CRÍTICA DE LA PELÍCULA “BESTEZUELAS”: SANGRE DE BARRIO, DE EXTRARRADIO

“Bestezuelas” se estrenará próximamente (ya ha participado en algunos festivales y se ha proyectado en Gandía recientemente).

Cuando era un niño en Barcelona había dos lugares donde se desarrollaban todos los días carreras de galgos, uno en cada extremo de la ciudad. Recuerdo haber ido con mi tío varias veces al Canódromo de la Diagonal a pie, estaba relativamente cerca de mi casa. Actualmente ya no queda ninguno. “Bestezuelas” me ha hecho evocar mi infancia y mi adolescencia, la segunda película del valenciano Carles Pastor Moreno tiene aire de cine de extrarradio, de serie B, de cine negro y se emparenta con títulos como “A golpes” (2005), de Juan Vicente Córdoba, donde ya estaba la protagonista Marián Álvarez, películas como las de José Antonio de la Loma o Eloy de la Iglesia. Está ambientada en Valencia (me gustaría saber si actualmente existe algún canódromo allí). Hay, además, unos momentos de erotismo que también marca este tipo de cine.

En “Bestezuelas” además hay bastantes tópicos  y un tono machista, junto a un par de agradables sorpresas en el perfil del personaje de Marián Álvarez

Carles Pastor ha dirigido varias tv movies como “Campo de fresas” y el largometraje “A ras de suelo”, según figura acreditado en IMDb también ha sido director de producción del film de Pedro Almodóvar “Todo sobre mi madre”.

Las carreras de galgos y el canódromo centran parte de la historia. Una historia de perdedores, de gente que lucha por sobrevivir. Todo comienza cuando Fabio, sobrino del señor Núñez que vive gracias a las carreras de galgos, sale de la prisión. Le espera en las puertas de la penitenciaria Perla, su novia. La vida que le espera a Fabio no será un camino de rosas, donde la fidelidad, la venganza y el dinero formarán peligroso triángulo que tendrá reflejo también en la vida de tres de los personajes. Los protagonistas Marián Álvarez (“A golpes”, “Lo mejor de mí), Gustavo Salmerón (“Mensaka”, “La playa de los galgos”, “Fuera del cuerpo”, “Asfalto”)  y Roger Casamajor (“Pa negre”, “Nubes de verano”). Estamos ante una película de actores donde todos lucen a buen nivel, aunque sorprenden positivamente dos de los secundarios, el veterano Joan Molina como el patriarca Núñez y la bella Isabel Requena a la que nos gustaría que se prodigara más en cine.

La música es otro de los elementos destacados, con un score con dos estilos bien diferenciados, con música disco, rumba y aires flamencos. La firman Enric Murillo y Miguel Ángel Caldito Aunión que aporta el aire rumbero e interpreta un pequeño papel como guardia del canódromo. Las canciones de Caldito funcionan de elemento narrativo como en algunas de las primeras películas de Alan Rudolph, siempre salvando las distancias.

“Bestezuelas” no es un peliculón ni mucho menos, pero es un film honesto que consigue entretener y quizá llega a contracorriente pero su nivel es más alto que algunas películas que llegan a bombo y platillo y con ciertas ínfulas.

Carles Pastor que también firma el guión nos deja una historia donde hay lugar para la evocación.

                        José López Pérez