EL DOCUMENTAL “OSCURO Y LUCIENTES”, DE SAMUEL ALARCÓN, CONTARÁ CON UN PASE ESPECIAL EN EL FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA

El documental “Oscuro y lucientes”, dirigido por Samuel Alarcón, contará con un pase especial en el Festival de Cine de Europeo de Sevilla. Esta coproducción entre España (Tourmalet Films) y Francia (Marmita Films) nos contará la desaparición del cráneo de Francisco de Goya tras el traslado de su cuerpo desde Francia a España.

¿De qué va?

No abundan, pero hay grandes historias que dan comienzo tras una muerte. La nuestra lo hace con la de un pintor tan oscuro como brillante. Tras agonizar durante trece días, Francisco de Goya y Lucientes falleció un dieciséis de abril de 1828 en Burdeos. Rodeado de compañeros liberales exiliados, su cuerpo fue enterrado en el cementerio bordelés de la Grande Chartreuse. Nadie desde España, ni siquiera su familia, reclamó su cuerpo.

Pasaron décadas hasta que el Cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra encontró por casualidad el panteón de Goya convertido en ruina. Tras varios años de trámites, en 1888 consiguió el permiso para exhumar el cadáver y trasladarlo a España. Pero al abrir la lápida, la sorpresa de todos los allí presentes fue grande: La tumba había sido forzada y el cráneo de Goya robado. ¿Quién querría su cabeza y con qué fin? ¿La tomó algún mitómano fetichista? ¿Algún médico frenólogo? ¿Cuándo y cómo ocurrió?

Aquella exhumación fue inmortalizada por un fotógrafo francés, llamado Jean Laurent. Fueron sus últimas instantáneas y no por casualidad: Laurent vivió obsesionado con Goya. Hizo su obra fotografiando cada uno de sus cuadros. También plasmó el retorno de sus restos a Madrid en 1900 y el aspecto de la tumba que le esperaba en el Cementerio de San Isidro. Por fin los huesos del pintor sin cráneo se fundieron con las praderas frente al Manzanares que tantas veces retrató en sus obras.

La desaparición de la cabeza comenzaba a tomar tintes de leyenda cuando un pequeño lienzo con el retrato de una calavera apareció en un anticuario de Zaragoza. Titulado “Cráneo de Goya pintado por Fierros” y fechado en 1849, nadie entonces podía sospechar del robo hasta que lo descubriera Pereyra cuarenta años después… Salvo que tuviera el cráneo en su poder. ¿Quién fue Fierros y cómo llegó a él la calavera?

Poco se sabe de aquel pintor salvo que se fue un protegido del Marqués de San Adrián, el más influyente mecenas de Goya en el exilio de Burdeos. Fierros murió antes de que el cuadro saliera a la luz llevando a la tumba varios enigmas. ¿Organizaron Marqués y pintor el expolio del cráneo? ¿Fue éste retratado para el aristócrata y se lo quedó el artista como pago? El nieto de Fierros se fascinó con la idea de que su difunto abuelo hubiera robado aquella cabeza. Sus investigaciones lo llevaron hasta una calavera que toda la familia recordaba haber visto en una vitrina del estudio de su abuelo. ¿Sería el de Goya?

Os dejo con su téaser tráiler: