CRÍTICA “DOMINO”: AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA…

Tres años después de su rodaje nos llega la última película de Brian De Palma, un regreso ansiado pero temido. Han sido muchos los problemas que estaproducción arrastra desde el 2017 y el director acabó asegurando que no era su película y que se trataba de una de sus peores experiencias. Con todo, cualquier cinéfilo se acercará a este thriller con ganas de aplaudir y reverenciar, aunque cuando el río suena…

Domino parte de una premisa sencilla y a priori atractiva. Un policía persigue al asesino de su compañero a través de diversos países, metiéndose en medio de una operación de la CIA contra el terrorismo islámico. Trama que poco a poco se va desinflando hasta culminar en un final desastroso e impaciente.

Los primeros veinte minutos son prometedores. Enseguida comprobamos por qué Brian De Palma es un genio y une en su filia por Hitchcock a nuestro maestro de la luz, José Luis Alcaine. En el detonante del guion parecen dar un golpe en la mesa y decir: «¡eh, esto es un thriller de autor!» Y el espectador asiste con gozo a escenas dirigidas, que no realizadas, y podemos llegar a disfrutar de una persecución por los tejados que es la antítesis a Jason Bourne, y en la que sentimos realmente el peligro de perseguir a un terrorista en semejantes condiciones. Lo malo es que ahí acaba lo bueno de la película, a los quince o veinte minutos.

Impagos, la obligación de suprimir escenas, cambios importantes de casting… Fueron muchas las barreras que Brian De Palma encontró en esta película; lo que ha provocado que nos llegue una versión mutilada y lejos de lo que su mente ingenió desde un inicio. Una pena, una verdadera pena; pues sobre el papel todo hacia presagiar una película mucho mejor. Incluso los actores, todos ellos de comprobado talento, parecen pensar quién les mandaba estar ahí y simplemente tiran de carisma.

Cuando la película arranca, asistimos a un guion vacío y esquemático que nos conduce por una retahíla de lugares comunes. Sorprendente la simplicidad y cutrez del plan terrorista; el maniqueísmo de la CIA y la ingenuidad de los policías protagonistas. Aun así, pese a todos estos fallos monumentales, el amor es ciego y Brian De Palma tiene crédito de sobras en el corazón de los cinéfilos. Si se rebajan las exigencias, se puede disfrutar de alguna que otra “perla” que el director nos regala aquí y allá, y que reconocemos de su sello: las lentes bifocales, las cámaras lentas y el uso del punto de vista para crear tensión. Todo ello nos mete en un cóctel que, pese a sus errores graves, ayudan a seguir el hilo de la película.

¿Cuál es el mayor problema? La parte final de la película es un auténtico despropósito que te deja boquiabierto. -De hecho, en el pase de prensa las últimas escenas se vivieron como si se tratara de una comedia. Cada uno de los diálogos y giros hacía reír a la sala entera-. No es para menos, uno espera que de repente aparezca Brian De Palma diciendo que esas escenas son un experimento cinematográfico y que a continuación procederá al final real de la historia. Pero no, aparecen los créditos finalesy uno no puede más que irse a casa pensando que por favor, esa no sea la última película del director de Scarface.

Domino funciona como telefilm de suspense; lo malo es que es difícil acercarse con ese desapego a una película realizada por este equipo técnico y artístico. Toca seguir esperando el regreso del verdadero y genuino Brian De Palma.

Nota El Blog de Cine Español: 4.

Una crítica de Toni Sánchez Bernal

P. D. Se trata de una Coproducción entre Dinamarca, Francia, España y Bélgica.

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