una de esas obras a las que un cineasta solo puede llegar en el crepúsculo de su carrera. Huele a epílogo, y la Academia lo sabe.

En contra: Un hecho tan meritorio como la nominación al Oscar como película de habla no inglesa no es garantía de nada. “El abuelo”, “Secretos del corazón” o “Asignatura aprobada” se quedaron sin Goya pese al reconocimiento de la Academia de Hollywood. Una de las decisiones más ambiciosas de la película como es el giro final resulta ya visto, al ser casi calcado al de “La mala educación”. La presencia continuada de las drogas dentro de la película también puede producir rechazo a ciertos votantes. Por otro lado, la película no sigue una estructura tradicional. Los recuerdos del director se van presentando sin seguir un hilo clásico de introducción-nudo-desenlace; lo que puede descolocar a los más convencionales.

LA TRINCHERA INFINITA. 15 nominaciones

A favor: Ver esta película constituye toda una experiencia inmersiva que obliga a contener la respiración durante gran parte del metraje. Cuando creíamos que la Guerra Civil había sido tratada desde todas las perspectivas posibles, el trío Garaño-Arregi-Goenaga se saca de la manga un relato interior en el que el fuera de campo juega un papel fundamental, y en el que el aislamiento de su protagonista produce una sensación claustrofóbica y opresiva, trasladando al espectador el temor a ser descubierto. Con un complicado equilibrio entre drama y thriller, permitiéndose incluso algún toque de comedia, la película supone un viaje emocional de angustia, miedo y resignación, en la que no dejan de ocurrir cosas pese a lo limitado del espacio. La película ofrece una delicada reflexión sobre el paso del tiempo, sostenida por unas acertadas elipsis, que da que pensar y lamentar sobre el silencio y la hipocresía social. Pero es en la intimidad de la pareja, con el apoyo inquebrantable mantenido a pesar de las dificultades, donde la película llega al corazón y hace sentir. “La trinchera infinita” llega a la gala del sábado habiendo triunfado en los Forqué, tradicional precursor de eficacia demostrada, que los dos últimos años anticipó giros tan sorprendentes como los de “La librería” y “Campeones”. Si “Handia” llegando de tapadillo acabó logrando 10 Goyas, quién sabe qué puede pasar con La trinchera, que es sin discusión una de las películas del año.

En contra: Las críticas sobre la dificultad de entender los diálogos en los primeros veinte minutos de la película han sido una constante desde que Boyero abriera la veda en San Sebastián con su reclamación de la necesidad de subtítulos. Pese a la opinión generalizada, solo dos películas ambientadas durante la Guerra Civil han conseguido el Goya a mejor película (“¡Ay, Carmela” y “Pa negre”). El extenso metraje (dos horas y media es una duración que no estamos acostumbrados a ver en el cine español) provoca inevitablemente que existan caídas en la atención. La película tiene un ligero bajón en su segunda mitad, con dos momentos algo torpes como el encuentro con el amigo del hijo de la pareja o la aparición de dos jóvenes homosexuales, que no aportan demasiado y chirrían dentro del conjunto.

INTEMPERIE. 5 nominaciones

A favor: Se atreve con un género tan alejado de estas latitudes como el western y contra pronóstico, lo traslada con éxito a la particularidad española. Los académicos que sean fans del género estarán de enhorabuena con esta aventura granadina, en la que se respira el polvo y la dureza del inhóspito paisaje. Zambrano es un cineasta con un tirón indiscutible entre los académicos (todas sus películas han sido nominadas en la categoría de mejor película o en la de mejor dirección), y aquí deja su impronta, consiguiendo implantar un tono seco, que huele a un cine clásico que ya no se hace. Cuenta con uno de de los momentos más impactantes vistos en nuestro cine este año: la presentación del tullido es perturbadora y una muestra de personalidad de su director. Dentro de la implacable persecución que ocupa la película, lo que sobresale es la conmovedora relación entre ese niño ávido de libertad y ese pastor solitario que unen sus destinos y crean un vínculo irrompible. El viaje iniciático que experimenta el pequeño protagonista en su aprendizaje de vida es el leitmotiv del filme y lo que permite trascender. Además, no falta un claro discurso social, algo siempre bien visto en los premios cinematográficos, con la contundente denuncia del sistema de clases y el canto de dignidad ante la opresión de los poderosos.

En contra: Un final muy apresurado y un descuidado diseño de personajes, en el que los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, lastran la película. Tampoco parecen estar muy de moda entre los académicos las películas protagonizadas por niños, con derrotas recientes de “Verano 1993” y “Un monstruo viene a verme”. La ausencia de “Intemperie” entre las candidaturas de Mejor dirección prácticamente la descarta del triunfo final. Solamente una cinta (“El bosque animado”) consiguió ganar Mejor película sin tener a su director nominado, y de eso hace ya más de 30 años…

LO QUE ARDE. 4 nominaciones

A favor: Frente a las críticas recibidas por la victoria el año pasado de un crowdpleaser como “Campeones”, la Academía tendría la oportunidad de dar un giro y optar por sello de autor, lo que sería un reconocimiento de la diversidad de la industria y del cine independiente también como parte del cine nacional. En “Lo que arde”, la visión hiperrealista de la Galicia rural y la filmación cruda y hermosa del fuego conforman el retrato de una naturaleza de belleza abrumadora. Poco importa si Amador es o no el culpable del incendio: la película ante es todo la reivindicación de un estilo de vida que está desapareciendo agónicamente, como parte de esa España vaciada a la que solo se acude en campaña electoral. La experiencia inmersiva y evocadora que propone la película será la opción preferida de aquellos votantes con especial predilección hacia el costumbrismo sin renunciar a la ambición artística.

En contra: Su perfil encaja exactamente con el caso “Entre dos aguas” del año pasado: cinta de prestigio festivalero, rodada sin actores profesionales y buscando la naturalidad extrema. Lo normal es que, al igual que la cinta de Lacuesta, se vaya de vacío. Los Goya no dejan de ser un evento promocional de sus películas que busca incorporar nuevos espectadores al cine nacional. Coronar a “Lo que arde” (una cinta de ritmo lento y pausado sin apenas diálogos) como la película del año, aquélla que obligatoriamente hay que ver, puede espantar al público medio y alejarlo definitivamente de todo lo que huela a cine español. Los idiomas cooficiales no son especialmente valorados en los Goya; pese a la refrescante excepción de “Pa negre”, películas tan fuertes como “Verano 1993” o “Handia” no consiguieron el premio principal.

JAVIER CASTAÑEDA